La joya de la última subasta de moneda antigua de alta calidad de Gorny & Mosch fue esta rarísima octodrama acuñada por Getas, rey de los edones a principios del siglo V a.C., que se ha adjudicado finalmente en 75.000 euros. Pero ¿quiénes eran los edones y por qué se emitieron estas raras monedas?
El pasado lunes 10 de marzo la firma alemana Gorny & Mosch celebró en Múnich una interesantísima subasta dedicada a la moneda antigua de alta calidad. La estrella del catálogo era esta moneda que les presentamos, acuñada por Getas, rey de los edones, entre, aproximadamente, el 479 y el 465 a.C. Partía con una puja mínima de 60.000 euros y una estimación de remate de 75.000, cantidad en la que finalmente se ha adjudicado.
Una pieza tan rara y valiosa bien merece que le dediquemos unas líneas y que aprendamos algo más sobre quiénes fueron los edones, qué significan los tipos de esta rara moneda, quién ordenó su acuñación y porqué.
Los edones fueron una de las tribus tracias que ocupaban la zona de la desembocadura del río Estrimón, en el mar Egeo, esto es, el sur de Tracia (entre las actuales Grecia y Bulgaria). Su principal ciudad fue Mircino, situada a solo unos kilómetros de Anfípolis, ambas junto al río Estrimón y de gran importancia estratégica porque controlaban la ruta entre Macedonia y Tracia, además de las ricas minas de oro y plata del monte Pangeo. Su ubicación y estos recursos naturales hicieron de los edones una de las tribus más ricas y poderosas de Tracia.
Todas las monedas que se conocen de los edones están acuñadas a nombre del rey Getas, quien, según el estudioso de la moneda griega C. M. Kraay, parece ser un poco más joven que su vecino y rival Alejandro I de Macedonia.
Pero ¿por qué acuñan moneda en este momento y por qué estas piezas tan valiosas y poco adecuadas para los intercambios cotidianos? Una pista sobre su función nos la proporciona el hecho de que muchos ejemplares de estas emisiones se han encontrado en territorios gobernados por los persas en esta época.
Si repasamos la historia de esta región del norte de Grecia en las décadas que separan los siglos VI y V a.C. vemos que tras la campaña de Darío I contra los escitas entre el 515 y el 512 a.C. los persas permanecen en el sur de Tracia durante cuarenta años. En el 480 a.C. Jerjes obliga a la tribu de los edones a unirse a su ejército en la lucha contra Atenas durante la II Guerra Médica.
Las fuentes históricas no desvelan si los edones volvieron a ser una tribu verdaderamente autónoma después del 476 a.C., cuando el general ateniense Cimón invade Tracia para liberar la colonia Eion de los persas, pero es en este periodo, aproximadamente entre el 479 y el 465 a.C. cuando se fechan estas emisiones monetarias de los edones y parece bastante posible que las octodracmas como las que estamos viendo fueran acuñadas como tributo para los persas.
Fijándonos ahora en las monedas en sí, ¿qué significan los tipos representados? En el anverso tenemos una figura masculina con pelo largo y tocada con pétaso junto con dos bueyes, mientras que en el reverso encontramos el cuadrado incuso que es tan habitual en las emisiones monetarias de la región de Tracia (véase, por ejemplo, los ejemplares recogidos en el reciente catálogo de Cayón) con una rueda de cuatro radios y en la parte exterior, la leyenda en griego y retrógrada que alude al rey Getas: “Getas, rey de los Edones”.
La escena que se muestra en el anverso se ha interpretado como la representación del robo del ganado de Apolo llevado a cabo por Hermes. Para encontrar una explicación a la elección de este hecho mitológico debemos remontarnos de nuevo a las fuentes, en concreto a Herodoto, quien afirmaba que los tracios adoraban sólo a tres dioses: Ares, Dionisos y Ártemis, aunque los reyes se decían descendientes de Hermes y sólo juraban por él.
Como en tantas otras ocasiones, el historiador adapta los cultos extranjeros a la nomenclatura griega y, de este modo, identifica a la Gran Diosa Madre como Ártemis; a Sabacio con Dionisos y a Reso, hijo de ambos, con Ares. Reso es mencionado entre las figuras legendarias de la Tracia micénica como rey de los edones. Además, todos los reyes tracios se consideraban hijos de Ares.
¿Cuál es entonces el papel de Hermes? Herodoto identifica a Hermes con Ánax, el primer sacerdote mítico de los tracios, fundador de todas las dinastías reales de Tracia. Según la narración mitológica, el joven Hermes, -recién nacido en algunos relatos- roba sin dejar huellas los bueyes de Apolo. Éste, sin embargo, gracias a sus dotes adivinatorias, descubre al ladrón y, a pesar de las protestas de su madre, lo lleva ante Zeus, quien le condena a devolver lo robado. Cuando Apolo escucha a Hermes tocar su lira, queda encantado y le intercambia el instrumento musical por los bueyes restableciéndose de este modo la paz entre los dioses.
Sin duda es una interpretación muy compleja en la que se aúnan las tradiciones religiosas de Tracia con la enorme influencia de la cultura griega que ha recibido la aristocracia del país y que se plasma, sin ir más lejos, en el uso del alfabeto griego en las acuñaciones monetarias.
La tribu de los edones desaparecería pocas décadas después de emitir estas monedas: tras la derrota de los persas, debían defenderse de los atenienses, que intentaban controlar los territorios del norte, y de los macedonios. El último de los reyes edonios murió en una batalla por el control de la ciudad de Anfípolis en el 424 a.C.
Nuestro agradecimiento a Ursula Kampman (www.coinsweekly.com ) por el texto en el que se ha basado esta nota.
Para saber más:
Cayón, Juan R., Las monedas de los griegos y sus enemigos, Madrid, 2013.
Kraay, C.M., Archaic and Classical Greek Coins, Berkeley-London, 1976.
VV. AA., Los tracios. Tesoros enigmáticos de Bulgaria, [Catálogo de exposición], La Caixa, Barcelona, 2005.
Isabel Rguez. Casanova