El Gabinete Numismático de Múnich alberga hasta el próximo mes de junio una exposición temporal en la que recorre la historia del retrato de los emperadores y sus familias en las acuñaciones romanas y su influencia en el arte posterior.
Dupondio de Nerón (54-68), acuñado en el 66 d.C. en Lugdunum.
El retrato es la gran aportación de Roma a la historia del arte y uno de los soportes en los que ha quedado mejor plasmado este género ha sido en la moneda, desde las acuñaciones de finales de la República, especialmente en el periodo conocido como de los “Imperatores” hasta la caída del Imperio.
Sestercio de Vespasiano (69-79), datado en el 71 d.C.
Hasta el próximo 25 de junio puede visitarse en el Staatliche Münzsammlung, o Gabinete Numismático de Múnich una exposición temporal dedicada al retrato en las monedas de los emperadores y sus familias. Los 500 años del título hacen referencia a todo el periodo que abarca la exposición, que va desde finales de la República hasta la caída del imperio de Occidente.
Sestercio de Traiano (98-117) acuñado entre 114-117 d.C.
Para ello se han seleccionado cerca de 220 monedas romanas, que reflejan la imagen que el emperador quería dar a sus súbditos de él y de su familia. Y es que la moneda tenía ya entonces un enorme papel propagandístico especialmente entre el ejército y los ciudadanos romanos.
Sestercio con el retrato de Faustina la Menor, acuñado bajo el reinado de Marco Aurelio, entre 145-147 d.C.
Además de estas magníficas monedas, de las que ilustramos algunas acompañando estas líneas, la exposición muestra también la enorme influencia que ha tenido el retrato monetario romano hasta la actualidad, especialmente desde el Renacimiento hasta el siglo XIX.
Medallón de bronce de Cómodo (177-192), del 192 d.C. en el que aparece efigiado como Hércules.
Foto de portada: cistóforo de Claudio I (41-54) Pérgamo, 50-51 d.C.
Información e imágenes: Staatliche Münzsammlung München.