Gran éxito de la última subasta de la firma barcelonesa: tanto la colección José Leunda como el catálogo general alcanzaron un porcentaje de ventas superior el 90%. Altas adjudicaciones en todos los capítulos, con enormes subidas en las monedas visigodas.
El pasado miércoles 30 de noviembre tuvo lugar en Barcelona el remate de los dos catálogos de la casa Áureo & Calicó que les hemos comentado últimamente, empezando por la colección José Leunda de monedas con módulo de ocho reales, a la que se dedicó la sesión matutina, y la subasta general en horario de tarde.
Una vez más, no cabe decir sino que la subasta fue todo un éxito. En ambos catálogos, el porcentaje de lotes adjudicados superó holgadamente el 90% del total, y la media de ventas se mantuvo estable en los diferentes apartados. Además, a lo largo de la subasta se vieron alzas de precios muy notables, que nos dan idea de lo animado de las pujas.
Por seguir el mismo orden en el que se desarrolló la subasta, el remate de la colección José Leunda deparó algunas subidas notables, con lotes que duplicaron su precio de salida. Como ejemplos podemos señalar el rarísimo duro de Felipe II de la ceca de Lima, que salía con el nº 110, que se alzó desde 1800 euros hasta 2700 de remate.
Superó el doble de su salida un columnario de la misma ceca (lote nº 137) que presentaba un error en la leyenda, cuyo precio de salida era de 1500 euros y fue finalmente adjudicado en 3200.
Posiblemente la mayor subida porcentual de esta parte de la subasta sea la experimentada por el lote nº 182, pieza del año 1808 que presentaba en anverso el busto de Fernando VII al estilo indígena, que salía a subasta a partir de 1200 euros y se ha rematado en 4000.
Del Potosí proceden los ocho reales columnarios de Carlos III que se subastaron con el nº 426, alcanzando los 3000 euros de remate frente a un precio en catálogo de solo la mitad.
Otra pieza de enorme rareza era el duro de Fernando VII del taller de Santiago y del año 1808 (lote nº 493), con marca FJ, y el busto del rey de tipo almirante y sin laurel, que partía con uno de los precios más altos del catálogo -1800 euros- y que se ha rematado también proporcionalmente muy por encima de su inicio, en nada menos que 5800, convirtiéndose en el lote más caro.
Son numerosos los lotes que superaron el doble de su salida, alcanzando precios de remate mayores de 1000 euros, especialmente en las piezas acuñadas en Segovia, taller del que se ofertaban ejemplares de gran belleza y en excelente estado de conservación. En resumen, unos excelentes resultados, aunque esperables ante la calidad de la oferta del catálogo.
En la misma línea excepcional tanto en porcentaje de ventas como en precios alcanzados se mantuvo la subasta general que tuvo lugar en la sesión de tarde. El primer capítulo del catálogo, dedicado a las emisiones de la edad antigua, presentaba piezas de enorme interés, entre las que habíamos destacado algunos ejemplares macedonios y cartagineses. De estas últimas emisiones, la bellísima estátera áurea con cabeza de Tanit y caballo parado que se subastaba con el nº 1009, cuyo precio de salida era de 2400 euros, se remató en 3700.
De la gran calidad de las piezas ofertadas daba idea el hecho de que uno de los primeros lotes del capítulo dedicado a las emisiones romanas fuera una pieza áurea de sesenta ases de la serie Marte-Águila (lote nº 1016), que salía a subasta por 2000 euros y se ha adjudicado por más del doble: 4200 euros.
Tampoco desmerecían los denarios que se ofertaban que, si bien partían de precios muy asequibles, obtuvieron resultados excelentes en la puja, con remates que, en algunos casos, duplicaron las tasaciones iniciales. Prueba de ello son los lotes 1041 ó 1044, ambos acuñados durante la última etapa de la República, a nombre de César y de Bruto, y que subieron desde 400 a 1400 y desde 250 a 1000 euros, respectivamente.
En la misma línea se continuó al pasar a las series imperiales, donde encontramos un raro denario de Claudio I (lote nº 1051) con la imagen de Pax, que vio cómo su precio en catálogo se alzaba desde los 400 euros iniciales hasta 3200, y algo parecido sucedió con un denario de Galba acuñado en la ceca de Tarraco (lote nº 1055), que se remató en 1100 euros cuando su salida estuvo en 350, o con otro de Otón (lote nº 1059), que partía de unos asequibles 250 euros para adjudicarse en 1200.
Los excelentes resultados obtenidos por los denarios continuaban a medida que avanzaba el imperio, como ejemplifica el acuñado a nombre de Julia Titi (lote nº 1069) con salida en 200 euros y remate en 1500, pero los ejemplares de otros metales les anduvieron a la zaga. Así pudimos ver la subida del bonito sestercio de Adriano con la personificación de Hilaritas (lote nº 1080), desde 400 euros hasta 1900 y, como suele suceder últimamente, las de los áureos. Ejemplos de estos últimos, podemos destacar la pieza en oro de Antonino Pío (lote nº 1092) que presentaba en reverso al emperador oficiando un sacrificio, cuyo precio en catálogo era de 1500 euros y que se ha adjudicado en 5200, y también el de Crispina (lote nº 1107), que salía por 1600 y ha alcanzado los 4800.
Del Bajo Imperio señalaremos el buen remate obtenido por un bonito y raro sólido de Licinio acuñado en Siscia (lote nº 1145), con salida en 1500 euros y que se adjudicó en 4000.
El apartado de moneda hispánica estuvo más tranquilo en cuanto a subidas se refiere, siendo reseñable únicamente el alto remate alcanzado por una dracma arsetana (lote nº 1185), que salía a subasta a partir de 750 euros y llegó a los 2300, sólo superada en su adjudicación por el rarísimo óbolo rodetano que le antecedía (lote nº 1184), que alcanzó los 2800 euros de remate, si bien partía de 2000 en catálogo.
Pero sin duda el capítulo más apasionante de esta subasta tuvo lugar con el remate de las monedas visigodas, un apartado en el que se ofertaban varias piezas únicas y otras más acuñadas en algunos de los talleres más raros en los que se realizaron estas acuñaciones. En las anteriores ediciones de la revista les hemos ofrecido un comentario más detallado de estas monedas, de modo que ahora nos limitaremos a los resultados que obtuvieron en la subasta. Las adjudicaciones más altas las obtuvieron los tremisses acuñados por Gundemaro en Egitania (lote nº 1195), Sisebuto en Nandolas (lote nº 1202) y Suinthila en Aurense (lote 1210), llegando cada uno de ellos a los 17000 euros, siendo sus precios de salida 2500, 3000 y 4000 respectivamente. No muy lejos se quedó el tremissis nº 1194, acuñado por Witerico en Eminio, que partía de 3000 euros y se remató en 15000, pero, con ser estos los resultados más llamativos, no conviene olvidar los 10000 alcanzados por la pieza nº 1200, el Sisebuto de Calapa —–desde 1500 en catálogo- o los 11000 en que se adjudicó el lote 1203, también de Sisebuto y Senabria, que partía de 2500.
Aunque sin alcanzar estos resultados tan espectaculares, tuvieron muy buena salida las series andalusíes, con algunos lotes que duplicaron su precio inicial, y, en la misma línea continuaron el resto de emisiones medievales de los reinos cristianos. De esta sección destacaríamos el óbolo acuñado en Toledo por Fernando II (lote nº 1252), que salía en 600 euros y se remató en 1900.
De los inicios del amplio capítulo de monarquía hispánica podemos comentar el lote nº 1305, un cuño de anverso para el doble ducado de Juana y Carlos, de la ceca de Zaragoza, cuyo precio en catálogo era de 1500 euros, y que se ha adjudicado en 6000.
No podemos dejar de señalar la buena salida obtenida por las onzas y en general, las piezas de oro tanto de Austrias como de Borbones, con subidas más o menos importantes, algunas cercanas al doble del valor inicial, y con alguna sorpresa, como la que proporcionó el lote nº 1395, ocho escudos acuñados en Santa Fe en 1754, ejemplar con la fecha completa, y que vio cómo su precio se alzaba desde los 1800 euros iniciales hasta los 8500, convirtiéndose en uno de los lotes de más alto remate de la subasta.
También notable fue la subida de un ejemplar mejicano de cuatro escudos (lote nº 1442), del año 1781, que salía por 1500 euros y se adjudicó en 5000. Son quizás las alzas más sobresalientes en un apartado que se saldó con un porcentaje de ventas muy notable.
En la misma línea de volumen de ventas continuó el resto de la subasta, con subidas moderadas, pero continuas adjudicaciones, aunque los pujadores nos tenían reservada otra gran sorpresa, ya que no es habitual ver cómo un lote multiplica por más de diez su precio en catálogo. Estamos hablando del lote nº 1661, una pieza de dos reales de Isabel II, de la ceca de Barcelona, del año 1858, rara pero con salida en unos modestísimos 150 euros, que se adjudicó finalmente en 1800.
Así pues, una extraordinaria subasta, con un volumen de ventas realmente excepcional en ambas sesiones y de nuevo con sorpresas y subidas vertiginosas, en esta ocasión también en las emisiones españolas.
Autor/a: Redacción