Animado remate que reunió a numeroso público el pasado jueves en Madrid. Entre las mejores adjudicaciones destaca este ejemplar de 320 reales de José I Bonaparte, que consiguió un precio de martillo de 9.800 euros.
Con el salón del Hotel Convención lleno hasta los topes, dio comienzo puntualmente a las cinco y media de la tarde la subasta en sala de José A. Herrero. La veterana firma madrileña había preparado para este su último remate del año un catálogo de más de novecientos lotes, con gran presencia de la moneda española y un importante capítulo de medallas.
Una buena parte de los presentes acudió atraído por la atractiva oferta de moneda hispánica antigua, que incluía una colección de más de ciento veinte lotes de emisiones de Emerita Augusta. En ella vimos algunas subidas notables, como la de este dupondio de Tiberio (lote nº 113), que pasó, tras repetidas subidas de cartón, de 800 euros en catálogo a 1.450 de remate.
También se vieron pujas animadas en el resto de la moneda hispánica, como sucedió con esta pieza del noroeste con el conocido tipo de la caetra (lote nº 169), en muy buen estado de conservación, que alcanzó 600 euros de adjudicación frente a los 375 de salida.
O este as de Ontikes (lote nº 204), raro y también en muy buen estado de conservación, que, desde un precio en catálogo de 500 euros, hizo caer el martillo en 900.
En cuanto a las series romanas, los precios se dispararon al llegar el Imperio y así pudo verse duplicar su puja mínima al sestercio de Nerva que salía como lote nº 277 (de 500 euros en catálogo a 1.000 de martillo), aunque las adjudicaciones más altas se las llevaron, como es costumbre, los áureos. Este que vemos, acuñado en Roma para Antonino Pío (lote nº 292) con reverso epigráfico, pasó de 2.400 euros de salida a un remate de 4.200.
Y este otro, de Faustina la Menor (lote nº 310), con la personificación de Hilaritas en el reverso y excelente estado de conservación, subió desde 3.500 en catálogo hasta 4.100 de martillo.
No podemos dejar de citar una de las sorpresas de esta sección, que fue la subida de este sestercio de Septimio Severo (lote nº 320), muy escaso y en excelente estado de conservación, con una rara divinidad como tipo de reverso, ya que subió desde unos modestos 375 euros hasta los 1.300.
También se coló entre los mejores remates una pieza del Bajo Imperio. Hablamos de este sólido de Magnencio (lote nº 331), acuñado en el taller de Aquileia, pieza rara, en excelente estado de conservación y con un atractivo tipo de reverso. Fue adjudicado en 5.000 euros.
En las secciones siguientes las subidas fueron mucho más moderadas y habría que esperar hasta la llegada del Imperio español para volver a ver alguna adjudicación más llamativa. Por ejemplo, este escudo de la ceca de Lima (lote nº 485) atribuido a Luis I, salía a la puja a partir de 1.900 euros y se remató en 2.450.
Una de las joyas de la subasta era este ejemplar de 320 reales, acuñado en Madrid en 1810 para José I Bonaparte. Salía a subasta como lote 519 a partir de 7.000 euros que se convirtieron finalmente en 9.800 de remate.
Las excelentes conservaciones en que se presentaban las acuñaciones del último tercio del siglo XIX jugaron a favor de sus buenas adjudicaciones. Así vimos cómo las 5 pesetas acuñadas en 1871 para Amadeo I de Saboya (lote nº 571) se remataron en 1025 euros, partiendo de 750 de puja mínima; los 1.700 euros de martillo que consiguió este ejemplar sin circular de 2 pesetas de Alfonso XII de 1883 (lote nº 580), o los 1.400 de las 5 pesetas de Alfonso XIII de 1893 (lote nº 590).
Aunque sin subidas llamativas, el amplio capítulo de medallas que formaba la colección Cantabria obtuvo un porcentaje de ventas mayor del esperado para este tipo de piezas. Cerraron el remate las secciones de billetes y lotes de conjunto.
Las próximas subastas de José A. Herrero del año 2015 están anunciadas ya para los días 7 de mayo y 10 de diciembre y esperamos que sigan congregando tanto público como en esta última.