El bullion de la Filarmónica de Viena celebra 25 años desde su primera emisión, un cuarto de siglo en el que se ha consolidado como una apuesta segura para los inversores.
El pasado 10 de octubre se cumplieron 25 años desde la aparición de la primera moneda de bullion con el diseño de la Orquesta Filarmónica de Viena. A lo largo de estos años se ha convertido en una de las grandes piezas de inversión para coleccionistas de todo el mundo. A ello ha contribuido la pureza del metal en el que está acuñado, de 999,9 milésimas, así como la calidad de la fabricación.
Los tipos de anverso y reverso no han variado en este cuarto de siglo. En una de las caras vemos una selección de los instrumentos de la orquesta sinfónica de cuerda y de viento, con la leyenda WIENER PHILARMONIKER, mientras que en la otra está representado el gran órgano que preside la Musikverein, o Sala Dorada, que es la sede de la orquesta, acompañados por las leyendas del país, la pureza del metal, el año de acuñación y el valor facial. Este diseño es el original de la moneda desde su primera emisión en 1989, obra del grabador Thomas Pesendorfer.
Precisamente uno de los aspectos que hicieron que se eligiera este tema de la orquesta sinfónica para la moneda es que ésta supone un símbolo de la excelencia musical, del mismo modo que esta emisión de bullion pretende ser sinónimo de excelencia en su género.
A juzgar por lo acontecido a lo largo de este cuarto de siglo, lo ha conseguido. En cuatro ocasiones ha sido declarada la moneda mejor vendida del mundo por el World Gold Council. La calidad de la moneda no ha variado, al igual que sus tipos, aunque sí ha debido adaptarse a una enorme transformación, la del sistema monetario, ya que en 1989 comenzó a emitirse en chelines austriacos y en 2002 se pasó al euro.
Con motivo de estas bodas de plata, la ceca austriaca ha estado de celebraciones todo el 2014, empezando por todo lo alto cuando fue la invitada de honor en la World Money Fair de Berlín. A esto se unió un nuevo valor, la aparición de la vigésima quinta parte de onza, esto es, 1,24 gramos de oro de 999, 9 milésimas de pureza, una pequeña moneda con un módulo de 13 milímetros y facial de 4 euros. Además se diseñó un estuche especial de aniversario que contenía una moneda de una onza y otra de un cuarto de onza, ambas en oro, calidad proof y con un volumen de emisión restringido a 5.000 unidades.
Actualmente, la emisión de la Filarmónica de Viena la componen piezas en oro de una onza, media, un cuarto, un décimo y una vigésima parte de onza, además de la excepcional vigésimo quinta parte, así como una moneda de una onza en plata.