Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, Alemania ha honrado oficialmente el valor de sus soldados con una medalla militar de nuevo cuño. La canciller Angela Merkel y el ministro de Defensa, Franz Josef Jung entregaron las condecoraciones a cuatro sargentos del Bundeswehr, Ejército alemán, que arriesgaron sus vidas para ayudar a varios soldados heridos y niños durante un ataque suicida en Afganistán.
La medalla – una pequeña cruz de oro que cuelga de una cinta de color negro, rojo y amarillo, decorado con hojas de roble – ha sido fuente de mucha controversia. Mientras algunos lo ven como un medio desde hace mucho tiempo para honrar el servicio militar sobresaliente y una expresión de “patriotismo positivo”, otros advierten de un renacimiento del militarismo alemán.
La medalla Cruz de Honor al Valor es la quinta y la más alta distinción en la Bundeswehr. Según el decreto que la creó, los honores de la nueva condecoración están dirigidos a “acciones excepcionalmente valientes” que van más allá de lo que se espera “en el marco del cumplimiento del deber”.
Mientras que las otros cuatro distinciones se otorgan a los soldados de la Bundeswehr que han servido más de cuatro meses en el extranjero y ha demostrado buenos y leales servicios, o cumplido con su deber de manera ejemplar.
Durante los 130 años anteriores a 1945, el valor excepcional en el servicio militar alemán fue honrado con la Cruz de Hierro. La medalla fue abolida a finales de la Segunda Guerra Mundial, durante la que fueron otorgadas aproximadamente 2,6 millones de cruces y 2,3 millones de Segunda Clase.
Los cuatro soldados condecorados, con edades comprendidas entre los 28 y los 33 años, fueron testigos de un ataque suicida por militantes talibanes el 20 de octubre 2008, al suroeste de Kunduz, en Afganistán. Pese a la rápida acción de socorro de los cuatro militares, dos soldados alemanes murieron y dos resultaron heridos. En cuanto al personal civil, cinco niños afganos murieron, y uno resultó herido.
La nueva medalla es parte de un mayor impulso por el Consejo de la CDU de elevar el perfil y la apreciación pública de la Bundeswehr. Este otoño, se inaugurará en Berlín un monumento para honrar a los soldados del Bundeswehr que han muerto en servicio.
Desde que la Bundeswehr entró en Afganistán en 2002, han muerto ya 35 soldados alemanes.