La profesora Mariana Fernández Campos aborda en esta nueva obra monográfica el estudio en profundidad de las emisiones latinas conservadas en la colección Dihigo de la Universidad de la Habana.
A principios del siglo XX el estudio de la numismática y el coleccionismo no se encontraban muy arraigados en Cuba, como parece deducirse de la escasa documentación conservada de aquella época. En este contexto el doctor Juan Miguel Dihigo, profesor de la Universidad de la Habana, comienza a montar una colección de antigüedades destinada a completar la formación de los alumnos, que con el tiempo se ha terminado llamando Museo Arqueológico. En principio se trataba de copias en yeso de originales clásicos, pero entre estos se encontraban un buen número de monedas auténticas.
La creencia de que el museo albergaba sólo copias hizo que el monetario se mantuviera en el olvido durante más de medio siglo. El libro que les presentamos hoy, Monedas romanas en La Habana. Redescubrimiento de una colección universitaria, editado por la Universidad de La Habana en 20013, es obra de la doctora Mariana Fernández Campos, que ha dedicado su tesis doctoral al estudio de este monetario.
El libro consta de dos grandes secciones: por una parte, un estudio preliminar en el que se recoge la historia de la colección formada por el doctor Dihigo, y por extensión se habla del coleccionismo en la isla de Cuba a lo largo de todo el siglo XX. Además se ofrece un completo análisis de las monedas recopiladas, con explicación de tipos, metrología, contexto histórico, etc.
El catálogo propiamente dicho recoge un total de 173 monedas, casi en su totalidad republicanas y del Alto-Imperio, con la excepción de dos silicuas del siglo IV d.C. Prácticamente todas las piezas son acuñaciones en plata, con predominio del denario y el antoniniano, con algún cistóforo, salpicados con algún bronce y un par de áureos. Los tipos apenas se repiten, salvo en el caso de las abundantísimas series legionarias de Marco Antonio (2 ejemplares); las no menos frecuentes de Cayo y Lucio (RIC I 207-212) (6 ejemplares) y los denarios de Tiberio con la imagen de Livia sentada en el reverso (RIC I 26, 28, 30) (9 ejemplares). Aunque no se menciona en la obra, esta repetición y combinación de tipos nos hace pensar que estas piezas podrían formar un lote adquirido conjuntamente procedente de alguna donación de una colección previa, quizás parte de un tesorillo, como los que aparecen en el norte y oeste de la Península que cierran con moneda de Tiberio. Lo poco que sabemos de la formación de la colección es que algunas monedas fueron comparadas a la firma Spink & Son, pero apenas se ha conservado documentación.
Si bien para el catálogo se han seleccionado únicamente las piezas originales, podría haber entre ellas alguna pieza falsa, aunque la calidad de las fotografías no permite confirmarlo.
En cualquier caso, la composición del monetario denota un afán didáctico, tal y como corresponde a la colección de una institución educativa, con una pequeña muestra de cada emperador, o de los tipos más representativos de cada etapa. Y en esta misma línea se enmarca la redacción de esta obra, que combina el rigor académico en la realización del catálogo con una parte introductoria y descriptiva de las monedas que la hace mucho más asequible y atractiva para el gran público y que servirá para la difusión y el mejor conocimiento de la numismática latina en Cuba.
Ciertamente esta colección de la universidad de La Habana no es una gran colección, numéricamente hablando, ni tampoco en lo que se refiere a ejemplares de gran rareza, pero, como siempre repetimos desde estas líneas, toda publicación de fondos numismáticos de museos es bienvenida. Sabemos que también se está realizando el estudio de las piezas griegas de este monetario y esperamos ver pronto la continuación de la serie.
Isabel Rguez. Casanova