El hallazgo más importante de moneda contemporánea de la provincia de Alicante se expone actualmente en el MARQ. Su medio millar de piezas de oro y plata se fecha desde principios del siglo XVIII hasta 1823, mostrándonos los ahorros de un campesino que murió sin poder recuperarlos.
En 1963 unas obras de reforma en una casa del pueblo de San Juan de Alicante (Sant Joan d’Alacant) sacaron a la luz un conjunto de monedas que había estado oculto durante casi siglo y medio. En un hueco tras un tabique y dentro de una olla de barro se conservaban quinientas una monedas de oro y de plata, con fechas que iban desde comienzos del siglo XVIII hasta 1823. El tesoro pasó a los fondos del Museo Arqueológico de Alicante, el actual MARQ, donde se expone habitualmente, y donde estos últimos meses se le ha dedicado una pequeña exposición monográfica temporal en el vestíbulo, que estará montada hasta finales de junio. En ella se explican mediante audiovisuales la historia de este descubrimiento, a los que se puede acceder desde este enlace: http://www.marqalicante.com/Paginas/es/El-tesoro-de-Sant-Joan-dAlacant-P504-M4.html?img=1&cab=1 .
El aspecto más novedoso en la investigación relacionada con este hallazgo es que, al contrario de lo que sucede en la mayoría de los tesoros que se descubren, sean de la época que sean, en esta ocasión conocemos con casi total seguridad el nombre de su dueño. Se trata de Antonio Quereda Chápuli, dueño de la casa donde se descubrieron las monedas en el momento de la ocultación. Gracias a los datos conservados en los archivos se ha podido saber que Antonio Quereda murió sin descendencia y su casa cambió de dueño en 1834. También se ha averiguado que trabajaba como jornalero, lo que concuerda muy bien con la composición del tesoro.
De hecho, a pesar del importante número de piezas que forman el hallazgo, su valor se ha calculado en menos de seis mil reales de vellón, en concreto 5.948, una cifra que no alcanza los ocho o nueve mil reales anuales que ganaría entonces el secretario del Ayuntamiento de Alicante, pero que supera con creces los 451 reales que tenía asignados al año el barrendero, como se cuenta en la monografía dedicada al tesoro.
En este mismo sentido de acumulación modesta de riqueza hay que interpretar que la denominación mayoritaria en el tesoro sean las piezas de dos reales, seguida de lejos por los ocho reales y el real.
Pero la composición del tesoro incluye además monedas de oro en valores de ocho, cuatro, dos, uno y medio escudos, además de alguna pieza de veinte y diez reales y una peseta. En total, se encuentran representadas trece denominaciones diferentes. Al menos una moneda de cada tipo se puede ver en la base de datos del museo en este enlace: http://www.marqalicante.com/buscar_monedas.php?men=7&yac=19&lng=es.
Una parte del hallazgo la forman aquellas monedas que se encontraban en circulación cuando, a juzgar por los años en que vivió, suponemos que el propietario comenzó a ahorrarlas y que serían emisiones de los reinados de Carlos III, Carlos IV, José I Bonaparte y Fernando VII.
Sin embargo, otra parte del hallazgo la forman monedas anteriores que se interpreta como un depósito de riqueza formado en la primera mitad del siglo XVIII, en el que encontramos emisiones del archiduque Carlos de Austria, de Luis I, Fernando VI, y, sobre todo, de Felipe V, que es el reinado mejor representado en el tesoro.
Las monedas más modernas son de 1823; en concreto se trata de cuatro reales de a cuatro de las cecas de Madrid, Sevilla y Valencia. Por su estado de conservación, parece que la fecha de ocultación fue muy cercana a la de acuñación de estas piezas. Avala esta idea el hecho de que 1823 fue un año de infausto recuerdo en la provincia de Alicante. El Trienio Liberal del reinado de Fernando VII termina con la llegada del ejército francés conocido como “Los Cien Mil Hijos de San Luis”. La cercana ciudad de Alicante fue la última en capitular frente a los franceses en noviembre de 1823. Esto da idea del clima de conflictos e inestabilidad que se vivía en la región y que, como en tantas etapas de la historia, es un propicio caldo de cultivo para la ocultación de la riqueza.
Muy posiblemente Antonio Quereda, el dueño de las monedas, aunque no se conoce que estuviera implicado en cuestiones políticas, decidió ocultar sus ahorros de toda una vida de trabajo en un escondrijo de su vivienda llevado por este ambiente de inseguridad. Poco después moriría sin descendencia y se llevó su secreto a la tumba, hasta que 150 años más tardes salió casualmente a la luz.
Para saber más:
Ramón Sánchez, J.J., (ed.), 2011, Monedas: todas las caras de la historia, Alicante.
Ramón Sánchez, J.J., 2013, El tesoro de Sant Joan de Alacant, Alicante.
Ramón Sánchez, J.J., 2014, Al voltant d’una peça. El tesoro de Sant Joan de Alacant, Alicante.
Foto exposición: cortesía MARQ.