Rozando el cien por cien de ventas, la Subasta Selección preparada por las firmas barcelonesas Áureo & Calicó obtiene unos excelentes resultados en todos los capítulos, desde moneda antigua hasta extranjera. También muy buen porcentaje de ventas en la Subasta General, con fuertes subidas del oro romano-imperial.
La Semana Numismática de la ANE ha albergado entre sus actividades las dos subastas previstas para el mes de marzo de la firma Áureo & Calicó, que quiso preparar para esta ocasión su Selección de 2012, 500 piezas de la más alta calidad, acompañando a la subasta general. Con grandes expectativas fomentadas por la valía de la oferta, ambos catálogos se remataron el pasado jueves 8 de marzo, el general en sesión de mañana y el de selección en la de tarde.
De la primera parte, los 847 lotes que formaban el catálogo de la subasta general, hay que destacar el buen porcentaje de ventas, que superó el 90% del total, así como las notables subidas de algunas monedas, especialmente las de oro. Así vimos cómo se multiplicaban los precios iniciales de los áureos imperiales, comenzando por el de Augusto que se ofertaba con el nº 1027, que de 1200 euros de salida se adjudicó en 11000, el de Vespasiano (lote nº 1028), de 2500 hasta 8000 euros, o el de Sabina (lote nº 1034), con salida en 3000 y rematado en 13000. Casi triplica su precio de salida un raro tremis visigodo acuñado por Sisenando en la ceca de Castelona (lote nº 1079), que se adjudicó en 4400 euros frente a sus 1500 en catálogo. Tampoco obtuvieron malos resultados las onzas, como la nº 1356, acuñada en Méjico en 1760, rematada en 6000 euros desde 4000 de salida. Entre las sorpresas, la de esta pieza de un real,
emitida en Caracas en 1817 a nombre de Fernando VII (lote nº 1507), que partía de 600 euros en catálogo y se ha rematado en nada menos que 11000.
Los excelentes resultados de la subasta general hacían aumentar los buenos presagios sobre la subasta selección que habría de celebrarse por la tarde, como así resultó finalmente. Como primer comentario, hay que resaltar que el porcentaje de ventas rozó el pleno, puesto que sólo seis lotes de los quinientos que componían el catálogo se quedaron sin vender. En línea con la sesión anterior, empezó fortísima la moneda romana: el lote nº 1, un raro áureo a nombre de Cestio Norbano, del 43 a.C. vio dispararse su precio de salida de 4000 euros hasta los 32000. Más modesta fue la subida del áureo de Julia Domna (lote nº 3), que desde un inicio similar se adjudicó en 16000 euros.
También se vieron alzas muy notables en el capítulo de moneda hispánica, por ejemplo la del siclo hispano-cartaginés que salía con el nº 8 por 4500 euros, adjudicado en 8500; multiplicó por más de cuatro su precio de catálogo el denario oscense de Domicio Calvino (lote nº 11), que se remató en 3800 euros, y también obtuvieron excelentes resultados denarios celtibéricos como los de Sekaisa (lote nº 12), rematado en 2000 euros, o Sesars (lote nº 13), en 4400.
Otro capítulo en el que sucedieron las subidas de cartón hasta conseguir remates muy por encima de los precios en catálogo y de las estimaciones calculadas por los organizadores, fue el de las monedas visigodas. Hasta los 10000 euros subió el tremis de Sisebuto acuñado en Eminio (lote nº 19), que partía de 2500; muy por encima, en 27000, se remató otra pieza del mismo monarca de la ceca de Iliocrici (lote nº 17), único ejemplar conocido que salía en 5000 euros, pero ambas fueron superadas por el tremis acuñado en Bergio (lote nº 18) con un precio de salida de 3000 euros que se convirtieron finalmente en 35000.
Del apartado de moneda medieval podemos destacar las adjudicaciones de una dobla de 35 maravedíes de Pedro I (lote nº 66), en 4000 euros, y los 19000 euros que alcanzó la dobla de Alfonso de Ávila (lote nº 79). También conviene fijarse en los buenos resultados obtenidos por las piezas acuñadas en Portugal, como la barbuda de Fernando I (lote nº 70), que subió de 1200 en catálogo a 5500 de remate, o los reales de Alfonso V (lotes 80-81), con el mismo precio de salida y adjudicados en 4500 y 5000 euros, respectivamente.
Las emisiones monetales de los Reyes Católicos estaban representadas por un notable surtido de dobles, medios y excelentes de diferentes cecas, que contó con una muy buena acogida. Señalaremos únicamente las adjudicaciones más altas, que han correspondido a los dobles excelentes de Toledo (lote nº 98: subió de 5000 a 14000 euros) y Segovia (lote nº 99: 17000 euros); el excelente de La Coruña (lote nº 93) se adjudicó en 22000 euros frente a 15000 de salida y hasta 25000 euros llegó el ejemplar de ocho reales acuñada en Segovia (lote nº 91).
Sin embargo, las adjudicaciones más altas de la subasta quedaron reservadas para la sucesión de onzas que campaban a lo largo de los diferentes reinados de Austrias y Borbones. Por falta de espacio, y por temor a resultar tediosos, destacaremos sólo aquellas que han obtenido los mayores remates, empezando por ejemplo, con los soberbios 65000 euros alcanzados por la onza de Segovia (lote nº 131) con fecha 1632/27, que salía en 30000. Hasta 28000 euros subió el precio de los cuatro escudos de la misma ceca del año 1683 (lote nº 139), que se subastaban a partir de 15000 euros y, para terminar con los Austrias, la onza nº 141,
de la ceca de Lima, un ejemplar único con salida en 25000 euros, alcanzó los 60000 de remate.
Siguieron fuertes las adjudicaciones con el primero de los Borbones, de modo que los cuatro escudos de Méjico de 1711 que salían con el nº 164 y 30000 euros de precio, se remataron en 54000. Una de las joyas de la oferta, y la pieza que partía con un precio más alto de salida -45000 euros- era la onza de Guatemala del año 1735 (lote nº 166), considerada inédita y posiblemente único ejemplar conocido. Los coleccionistas supieron apreciar en toda su valía esta excepcional pieza e hicieron subir su precio hasta más del doble, nada menos que 95000 euros.
Aunque rematada en una cantidad mucho menor, también fue muy significativa porcentualmente la subida experimentada por la onza de Santa Fe de 1743 que salía con el nº 177 y 9000
euros en catálogo, que llegó en la puja hasta los 30000.
De Fernando VI destacaremos otra onza de Guatemala de 1751 (lote nº 195), con salida en 18000 euros y que se adjudicó en 30000 euros, la misma cantidad en que se remató el duro de Santa Fe de 1759 (lote nº 191), si bien en este caso, se trataba del precio de salida. Hay que anotar que, en esta ocasión, en líneas generales, el comportamiento de las emisiones en plata ha estado muy por debajo de las de oro.
Los altos remates de las onzas continuaron con Carlos III y Carlos IV, superando varias piezas los 15000 euros de adjudicación, entre ellas los ocho escudos de Santa Fe del año 1769 (lote nº 212), que subieron de 12000 en catálogo hasta venderse en 22000.
Ya en el siglo XIX podemos destacar los 12000 euros en que se adjudicaron los 320 reales de Fernando VII que salían con el nº 314, y por dejar también en alto el pabellón de la plata, los 32000 euros que alcanzaron los 20 reales de Isabel II que salían con el nº 404 y 15000 euros en catálogo, así como las cinco pesetas de la I República, de 1869 (lote nº 429), que se remataron en 28000 euros.