La primer parte de la colección de áureos romanos de la Hispanic Society de Nueva York, reunida por el magnate Archer M. Huntington, sale a remate el próximo 7 de octubre en Zurich de la mano de Numismatica Ars Classica. Más de trescientos lotes de una colección única que vuelve al mercado numismático después de más de un siglo.
Si son ustedes lectores de esta revista les suponemos al tanto de los avatares que ha vivido la colección monetaria de la Hispanic Society desde que, hace más de cuatro años, se filtró por primera vez a la prensa la posibilidad de que fuera vendida para financiar el resto de la fundación. Como les anunciamos, poco a poco iremos viendo cómo una gran parte de ese cuantioso monetario, formado por más de 38000 monedas, va saliendo al mercado en diferentes subastas de distintas firmas numismáticas europeas. La delantera la tomó Jesús Vico SA., quien ya en junio sacó a remate parte de las piezas españolas antiguas, medievales y modernas, y que realizará otra subasta extraordinaria con monedas de la misma procedencia y variadas cronologías.
Ahora es el turno de otras firmas europeas, empezando por Numismatica Ars Classica, que rematará en Zurich, el día 7 de octubre, la primera parte del conjunto de áureos romanos que formaban parte de la magna colección de Huntington. Se trata únicamente de 326 lotes, que no son estrictamente romanos, ya que comprenden también emisiones bizantinas y de pueblos bárbaros, pero que presentan piezas de calidad excepcional.
Antes de empezar con el comentario del catálogo, les recomendamos la lectura del prólogo que lo acompaña, donde no sólo se detalla el papel de Huntington como coleccionista, sino que se ofrece una reflexión acerca de lo que ha supuesto la dispersión de esta colección. Especialmente crudo se nos antoja el hecho de que muchos trabajos numismáticos publicados desde el ámbito académico deben ilustrarse con monedas procedentes de las subastas y de colecciones privadas, dada la dificultad de acceso que existe a los fondos monetarios de instituciones públicas. Se citan algunas notables excepciones, entre las que, como era de esperar, no se encuentra ninguna española. En este estado de cosas, es preferible una colección bien publicada, dispersada en una subasta, que una mal conservada, sin estudiar y a la que no se pueda tener acceso.
A diferencia de lo que sucede con la moneda hispánica antigua, procedente de colecciones españolas del XIX, la moneda romana de la Hispanic fue comprada por Huntington en las grandes firmas de subastas de su época, sin que se haya rastreado hasta ahora procedencia alguna española.
El catálogo de la subasta se ha dividido en dos grandes grupos, según el estado de conservación de las monedas, siendo el primero el más selecto de los dos. Éste comienza con un conjunto de siete áureos de finales de la República, entre los que destaca el emitido por Pompeyo con los retratos de su familia (lote nº 105), con una clara intención de propaganda dinástica. El precio de salida de esta moneda es de 80000 francos suizos, aunque podría alcanzar los 100000.
El paso al imperio lo marca una buena muestra de emisiones augusteas, entre las que sobresale este áureo de la considerada primera emisión imperial (lote nº 106), una rara serie de la que esta moneda es la mejor conservada. De ahí que su valoración se sitúe en 70000 francos.
Muy notable es la representación de piezas de los emperadores que se sucedieron en la guerra civil de los años 68-69 d. C. De Galba, y del taller de Tarraco, es esta moneda con la imagen del renacimiento de Roma (lote nº 127), valorada en catálogo en 100000 francos; la misma estimación se ha calculado para otro áureo posiblemente de la misma ceca emitido para Vitelio (lote nº 129), y algo por debajo, quedaría la pieza de Otón (lote nº 128), rondando los 90000 francos.
Entre los ejemplares de los antoninos, hemos seleccionado esta espectacular pieza con la personificación de Hispania (lote nº 148), perteneciente a la serie de Adriano dedicada a las provincias del imperio. Su valoración en catálogo es de 20000 francos.
También muy interesante es el conjunto de monedas de la dinastía de los Severos, especialmente aquellos que combinan diferentes retratos de la familia imperial, como el de Julia Domna (lote nº 185), o los de Caracalla (lotes nº 189-190), cada uno de ellos con un precio estimado de 50000 francos.
En algo más se estima el valor del que sale a subasta con el nº 192, con las imágenes de Geta como César y de Caracalla, fechado entre el 200 y el 202 d. C., y que podría llegar a los 60000 francos.
Otra de las raras piezas ofertadas en la subasta es este áureo de Macrino (lote nº 195), del 217 d.C., con una de las personificaciones que se harán tan populares en las emisiones de las siguientes décadas del siglo III, valorado de inicio en 60000 francos.
El estilo cambia, y la variedad de tipos se reduce, pero la calidad permanece entre las piezas ofertadas que se fechan en las décadas finales de ese convulso siglo III. Tampoco desmerece la oferta de sólidos que se saca a subasta, con una gran variedad de reinados representados, y piezas tan raras como ésta, acuñada en Lugdunum para el emperador Eugenio (lote nº 235), y que podría alcanzar los 20000 francos.