Precios estratosféricos en las dos selectas colecciones que salían a subasta en Zúrich. El sestercio de Calígula que vemos alcanzó los 600.000 francos suizos y varios lotes superaron los 100.000.
Hace algunas semanas les comentamos la extraordinaria subasta de moneda antigua que había preparado Numismatica Ars Classica para su remate del 20 de octubre. Se trataba de dos selectas colecciones que sumaban entre ellas poco más de trescientos lotes, 304, en concreto, pero que albergaban piezas excepcionales.
La primera de ellas, la segunda parte de la colección JDL, sacaba a la puja tan solo 45 lotes de moneda griega y romana desde finales de la República. Ya en nuestra noticia previa les decíamos que cada uno de los lotes daría para un comentario y los resultados nos han dado la razón en cuanto a que la calidad de las piezas era excepcional. Todos ellos han sido vendidos y sobre las adjudicaciones juzguen ustedes mismos a partir de los ejemplos que les mostramos.
Comenzamos con esta tetradracma de Naxos (lote nº 3), con su característico Sileno, que pertenece a la etapa final del estilo arcaico. Salía a subasta con una puja mínima de 100.000 francos suizos y se ha rematado en 170.000.
La doble estátera áurea de Seleuco I Nicator (lote nº 17), considerada de la más alta rareza, ya que podría ser el segundo ejemplar conocido de su tipo, salía en el mismo precio que la anterior y alcanzó los 160.000 francos de martillo.
Sorprendentemente, la moneda más valiosa de todo este remate era este espectacular sestercio de Calígula (lote nº 24), que muestra en su reverso una escena de Adlocvtio en la que el emperador se dirige sus soldados. Cuesta creer que una moneda de bronce tenga un precio de 200.000 francos, pero es que en la puja triplicó su salida y fue adjudicada en nada menos que 600.000, o lo que es lo mismo, prácticamente medio millón de euros (sin contar impuestos ni comisiones).
También en bronce está acuñado este sestercio de Didio Juliano (lote nº 36), un ejemplar de norme rareza debido a que este emperador reinó tan solo unos meses. De 48.000 francos de puja mínima, pasó a 90.000 de remate, cifra mucho menor que la anterior pero que no deja de ser altísima.
Tras este más que exitoso remate, se pasó a subastar la colección C. G. de moneda romana, formada por un total de 259 lotes, en la que tampoco faltaban las piezas fuera de serie. A poco de empezar la subasta pudo verse cómo el áureo con los retratos de Marco Antonio y Octaviano (lote nº 50), subía de 60.000 francos de puja mínima a 170.000 de martillo.
Otro áureo, en esta ocasión de Pértinax (lote nº 118), emperador que ocupó el trono durante unos semanas en el 193 d.C., se quedó a las puertas de alcanzar los 100.000 francos: se remató en 95.000 subiendo desde “solo” 40.000.
Una nueva subida espectacular se vivió con la de este otro áureo (lote nº 193), esta vez emitido a nombre de Herenio Etrusco como césar, bajo el reinado de su padre, Trajano Decio. Salía a subasta con una puja mínima de 36.000 francos que quedaron pulverizados al caer el martillo en nada menos que 110.000.
Terminamos este brevísimo repaso con una pieza del Bajo Imperio. Se trata de este múltiplo de un sólido y medio (lote nº 257) acuñado para Constantino I en el taller de Nicomedia, con un tipo de reverso muy atractivo y poco común que recuerda la entrada victoriosa en esa ciudad del emperado, representado a caballo, saludando, precedido de una victoria-. De nuevo su precio de salida de 40.000 francos, quedó muy lejos del remate alcanzado, que fue de tres veces más: 120.000.