Estos cuatro pesos de Isabel II se alzaron con la mayor adjudicación del remate al alcanzar un precio de martillo de 15.500 euros. Es el mejor ejemplo de los buenos resultados en moneda española, especialmente de oro.
El pasado jueves 27 de febrero tuvo lugar en Barcelona la subasta numismática de las prestigiosas firmas Martí Hervera y Soler y Llach que sometían al veredicto de los coleccionistas un total de 1479 lotes. A continuación les ofrecemos un resumen de las mejores adjudicaciones.
Del capítulo de moneda griega, hay que destacar el remate de esta estátera cartaginesa (lote nº 29), que pasó en la puja de 900 a 1.100 euros.
Por su parte, la moneda romana en plata, tanto republicana como imperial, consiguió un elevado porcentaje de ventas, aunque con subidas moderadas, como sucedió con este denario con las efigies de Calígula y Agripina (lote nº 289), adjudicada en sus 1.000 euros de salida.
En el tránsito hacia la Edad Media, las emisiones visigodas que se presentaban a la puja fueron adjudicadas en su totalidad, y de nuevo con alzas moderadas con respecto al precio de catálogo. El lote de mayor valor, el triente de Suinthila acuñado en la ceca de Cesaracosta (lote nº 344), se remató en sus 2.250 euros de inicio.
Este medio croat acuñado en Barcelona por Fernando I de Antequera durante su breve reinado (lote nº 382), muy raro y en muy buen estado de conservación, pasó de 1.500 euros en catálogo a 1.600 euros de remate.
Algo mayor fue la subida que registró este morabetino batido en Toledo para Alfonso VIII (lote nº 391), del 1226 de la era de Safard, en excelente estado de conservación, rematado en 2.000 euros frente a los 1.800 de salida.
En proporciones similares se movieron otros resultados de piezas medievales de alto valor, como la dobla de 35 maravedíes de Pedro I, de la ceca de Sevilla (lote nº 392), adjudicada en 1.400 euros, frente a los 1.200 de inicio; la dobla de la banda de Burgos de Juan II (lote nº 395), que subió de 1.000 a 1.300 euros, o la de Sevilla (lote nº 397), adjudicada en 1.000 euros.
La representación de emisiones de la monarquía española era especialmente numerosa en los reinados de los Borbones, donde, como era de esperar, las monedas de oro obtuvieron los mejores resultados. Sin embargo, antes de llegar a ellos, hay que mencionar el remate de esa onza sevillana batida en 1661 para Felipe IV (lote nº 433), adjudicada en 2.350 euros.
Estos cuatro escudos acuñados en Barcelona (lote nº 448) para Carlos II en 1684, rarísimos como toda la emisión en oro del último de los Austrias en esta ceca, se remataron en 5.500 euros, su precio de catálogo.
Con los Borbones en el trono, las grandes piezas de oro siguen ocupando las primeras posiciones en el ranking de los remates más altos, con las onzas de Felipe V a la cabeza. Así, los ocho escudos de Méjico de 1714 (lote nº 495), con sus 6.800 euros de adjudicación, si bien se quedaron en el precio de salida.
También hay que mencionar los 4.000 euros de martillo conseguidos por estos ocho escudos batidos en Lima en 1761 para Carlos III (lote nº 608), pieza rara que salía a la puja a partir de 3.500 euros.
En la sesión de tarde, reservada a los lotes de Carlos IV en adelante, vimos alguna subida más fuerte, como por ejemplo la de estas 20 pesetas acuñadas en Barcelona durante la ocupación napoleónica (lote nº 703), que pasaron de 3.900 euros de inicio a 5.800 de remate.
El gran capítulo dedicado a las emisiones de Isabel II se saldó con un alto porcentaje de ventas, cercano al 80% de los lotes, y algunas subidas considerables, incluyendo la mayor adjudicación de la subasta. Entre las primeras hay que mencionar las de dos pruebas no adoptadas de veinte reales de los años 1855 y 1859 (lotes nº 1001 y 1007, respectivamente), con precio de inicio cada una de ellas en 1.250 euros, que se adjudicaron finalmente, en 1.350 y 1.800 euros.
Como decíamos, la mayor adjudicación de la subasta la obtuvo esta pieza de cuatro pesos de la ceca ce Manila (lote nº 1119), del año 1867, perteneciente a una emisión conocida por muy pocos ejemplares, que se ofrece con certificado de autenticidad y en muy buen estado de conservación. Su precio de salida era de 9.000 euros que se convirtieron finalmente en 15.500 de remate.
Puede decirse también que fue la última subida apreciable que se vio en la moneda española, ya que el resto se mantuvo en niveles moderados, solo algo por encima de los precios de salida.
Y la misma tendencia continuó en el apartado de series extranjeras, con buenos porcentajes de ventas, pero alzas modestas. Hay que mencionar, sin embargo, la excepción que marcaron estos ocho escudos mejicanos (lote nº 1410), de la ceca de Guanajuato, acuñados en 1862/1, que pasaron en la puja de 825 euros de salida a 2.250 de remate.
En cuanto al capítulo de notafilia, la adjudicación más alta fueron los 4.000 euros en que se remató el rarísimo billete de 10 escudos de la emisión del 1 de mayo de 1873 (lote nº 1438), si bien se trataba de su precio de catálogo.