La nueva instalación museística del MAN reserva un espacio propio para la numismática, en el que se explican, entre otros aspectos, su historia, su fabricación, cómo se estudia, los objetos que se asemejan, etc.
Una de las crujías del patio del renovado edificio del Museo Arqueológico Nacional, alberga desde su reinauguración un espacio propio dedicado en exclusiva a la numismática. El título “La moneda, algo más que dinero” les será familiar a muchos, puesto que está tomado de la exposición que el gabinete numismático organizó en Leganés (Madrid) en 1996, del que se editó un librito que ha tenido mucha difusión.
De ella ha salido el germen de lo que es la exposición actual, que se ubica en la entreplanta del museo, y en la que se explican muchos de los aspectos relacionados con la moneda. Como no podía ser de otra manera, entre los primeros conceptos que se tratan se encuentra la definición del dinero.
En otra vitrina se explica al visitante qué es la moneda.
A continuación, se van desgranando diferentes aspectos relacionados con su función y con los tipos de dinero existentes. Se trata acerca del dinero que se destina a los pagos al estado, o a los pagos a los dioses.
Resulta muy llamativa la reconstrucción que se ha preparado de un esqueleto enterrado junto con monedas, depositadas de distintas formas para ilustrar las maneras en las que se las suele encontrar en los enterramientos. Aunque la más conocida sea la tradición clásica del óbolo de Caronte, que se introducía en la boca del difunto, también es habitual encontrar monedas en otras posiciones.
No podían faltar las menciones a la falsificación, tanto en lo que se refiere a la moneda circulante -–la moneda fabricada para pasar por buena en los intercambios cotidianos-…
… como las falsificaciones e invenciones destinadas al mercado coleccionista, cuyo rostro más conocido -–aunque ni mucho menos el único, pero es de los pocos a los que podemos poner nombre y cara hoy en día- es el del alemán Becker.
Un muro luminoso nos presenta de cerca y de un modo muy atractivo el diseño de las monedas, que es el reflejo de la época que las produce.
Junto a ellas se presentan una serie de objetos para los que la moneda ha servido de modelo, pero que no son tales, como ocurre con amuletos, fichas o joyas. Aunque a alguno nos parezca mentira, son muchos los jóvenes visitantes que se sienten fascinados por el teléfono que figura en la exposición, que evidentemente no es un modelo móvil, y que les resulta absolutamente exótico.
Pero si hablamos de piezas exóticas la mayoría se concentran en otra área de la exposición que lleva por título “Dinero sin moneda”. Gran parte de las piezas que se exhiben en esta sección ya han sido mostradas en dos exposiciones temporales realizadas por el gabinete numismático del MAN, en concreto en 2001, que llevaron por título Dinero exótico y Esto es dinero.
Se habla del dinero utilizado por los pueblos primitivos, de los sistemas que se han usado para realizar los pagos a lo largo de la historia.
El ganado o la sal han dejado su huella incluso en las palabras que utilizamos hoy relacionadas con los pagos: salario, capital, pecuniario…
Tampoco falta el metal utilizado al peso, que se considera como una etapa premonetal anterior a la oficialización de ese metal mediante su control con un sello por el estado, dando origen a la moneda.
Por último, con el nombre “Enriquecer el museo” se muestra al visitante un área de la exposición que está dedicada a mostrar las adquisiciones más recientes del departamento y en la que se irán presentando micro exposiciones temáticas renovadas periódicamente. Actualmente el visitante puede ver que aunque en los últimos años el museo permaneció cerrado al público, siguió incrementando sus fondos.
Por si todo esto fuera poco, el resto de la exposición general incluye en cada contexto histórico algunas de las piezas monetarias más destacadas de ese periodo. Son especialmente llamativos los tesoros, como las grandes acumulaciones de denarios romano-republicanos del sur de España, con los ejemplos de Mogón o El Centenillo; los sólidos de Arcos de la Frontera; el oro visigodo de Recópolis, etc. etc.
Así que si les faltaba un empujoncito para realizar esa visita pendiente al nuevo MAN, anímense, que no se van a arrepentir.