A lo largo de la historia de las emisiones de billetes del Banco de España, raramente se han producido modificaciones del modelo inicial, solo conocemos ligeras variaciones en el 100 pesetas de 1906, puesto que no tenía objeto el realizarlas, ya que el problema de las falsificaciones, aparentemente, única justificación, solo era solucionable con la adopción de un nuevo modelo de billete.
Lo que no ocurrió en 125 años, se realizó por tres veces en los últimos años; los billetes de 2.000 pesetas de las emisiones de 1980 y 1992, y el 1.000 pesetas, también de esta última fecha, sufrieron importantes modificaciones en su tipología, que, desde el punto de vista del coleccionismo notafílico, originan unos nuevos billetes que incluir en nuestras colecciones.
Una de las señas de identidad de un fabricante de billetes reside en los modelos de dígitos que emplea en las numeraciones. La F.N.M.T, había adoptado unos tipos de 3,5 mm. de altura desde los años 40, los cuales se conservaron hasta los años 70, época en que se adoptaron tipos con diferente diseño y de 4 mm. de altura, en los billetes de alto valor, pero manteniéndose los tipos antiguos en los valores bajos.
Las numeraciones de las primeras series emitidas del billete de J. R. Jiménez fueron impresas con dígitos de la tipología antigua y tamaño de 3,5 mm. A partir de la serie “Y” se cambiaron los tipos de numeración, pasando a los de tipología de 4 mm. Observando billetes con ambos tipos se nota la gran diferencia existente, no sólo en el tamaño, sino en el diseño, especialmente en los dígitos 2, 5 y 7.
Esta variación, también se efectuó en la serie 9A, mientras que en las cuatro series “8-“ se mantuvieron los dígitos pequeños.
Dado el escaso número de ejemplares vistos de la serie “Y”, ignoramos cuando se realizó el cambio de modelo, pero estimamos que son mucho mas numerosos los billetes de dígitos pequeños, en una proporción del orden de 5 a 1. En cuanto a los billetes con serie 9A, estimamos un número aproximado de ambos tipos.
A pesar de la notable diferencia entre ambos tipos, esta variante es desconocida por gran número de coleccionistas, pese a ello, estimamos que ambos tipos de billetes deben encontrarse en nuestras colecciones.
2.000 pesetas Emisión 24 de abril 1992, Celestino Mutis
De este billete, la F.N.M.T. adoptó un modelo, hasta la serie 1R inclusive, introduciendo, a partir de esta serie, importantes modificaciones en el diseño inicial. Las modificaciones fueron de tal entidad que causaron auténtica alarma social, ante lo que se creyó, por parte de la ciudadanía, la existencia de una falsificación masiva, y que obligó a realizar una pequeña campaña explicativa en los medios de comunicación. Hasta tal punto fue importante la modificación, que la Fábrica precisó realizar, suponemos que a instancias del Banco emisor, un segundo billete “muestra” para información de los organismos oficiales, hecho que únicamente había ocurrido en otra ocasión (100 pesetas Romero de Torres).
La modificación consistió en un regrabado de la plancha calcográfica para potenciar el delineado, y la intensificación y supresión, parcial, de matices en los colores. Al mismo tiempo, hizo desaparecer la numeración inferior, de las dos que poseía el billete primitivo, que es la característica más llamativa de cara al coleccionista, hasta el punto que denominamos a los dos modelos como “de dos números” o “de un número”.
Los nuevos tipos afectaron, también, a la confección de las series especiales: La serie 9A fue impresa en su totalidad con el tipo de “dos números”, mientras que las 9C y 9D lo fueron con el modelo de “un número”.
La serie 9B fue impresa con ambos modelos, por lo cual, los números iniciales son del tipo primero. Aunque desconocemos el número exacto en el que se produjo el cambio, éste debió ocurrir alrededor del número 9B 2.400.000. El hecho de que se imprimiesen menos ejemplares del primer tipo y que en un primer momento no se reparase, por parte de comerciantes y coleccionistas, de la doble tipología en esta serie, ha hecho que los billetes “9B” de doble numeración alcancen un precio muy elevado en el mercado.
En esta emisión también hemos observado una ligera variante en la intensidad del entintado de la numeración. La numeración de las primeras series emitidas, y de los números iniciales de la serie 9A tienen una intensidad de tinta muy inferior a las siguientes.
1.000 pesetas Emisión 12 de octubre 1992, Hernán Cortés
En primer lugar, un recuerdo para la extinta y añorada revista “Crónica Numismática” pues fue en ella donde, por primera vez, se aludió a la variante de impresión del billete de Hernán Cortés.
Igual que se produjo un regrabado en el billete de Mutis, también se efectuó otro en las dos planchas calcográficas del billete de 1000 pesetas Con el regrabado se potenció la intensidad de coloración del billete en el anverso, haciéndolo más oscuro, mientras que las modificaciones del reverso apenas son perceptibles.
Las dos diferencias mas llamativas del segundo modelo respecto al primero, es que en el segundo, se procede a un rayado del párpado del ojo izquierdo de Cortés y a un rayado en cuadrícula debajo de la gola. Estas diferencias hacen que en el mundo notafílico se conozcan como tipo I o de “párpado claro” al modelo inicial y de “párpado oscuro” o tipo II al reformado.
Al contrario de lo que ocurría con las modificaciones en los billetes de Juan Ramón Jiménez y Mutis, en los que existía una solución de continuidad, en los billetes de Cortés la adopción del nuevo modelo no se hizo a partir de un único momento. Esto se comprueba viendo los intervalos de series y numeraciones de los dos tipos.
En las series “normales” se imprime con el tipo “parpado claro” hasta la serie 1R (curiosamente el cambio se produce en la misma serie que en el Mutis).
A partir de la 1S se imprime con el tipo II, pero en la serie “2G”, entre los números 7,8M y 8,5M y en la “2H”, entre el 8,5M y el 9,4M aparecen, de nuevo, ejemplares del tipo “párpado claro”.
Las serie 9A se imprimió con el tipo I, mientras que la 9C y la 8A lo fueron con el tipo “párpado obscuro”.
La serie 9B tiene los dos modelos de impresión, pero, extrañamente, de forma alternada. Conocemos los siguientes intervalos: 000001 al 2.754.045, impresión tipo I; del 2.953.151 al 3.125.319, tipo II; 3.432.759 al 3.837.601 tipo I y desde 4.027934 al final, tipo II de nuevo.
No encontramos una razón que permita explicar estos saltos, ya que la impresión, creemos, se realiza de forma continua, incluida la numeración, lo que no permite pensar en pliegos que han quedado “atrasados” y se han numerado con posterioridad. Existe la posibilidad de que la impresión se hiciese con dos máquinas, y que en una se prolongase en el tiempo la utilización de los tambores de impresión calcográfica, del tipo “párpado claro” para completar su ciclo útil, y que la programación de la distribución de los intervalos numéricos entre las dos máquinas originasen estas anomalías.
Puesto que ni la F.N.M.T., ni el Banco de España dieron una explicación sobre los cambios desconocemos la motivación que originó las variantes en estos tres billetes.
La variación de Juan Ramón Jiménez pudo ser obligada por la introducción de máquinas lectoras que exigían un único tipo de dígitos; la de Mutis, porque permitiría una mayor facilidad en la impresión, al suprimir colores y matices, y a la de Hernán Cortés no sabemos encontrarle ninguna razón, aunque, indudablemente existiría.
Autor/a: Ramón Cobo Huici