Altísimo porcentaje de ventas y adjudicaciones muy por encima de lo esperado en el remate de las quinientas piezas de este catálogo el pasado jueves 12 de marzo. El mejor resultado: estos ocho escudos de Méjico de 1702 que alcanzaron los 210.000 euros de martillo.
Cuando el número de adjudicaciones de una subasta supera el noventa por ciento del total hay que hablar de un gran éxito y si a esto le unimos que las adjudicaciones han estado muy por encima de los precios de salida, e incluso de las estimaciones, no se puede pedir más. Esto puede ser el resumen muy general de los resultados de la última subasta Selección de Áureo & Calicó, celebrada el pasado jueves 12 de marzo en Barcelona, pero ahora vamos a ver con detalle algunas de esas llamativas adjudicaciones que se consiguieron.
La primera gran subida se vio ya en el primero de los lotes, el áureo de Caracalla (lote nº 1), la única moneda romana del catálogo, que partía de una puja mínima de 6.000 euros y consiguió un remate de 26.300.
También contó con una buena acogida por parte de los postores este raro pacífico de Pedro de Portugal (lote nº 36) acuñado en Barcelona, que pasó de 8.000 euros en catálogo a 11.100 de martillo.
Del espectacular capítulo de emisiones de los Reyes Católicos hay que destacar el remate conseguido por los dos ejemplares de cuatro excelentes de la ceca de Segovia (lotes nº 90 y 91), que salían a subasta desde 6.000 y 9.000 euros, respectivamente, y fueron adjudicados en 11.000 y 14.500. Muy por encima se situó su homólogo del taller de Burgos (lote nº 90), que, sin embargo, no se despegó de sus 60.000 euros de salida.
Otra subida muy reseñable fue la de estos rarísimos dos escudos de la ceca de Sevilla (lote nº 126), acuñados para Felipe III en 1610, cuyo precio subió en la puja desde 15.000 euros de catálogo hasta 23.000 de remate.
Para iniciar el siglo XVIII, el catálogo sacaba a subasta este rarísimo ejemplar de cuatro escudos de Mallorca del archiduque Carlos de Austria (lote nº 146), con una puja mínima de 12.000 euros que se convirtieron en 16.000 de martillo.
Aunque donde realmente los postores echaron el resto fue con las piezas de oro de los borbones, una amplia sección en la que un buen número de lotes alcanzó precios de cinco dígitos. Las onzas de Madrid (lotes 154-157) se adjudicaron por encima de su precio inicial: la de 1719 (lote nº 154), pasó de 12.000 a 13.700 euros; la de 1720 (lote nº 155), de 18.000 a 21.000; la de 1727 (lote nº 156), de 15.000 a 15.800 y la de 1729 (lote nº 157), de 7.000 a 8.500.
Pero todas ellas quedaron eclipsadas cuando llegó el momento de rematar la moneda que se convertiría en la joya de la subasta: los ocho escudos de Méjico de 1702 (lote nº 158), una acuñación de presentación que procede del tesoro de La Florida, que, además de extraordinariamente rara, se presentaba en conservación sin circular y con brillo original. Los 90.000 euros de salida y los 150.000 de estimación con los que se presentaba ya hacían prever un excelente remate, pero ambos se quedaron muy lejos de los 210.000 euros en que finalmente cayó el martillo.
Seguimos avanzando hasta principios del siglo XIX donde encontramos estos 320 reales (lote nº 271) acuñados en Madrid para José I Bonaparte. Su precio en catálogo de 12.000 euros también fue muy inferior a los 21.000 de adjudicación.
Aunque no se sitúe entre los lotes que obtuvieron un precio más alto en la subasta, no podemos dejar de mencionar en esta selección la subida de estos ocho reales de Fernando VII (lote nº 339). Acuñados en Valencia en 1811 y conservados en calidad “flor de cuño” con brillo original, su precio sufrió en la puja un alza porcentualmente altísima: nada menos que de 2.500 en catálogo a 12.000 de remate.
En cuanto a las emisiones de Isabel II, estos 20 reales del Departamento de Grabado de Madrid de 1834 (lote nº 395), emisión en la que solo se acuñaron 10 ejemplares, fueron adjudicados en 13.000 euros frente a los 9.000 euros de salida.
Los últimos capítulos de la subasta se mantuvieron más tranquilos en lo que se refiere a subida de pujas. Por ejemplo, en las emisiones del Gobierno Provisional no se adjudicaron los dos lotes más destacados -los 20 céntimos de 1869 (lote nº 408), y la prueba no adoptada para la moneda de 10 céntimos (lote nº 40)-, aunque duplicó su precio de salida esta medalla en oro (lote nº 409) que sirvió como modelo para el duro de 1869. Pasó de 3.000 a 6.000 euros.
En esta tendencia general de altísimo porcentaje de ventas y subidas muy altas, las monedas extranjeras estuvieron algo por debajo de la media, aunque también con remates tan notables como el de los ocho escudos de Argentina de 1854 (lote nº 446), adjudicados en 9.000 euros, el doble de su salida, o el de estos ocho escudos de Méjico de 1822 (lote nº 469), a nombre de Agustín Iturbide, rematados en 11.000 euros frente a los 4.000 de catálogo.
A pesar del gran éxito obtenido en esta subasta, en Áureo & Calicó no se dan tregua y al día siguiente del remate ya tenían en marcha en la red sus dos subastas para el próximo mes de abril. La subasta general tendrá lugar el miércoles 22 de abril, y estará acompañada de la tercera parte de la colección Isabel de Trastámara, dedicada en esta ocasión a Fernando VII, que se celebrará el jueves 23 en sesiones de mañana y tarde. De ambas les daremos información más amplia en próximas ediciones de Panorama Numismático, pero ya pueden consultarlas en Internet pinchando sobre el anuncio de la firma junto a estas líneas o en el siguiente enlace: www.aureo.com.