La última moneda en aparecer de la popular serie austriaca ilustra elementos de la naturaleza en un espectacular color rosa. Calidad sin circular para unas originales piezas que combinan un anillo exterior en plata con un cospel de niobio.
La serie de emisiones conmemorativas austriacas que lleva como tema la biónica sacó a la venta a finales del mes de febrero la décima de sus monedas, que a simple vista se distingue por su llamativo color rosa fuerte. En el tipo de la moneda se combinan diferentes elementos procedentes de la naturaleza: en el anverso el central es la sección de una concha de nautilus, una estructura que ha inspirado numerosos elementos arquitectónicos, ya que, no en vano, es una de las plasmaciones del número áureo. Le acompañan un tiburón, que sugiere un diseño “aerodinámico”, un águila en pleno vuelo en alusión a la inspiración de la ingeniería aeronaútica y otros elementos vegetales y marinos que han servido de inspiración para el desarrollo tecnológico de la humanidad.
El reverso muestra diversos radiolarios, los protozoos que inspiraron la arquitectura del catalán Antonio Gaudí, destacándose sobre un fondo que muestra una vista interior del estadio olímpico de Munich.
La moneda tiene un valor facial de 25 euros y está fabricado con un núcleo de niobio, de una pureza del 99,8 %, y un anillo exterior de plata de 900 milésimas. El peso total de la moneda es de 16,50 gramos, de los cuales 9 son de metal precioso. El diámetro es de 34 milímetros. El volumen previsto de emisión es de 65000 unidades en calidad sin circular.