Tanto la subasta Selección como la general, celebradas el pasado jueves 20 de marzo, se saldaron con un porcentaje altísimo de ventas y adjudicaciones muy por encima de lo esperado en casi todos los capítulos.
La celebración de la subasta de Áureo & Calicó en el marco de la semana Numismática de la ANE siempre congrega a gran cantidad de pujadores atraídos por la calidad de la oferta, máxime si estamos hablando de dos catálogos tan interesantes como los que se sacaban a remate en esta ocasión. En ambos hay que hablar de gran éxito, pues el porcentaje de ventas se acercó al 95% del total de los lotes y las subidas y altos remates se sucedieron a lo largo de toda la subasta. Veamos algunos de los más interesantes.
La sesión de la mañana estuvo dedicada a la subasta general, con una oferta de 1003 lotes que iban desde moneda antigua hasta billetes y en los que destacaban las interesantes piezas de oro. De ellas podemos comenzar comentando los dos áureos de la emisión de L. Cestio y C. Norbano, datada en el 43 a.C. La primera (lote nº 1079), con la cabeza de África tocada con los despojos del elefante en anverso y en reverso la silla curul salía en 8.000 euros y se adjudicó en 11.600. La siguiente (lote nº 1080), con reverso de Cibeles en biga de leones se quedó en sus 10.000 euros de catálogo.
Acuñado por César junto con L. Planc., (el lote nº 1110), con el busto de Victoria en anverso y una jarra ritual en reverso pasó en la puja de 5.000 euros de salida a 9.500 de remate.
Sin embargo, la gran sorpresa de este interesantísimo capítulo de finales de la República vino de la mano de este denario de Pompeyo (lote nº 1108) de ceca hispana, en el que el general es recibido por una personificación, posiblemente de la provincia de la Bética. Su precio en catálogo era de solamente 750 euros, con una estimación de remate de 1.200, que quedaron lejísimos de los 14.000 en que cayó el martillo.
En cuanto a los áureos imperiales, con una abundante oferta, hay que destacar los buenos remates de este de Nerón (lote nº1141), con la personificación de la Virtus en el reverso, que consiguió una adjudicación superior al doble de su salida: 8.400 euros frente a los 4.000 de catálogo.
O, por citar solo un par de ejemplos, este de Adriano (lote nº 1170) con reverso Fortuna, que pasó de 3.000 euros iniciales a 5.250 de remate. En el resto de los capítulos las subidas estuvieron más moderadas, aunque se mantuvo el altísimo porcentaje de lotes vendidos.
La Subasta Selección que tuvo lugar en la sesión de tarde había despertado un gran interés entre los coleccionistas y los resultados obtenidos fueron acordes con esa expectación. Las fuertes subidas no se hicieron esperar y, nada más empezar, se adjudicó el áureo de Faustina (lote nº 1) en 8.500 euros, frente a los 5.000 de catálogo, y el de Alejandro Severo (lote nº 2) en 10.500, más del doble de sus 5.000 de inicio.
El denario de Kolounioku (lote nº 4) con símbolo dos líneas verticales y el signo ibérico ko detrás de la cabeza del anverso, pasó de 5.000 euros de salida a 7.500 de martillo, un precio nada desdeñable para una moneda hispánica.
El capítulo dedicado a las emisiones de los reinos cristianos de la Edad Media se presentaba cuajado de lotes interesantes y de gran valor, pero queremos empezar mostrándoles la pieza que, sin duda, fue la sorpresa de la sección: este rarísimo cuarto de pirral (lote nº 50), acuñado por María de Sicilia a finales del siglo XIV salía a la puja por 1.500 euros con una estimación del doble, pero finalmente consiguió alcanzar los 11.000 euros de remate.
Otra de las monedas que más subió en la puja fue esta dobla de 35 maravedíes de Pedro I (lote nº 81), posible pieza única, cuya peculiaridad reside en que la marca de ceca S se sobrepone a XX, que marcarían un valor erróneo. Desde 2.500 euros de salida, consiguió una adjudicación de 8.000.
Las subidas en esta sección fueron moderadas y hay que decir que no se adjudicaron los dos de los lotes que partían a la puja con mayor precio de salida: el morabetino de Alfonso IX (lote nº 75) y el real de Juan de Gante (lote nº 87).
La oferta de piezas de la dinastía de los Austrias se presentaba encabezada por la excepcional presencia de tres cincuentines, de los años 1617, 1618 y 1620 (lotes nº 160-162). A pesar de que el primero de ellos era el de mayor rareza, y de ahí su mayor precio -75.000 euros en catálogo- el que consiguió la adjudicación más alta fue el del año 1618, que triplicó sus 30.000 euros de puja mínima e hizo caer el martillo en 90.000 euros. Sus compañeros se quedaron en sus 75.000 y 40.000 de salida.
Otra subida reseñable fue la de este ejemplar de dos escudos de 1610 (lote nº 164) también batido en el Real Ingenio de Segovia, que pasó de 18.000 euros en catálogo a 26.000 de remate.
Entre las numerosas joyas de este capítulo se situaba esta magnífica onza segoviana con fecha 1637/6 (lote nº 170), pieza de extrema rareza, en conservación casi sin circular, que partía a la puja desde 75.000 euros y consiguió una adjudicación de 80.000.
Las pujas continuaron fuertes con la llegada de las emisiones de los Borbones y siguieron registrándose remates por encima de los 10.000 euros y subidas muy notables. Un buen ejemplo puede ser esta onza de Fernando VI (lote nº 215) acuñada en Madrid en 1750 (lote nº 215), en excelente estado de conservación, que subió de 12.000 a 25.000 euros.
Y es que puede decirse que la ceca de Madrid fue una de las triunfadoras de la tarde,gracias a que consiguió colocar una de sus raras monedas en lo más alto de los remates de la subasta, desbancando incluso a los cincuentines: esta onza de 1760 (lote nº 247), acuñado para Carlos III, extraordinariamente rara, subió en la puja desde un precio en catálogo de 30.000 euros hasta nada menos que 110.000.
Son muchas más las piezas de oro que consiguieron remates muy por encima de lo previsto, pero sería demasiado prolijo detallarlas todas, así que saltamos hasta el siglo XIX para fijarnos en estos ocho escudos de Fernando VII (lote nº 421), acuñados en Cataluña en 1814, con puja mínima de 12.000 euros que se alzaron hasta 21.000 de martillo.
Como verán, estas dos subastas pueden resumirse en muchas subidas, algunas poco o nada esperadas, excelentes resultados y un rotundo éxito. Desde Áureo & Calicó ya han anunciado su próximo remate que será el 24 de abril.