El verano de la Gran Guerra

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El verano de la Gran Guerra 400 400 admin

El centenario del inicio de la I Guerra Mundial ha marcado las conmemoraciones internacionales de estos meses y la numismática no ha sido ajena. Desde nuevas emisiones que recuerdan este hecho histórico crucial, como las recientes de Francia y Australia, a exposiciones como la del Ashmolean Museum de Oxford.

A lo largo de toda la primera parte de este año 2014 hemos ido dando noticia de novedades numismáticas cuyo tema estaba en relación con los cien años del inicio de la I Guerra Mundial, pero a medida que se acercaba la fecha exacta del centenario, su número se incrementaba. No pretendemos ser exhaustivos en la recopilación, sería casi imposible, pero hoy les traemos algunas de las más recientes acuñaciones conmemorativas.

Durante el mes de agosto, la ceca de Perth ha puesto a la venta varias emisiones de tema bélico relacionadas con la Gran Guerra. En primer lugar tenemos estas piezas de un dólar australiano que conmemora los cien años de la aviación militar y de los submarinos australianos. Realmente no se trata de un motivo estrictamente relacionado con la contienda,pero nos sirve para contextualizar el clima prebélico y los considerables adelantos militares que precedieron a la declaración de la guerra.

Pero donde la ceca ha echado la casa por la ventana ha sido con las emisiones conmemorativas del centenario del ANZAC, Australian New Zealand Army Corps por sus siglas en inglés, o para nosotros en castellano, las fuerzas armadas conjuntas de Australia y Nueva Zelanda.

Una primera serie conmemorativa del inicio de la guerra está formada por tres monedas de media onza de plata de la máxima pureza (99,9% de metal precioso), en acabado coloreado. Su módulo es de 32,60 milímetros y su valor facial de medio dólar.

La colección está compuesta por tres piezas diferentes, con tres motivos que abordan diferentes aspectos del centenario. Podemos empezar con el dedicado a la primera campaña australiana que se desarrolló en Bita Paka, en los territorios alemanes de Nueva Guinea. En el tema de reverso podemos ver a un soldado australiano avanzando hacia la estación con un fondo selvático.

La siguiente moneda, también muy ilustrativa, se ha titulado “La respuesta a la llamada” y recoge el momento del alistamiento en una oficina de reclutamiento.

Por último, “La despedida de la familia”, recoge la escena de un soldado australiano abrazando a su llorosa hija, mientras un barco de guerra le espera al fondo. Estas tres monedas presentan un esquema de diseño y elementos comunes, como son la aparición del símbolo de la amapola roja en el margen del reverso, así como la marca de ceca P de Perth, y la leyenda en el canto en la que se lee PRIDE – RESPECT – GRATITUDE.

Además, al tratarse de monedas de curso legal en Australia, el anverso lleva el retrato preceptivo de Isabel II, con la composición metálica, el año de acuñación, etc. Esta colección tiene su volumen limitado a 5000 unidades.

Hasta una onza sube el peso en plata pura de la siguiente moneda, dedicada a la declaración de guerra. Comparte con la emisión anterior su acuñación en plata en acabado coloreado y la presencia como elemento secundario de la emblemática amapola roja y la leyenda grabada en el canto.

En el diseño de su reverso el protagonismo recae en el lema “1914 —––When the Empire is at War, so is Australia at War” (“1914, cuando el Imperio está en guerra, Australia está en guerra”). En la parte superior, la imagen de Britannia, tocada con un casco corintio y con la bandera británica, parece conducir a las tropas australianas que figuran en la parte inferior del flan.

Con un valor facial de un dólar australiano, el diámetro de la moneda asciende a 40,60 milímetros, y también el volumen de emisión es mayor: 7500 unidades.

Terminamos con la pieza de oro, que contiene un peso de un cuarto de onza -7,77 gramos- de metal precioso de 99,99% de pureza en un módulo de 20,60 milímetros. En esta ocasión el lema de la moneda es “1914 —–– To Our Last Man and Our Last Shilling” (“hasta el último hombre y el último chelín”). Esta famosa frase fue pronunciada por el primer ministro australiano refiriéndose a su apoyo a Gran Bretaña.

Completando el tema del reverso de la moneda, puede verse un grupo de soldados marchando por la costa de Albany, con un convoy de barcos al fondo. Comparte con las piezas anteriores la presencia de la amapola y de la leyenda grabada en el canto, así como el tipo de anverso con el retrato de Isabel II. El valor facial de cada una de las mil monedas que componen esta emisión es de 25 dólares australianos.

Saltamos de hemisferio y de continente para fijarnos en las emisiones de uno de los países que sufrieron más directamente la contienda: Francia. La Monnaie de Paris ha presentado una emisión con cuatro piezas en oro y plata, a las que se suman un broche y una medalla. Estas monedas no solo conmemoran el centenario de la Gran Guerra, sino que dan inicio a una nueva serie dedicada a los hombres y mujeres del siglo XX.

Las monedas se presentan en cuatro valores diferentes. En oro de 999 milésimas se acuñarán hasta un máximo de 500 ejemplares de una onza de oro, que tendrán un valor facial de 200 euros. La aleación de metal precioso baja a las 920 milésimas en el caso de las monedas de un cuarto de onza de oro, con facial de 50 euros, un peso de 8,45 gramos, y un volumen máximo de emisión de 1914 ejemplares.

En cuanto a la plata, se emitirán hasta 500 piezas de cinco onzas en metal precioso de 950 milésimas de pureza, con un peso total de 163,8 gramos, y un facial de 50 euros, así como 10.000 monedas de 10 euros, en plata de 900 milésimas, con un peso de 22,2 gramos.

El diseño común a todas ellas muestra en sus caras dos escenas a los hombres que parten hacia el frente, con el taxi representando la salida para la batalla del Marne, y las mujeres ayudando en la partida. De nuevo encontramos la presencia de la amapola y de la no menos emblemática azulina, o clavelina, con cuya imagen se ha diseñado el broche, o pin, de la colección.

La medalla oficial del centenario recuerda también los taxis que condujeron a las tropas al frente. En su reverso, un mapa recoge los movimientos de tropas en las primeras fases de la guerra en septiembre de 2014. Está batida en bronce con un peso de 370 gramos y 81 milímetros, con solo 1914 ejemplares.

Pero el recuerdo de este crucial hecho histórico desde la numismática no podía limitarse solo a nuevas acuñaciones conmemorativas, sino que se ha extendido a otros ámbitos, como es el caso de la exposición que dedica actualmente el Ashmolean Museum de Oxford a las emisiones monetales de la contienda.

Con el título “Lest we forget: Conmemorating the Great War”, la exposición temporal visitable gratuitamente hasta el próximo 23 de diciembre, exhibe medallas conmemorativas y de campaña, batidas para conmemorar el asesinato del archiduque Fernando, el hundimiento del Lusitania o el bombardeo aéreo de Londres, entre otros hechos. Además se muestran las emisiones monetarias de emergencia, como las fichas de guerra, y el papel moneda emitido para uso de las tropas.

Sin duda no será la última vez que tengamos que hablar del tema de la I Guerra Mundial en las monedas, que continuará durante los próximos años, y se solapará con los aniversarios de la II Guerra Mundial.

Fotos: Ceca de Perth y Monnaie de Paris.

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