El pasado mes de abril, la casa Stack´s Bowers Galleries subastaba, en su sede de Hong Kong, un rublo de Constantino acuñado en 1825 por la ceca de San Petersburgo. Pieza que partía de una estimación de salida de entre 400.000 y 600.000 $, alcanzó el precio final de 2.640.000 $.
¿Qué ha hecho que esta moneda haya sido tan especial?
Constantino (1779-1831) fue hijo del zar Pablo I y Sofía Dorotea de Wüttemberg y hermano de los zares Alejandro I y Nicolás I. Como militar, participó en las Guerras Napoleónicas y ejerció como gobernador de Polonia desde 1815 por encargo de Alejandro I.
En 1820, se separaba de Juliana de Sajonia-Coburgo, su primera esposa, volviéndose a casar con la condesa polaca Joanna Grudzinska. Este matrimonio morganático hizo que Constantino renunciara a cualquier derecho hereditario sobre la corona rusa en 1822 a favor de su hermano Nicolás.
Sin embargo, la acuñación de esta moneda se debe a que, durante un brevísimo período de tiempo, Constantino fue considerado zar de Rusia.
Fig. 1.- Anverso del rublo de Constantino (tomada de la web https://auctions.stacksbowers.com).
Alejandro I moría sin herederos el 1 de diciembre de 1825 y, de acuerdo con las leyes sucesorias, le correspondía a Constantino ascender al trono ruso. En Varsovia recibió las noticias y los juramentos de fidelidad que, como zar, realizaron el Consejo de Estado y los funcionarios civiles y militares. Parece ser que la decisión de Constantino de renunciar a la sucesión en 1822 o bien no fue dada a conocer convenientemente por el interesado, o bien fue ignorada por aquellos liberales que veían en la figura del príncipe Constantino el elemento clave para iniciar las reformas políticas que deseaban acometer.
No obstante, Constantino informó al Consejo de Estado el 12 de diciembre, desde Varsovia, de su decisión de renunciar al trono a favor de su hermano Nicolás. El día del juramento de lealtad del nuevo zar se fijó el 26 de diciembre en San Petersburgo.
Al conocerse la proclamación de Nicolás, los líderes liberales decidieron actuar para derrocarle, alegando que ya habían jurado lealtad al príncipe Constantino. La revuelta, conocida como Revuelta Decembrista, fue sometida ese mismo día 26 por el ya zar Nicolás I.
Constantino no regresó a Rusia, ocupándose hasta el momento de su fallecimiento de los asuntos polacos.
Con todo ello, hubo un vacío de poder entre el 1 y 12 de diciembre de 1825, donde la maquinaría monetaria se puso en marcha y reflejó el “nombramiento” de Constantino como zar.
El ministro de Finanzas, Egor Kankrin, y el grabador, Johann Reichel, trabajaron rápidamente para preparar las nuevas acuñaciones, preparando matrices en los que aparecería un retrato de Constantino, suponiendo una ruptura en la tradición monetaria rusa anterior, en la que este tipo no era habitual. En total se fabricaron 6 monedas, con 2 variantes: 5 con letras y 1 sin letras en los cantos; aunque estudios e investigaciones posteriores han dado a conocer algunos ejemplares más de borde liso.
Fig. 2.- Reverso del rublo de Constantino (tomada de la web https://auctions.stacksbowers.com).
Según recoge la información del catálogo de la subasta, las monedas de Constantino se repartieron entre varios miembros de la familia real y el museo Hermitage. A partir de ahí, desde finales del s. XIX y a lo largo del todo el siglo XX, los ejemplares comienzan una circulación que le llevan tanto a diversas colecciones privadas (Willis du Pont, Virgil, Brans, Sol Kapllan, Abe Kosoff, Tf. Schubert, Alexiev-Isayev-Garshin, Willy Fuchs) como a colecciones museísticas (Hermiatge, Smithsonian).
El rublo que nos ocupa no ha tenido un destino muy diferente al de sus compañeros. Aunque se desconoce su recorrido antes de 1916, Stack´s Bowers Galleries informa que pasó de la Colección Kobeko a la de L.K. Joseph entre 1916-1919 y, posteriormente, a la de F.F. von Richter hacia 1938.
En la década de 1980, esta moneda de Constantino entra en el circuito de las subastas obteniendo resultados diferentes, pero siempre incrementando su valor a cada venta. Anteriormente a esta subasta, se vendió en Nueva York (enero de 2004) por el precio de 525.000 $ y se incluyó en el comunicado de prensa posterior a la venta de la empresa como “la moneda no estadounidense más cara del mundo”.
Esta moneda llegó a la subasta de Stack´s Bowers Galleries proveniente de la colección Pinnacle, revalidando su título de “la moneda no estadounidense más cara del mundo”. Circunstancia que se prevé que no cambie ya que otras monedas iguales a esta o bien se encuentran en instituciones públicas, o, a aparentemente, han desaparecido.
Para saber más:
Sobre el rublo subastado:
Buenacasa Pérez, Carles: La Rusia de los zares. La forja de un gran imperio en la Europa oriental. Shackleton Books, 2020.
Rutherfurd, Edward: Rusia. Roca Editorial de Libros, 2019.
Agustín de Betancourt y la Fábrica de Papel Moneda de San Petersburgo (artículo publicado en Panorama Numismático):