Este áureo de Otón ha conseguido con sus 165.000 francos de martillo, alzarse con el remate más alto de la subasta de Numismatica Ars Classica celebrada en Zúrich la pasada semana, en la que varias piezas rebasaron la frontera de los 100.000.
Para muchos aficionados a la moneda antigua los catálogos de las subastas de Numismatica Ars Classica son un deleite para la vista, pero un deseo inalcanzable para el bolsillo y secretamente envidiamos a aquellos privilegiados que pueden gastarse más de 100.000 euros, o francos suizos, lo mismo da, en un exclusivísimo áureo. El último remate de la firma, celebrado el pasado día 12 de diciembre, ha tenido ambas cosas: monedas exclusivas y precios altísimos, de modo que el montante obtenido por la firma tras la venta, sin contar comisiones, ha superado los 4 millones y medio de francos, algo por encima de lo estimado.
La denominada colección América, que componía el primero de los catálogos, es la que ha acaparado las pujas más altas, gracias a la extraordinaria calidad de las piezas que la formaban. Recuerden el espectacular surtido de áureos republicanos que sacaba a subasta, especialmente del periodo de los imperatores, entre los que destacaba este (lote nº 39), con los retratos de Octaviano y Julio César, que partía con un precio de salida de 120.000 francos suizos y se ha rematado en 160.000.
Este otro a nombre de Casio Longino y Spinther (lote nº 46), acuñado en una ceca móvil, tenía una puja mínima de 52.000 francos y ha sido adjudicado en 75.000.
La única moneda no de oro que se ha conseguido colar entre las más caras de la subasta es este denario de Labieno (lote nº 56), considerado por algunos el denario más raro de la República. Desde un precio de salida de 100.000 francos, ha conseguido un remate de 120.000.
Pasamos ya al Imperio para fijarnos en este magnífico áureo de Claudio (lote nº 78), con reverso epigráfico y un retrato de anverso y una conservación fuera de lo corriente. La puja mínima por esta moneda se había fijado en 48.000 francos, que han quedado muy por debajo de los 100.000 en los que finalmente ha hecho caer el martillo.
Como decíamos en la entradilla, la moneda que se ha alzado con la adjudicación más alta es este áureo de Otón (lote nº 97), acuñado durante las Guerras Civiles del 68-69 d.C., y que procede de la antigua colección de la Hispanic Society. Con un precio de salida de 120.000 francos, finalmente se remató en 165.000.
Este áureo de Plotina, esposa de Trajano (lote nº 116), con la imagen de Vesta entronizada en el reverso, partía con uno de los precios más altos del catálogo, 140.000 francos, y se ha adjudicado en 150.000.
Tampoco subió mucho con respecto a su precio de salida este ejemplar de Adriano (lote nº 119), con su retrato en anverso y en reverso el de Trajano divinizado, muy raro y en muy buen estado de conservación, pasando de 72.000 francos en catálogo a 75.000 de martillo
Por el contrario, sí fue una subida espectacular la de este áureo de Septimio Severo (lote nº 179), acuñado en una ceca oriental, con un tema legionario en el reverso y considerado el segundo ejemplar conocido de su tipo. Partía a la puja desde 48.000 francos y ha sido adjudicado en 80.000.
Como era de esperar, las emisiones de los emperadores más tardíos se han quedado en precios mucho más bajos, pero no queremos dejar de mencionar los nada despreciables 50.000 francos en que se ha rematado este precioso áureo de Carino (lote nº 228), acuñado en el taller de Siscia, que partía de 32.000 de puja mínima.
Ni tampoco los 65.000 conseguidos por el medallón de cuatro silicuas de Constante I (lote nº 241), de la ceca de Tesalónica, acuñado entre el 340 y el 350 d.C., una pieza muy rara y en excelente estado de conservación, si bien su precio de salida era de 60.000 francos.
Tampoco se han visto subidas reseñables en las grandes piezas de bronce, a pesar de la excelente calidad de los ejemplares ofertados, y así el medallón bimetálico de Cómodo (lote nº 169), pasó en la puja de 64.000 a 65.000 francos.
Así que, de nuevo y sin sorpresas, el oro de Roma sigue triunfando en las subastas y acapara las adjudicaciones más altas. Y los coleccionistas de a pie, si hoy no nos toca la lotería, a seguir disfrutando de estas monedas solo en los catálogos.