«Los relatos de las monjas concordaban en que, debido a la conducta licenciosa de sus ciudadanos, y en especial la de los mismos religiosos, unas bolas de fuego provocadas por la ira de Dios arrasarían a la ciudad de Los Reyes, capital del virreinato del Perú».
… «Fray Santisteban cerró con otra historia del mismo religioso. Conoció una «alma religiosa muy santa y senzilla» en Huamanga (entre Cuzco y Lima, hoy día Ayacucho) en 1748, dos años después del terremoto. Ella declaró que Dios le había manifestado varias veces la inminente ruina de Lima y Callao y que por sus culpas, la «havía de abrasar con fuego». Dos veces vio en sus oraciones que Lima ardía en un fuego que llovía del cielo. El padre se impresionó tanto con estas dos historias que se fue a Lima «lleno de miedo» a pesar de ser «su patria». El miedo, entonces, pasaba de las religiosas a sus padres confesores y de ahí a otros sectores y regiones. El terremoto de 1746 fue un primer paso, un preludio o aviso, y todos temían que las bolas de fuego fueran a culminar la amenaza». (sic).
Fragmentos de Charles F. Walker: «Desde el terremoto a las bolas de fuego: premoniciones conventuales sobre la destrucción de Lima en el siglo XVIII».
http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=13709701
Nota: Esta pieza puede ser localizada en: onzasmacuquinas.com
Preciosas onzas limeñas que nos muestran cuán cerca están las acuñaciones monetarias de lo cotidiano que sucede en su entorno, en el pueblo.
¡Qué profusión de estrellas!, acompañan a los leones, a los castillos, al valor, al ensayador, al PLVS ULTRA, a la fecha e, incluso, la leyenda está separada por ellas.
Nota: Esta pieza puede ser localizada en: onzasmacuquinas.com
Las onzas limeñas de 1746, plagadas de estrellas, son únicas, no existen otros años con esta «anomalía», nadie sabe a ciencia cierta a qué causa respondían estas manifestaciones, todos los estudiosos intuyen que están relacionadas con el terremoto que asoló Lima y el Puerto del Callao el 28 de octubre de 1746, pero al suceder el desastre tan avanzado el año, por fuerza la decoración de las monedas con estrellas habían de haber sido acuñadas antes del seísmo, pues además, dicho seísmo también asoló la Casa de la Moneda de Lima, que tardaría algunos meses en volver a ponerse en funcionamiento, y por tanto, ya acuñaría piezas del siguiente año.
Esta decoración nos sugiere más bien algo agradable, algo bueno, son alegres, en otra ocasión estudiaremos cómo reaccionó la Casa de la Moneda limeña ante otro terremoto, años antes, el 8 de febrero de 1716…las monedas se llenaron de lágrimas…
Me atrevo a sugerir, la posibilidad de que en aquel año en el entorno de las montañas limeñas se produjesen unas especiales «lluvias» que, por un lado, asombraron y entusiasmaron a los ciudadanos, y por otro, aterrorizaron a otros, como hemos podido ver en las «premoniciones» narradas anteriormente… así pues la fábrica de moneda se hizo eco de este fenómeno y no dudó en plasmarlo en sus monedas… Mi tesis se apoya en relatos de aquella época, (de uno de ellos hago referencia más arriba), y del hecho científico de que cada año se produce una «lluvia de estrellas», llamado el fenómeno de Perséidas que consiste en una lluvia de meteoritos que podemos ver un par de veces al año. Se llama así porque la cola de casi todos los meteoritos apuntan a la constelación de Perseo. Las «lluvias» de agosto también suelen denominarse como «Lágrimas de San Lorenzo» porque se celebra la festividad de San Lorenzo el 10 de agosto, fecha en que se suele visualizar el fenómeno. La lluvia se produce cuando la Tierra atraviesa la órbita del cometa 109/Swift Tuttle y permite que sus partículas atraviesen la atmósfera. En ese momento, la basura del cometa se convierte en rayos de luz y calor que forma el fenómeno mencionado.
Fragmento de una noticia aparecida en un periódico peruano hace un par de años. Lunes, 5 de mayo de 2008: «Mañana, los limeños podremos observar, con gran nitidez, uno de los espectáculos más hermosos que nos puede ofrecer el cosmos…Una lluvia de estrellas, fenómeno llamado ETA Aquarides producido cuando la tierra en su camino alrededor del sol cruza por la zona que atravesó varias veces el cometa Halley, desparramando las partículas de su cola. Estas partículas son las que podremos observar en forma de estrellas fugaces. Esta lluvia de estrellas se verá como enjambres luminosos, que se encienden, corren raudos y se apagan».
Próximamente: Monedas encapsuladas… ¿Sí ó No?
Rafael Tauler Fesser
onzasmacuquinas.com
Autor/a: Rafael Tauler Fesser