Éxito de la subasta de Jesús Vico SA

Éxito de la subasta de Jesús Vico SA

Éxito de la subasta de Jesús Vico SA 500 264 admin

El remate en sala de junio se salda con muy buenos resultados de ventas y subidas muy importantes en lotes de distintos apartados como moneda medieval o extranjera. Entre las más llamativas, la de esta pieza atribuida a Fernando II rematada en 18500 euros.

El pasado jueves 13 de junio tuvo lugar en la sede de la firma en Madrid el remate en sala del catálogo nº 135 de Jesús Vico SA, una oferta que se caracterizaba una vez más por la calidad de los lotes presentados y que contó con una buena acogida por parte de los coleccionistas que llenaban el recinto.

La sesión se inició con el capítulo de moneda hispánica antigua, en el que se ofrecían 74 lotes muy variados. Entre los remates más altos de esta sección encontramos los de los divisores emporitanos anteriores a la dracma (lotes nº 39-43), especialmente el nº 42, adjudicado por en 1600 euros, pero sobre todo destaca la adjudicación del hermoso denario de Sekaisa (lote nº 69) que salía a la puja por 1800 euros y consiguió alcanzar los 2600.

Otro de los capítulos animados de la subasta fue el de moneda romana, con subidas que en algunas ocasiones multiplicaron incluso por veinte el valor de salida de los lotes. Así sucedió con este denario del 79 a.C. (lote nº 147) que pasó de 30 euros en catálogo a 656 de remate, aunque donde más se aprecian las alzas es en los valores más altos.

En este sentido hay que anotar la buena acogida de los áureos, como sucedió con el de Augusto (lote nº 219), adjudicado en 4400 euros frente a una salida en 3000, o este de Claudio I (lote nº 272), que pasó en la puja de 2500 a 4000.

El más valioso de todos ellos era éste (lote nº 276), acuñado por Galba y con reverso de tipo epigráfico, cuya puja mínima se había fijado en 10000 euros y que fue adjudicado finalmente en 12500.

Y entre las rarezas y subidas menos esperadas hay que anotar la de este bronce (lote nº 298) acuñado por Pescenio Niger en Cesarea Germanica con Apolo en el reverso que salía a subasta por 125 euros y se remató en 1000.

También hay que destacar el remate de este rarísimo antoniniano de Juliano I de Panonia (lote nº 330), de la ceca de Siscia, cuyo precio de inicio era de 1900 euros y que se adjudicó en 2600.

Pasamos al capítulo de emisiones visigodas, en el que salían a subasta varias piezas únicas o de gran rareza. A pesar de que el tremis de Recaredo de la ceca de Tude (lote nº 346) no se adjudicó, sí lo hicieron la mayor parte de lotes que componían este apartado, encabezados por el Sisebuto, también de Tude (lote nº 350) que llegó a 6300 euros.

Pero donde saltarían las mayores sorpresas de la subasta sería con la llegada de las emisiones de los reinos cristianos medievales, que presentaban una oferta no muy abundante pero repleta de rarezas. Ya entre los primeros lotes, un dinero e Alfonso VII de León (lote nº 396) se adjudicó en casi el cuádruple de su salida al pasar de 600 euros en catálogo a 2200 de adjudicación.

Sin duda el remate más comentado de toda la subasta fue el de este dinero anónimo atribuido a Fernando II (lote nº 399) con el que hemos ilustrado la portada de esta noticia. Se trata de una rarísima emisión conocida por solo dos ejemplares que además presenta unos extrañísimos tipos tanto de anverso como de reverso. El precio en catálogo de esta moneda era de 3000 euros que, tras las sucesivas pujas, se convirtieron en 18500.

Pero aún veríamos a continuación los 2900 euros que alcanzó el dinero del mismo monarca acuñado en Santiago de Compostela (lote nº 400) que partía de 1800 o los 3400 del gros emitido en Montpellier por Jaime I de Aragón (lote nº 418), entre otros buenos remates.

La joya de la subasta era sin duda este ejemplar de ocho reales de Méjico (lote nº 439) fechado en 1636 y perteneciente a una emisión conocida por solo tres ejemplares. Su adjudicación se fijó en 31000 euros, ligeramente por encima del precio de salida.

En cambio, otros lotes consiguieron duplicar su valor en la puja, como ocurrió con los ocho reales segovianos de 1728 (lote nº 447: salida en 500 euros, remate en 1150), los dos escudos de Madrid de 1730 (lote nº 451: de 650 a 1300 de adjudicación) o los dos escudos de Lima de 1723 (lote nº 456), que pasaron de 3500 en catálogo a 6500 de remate.

Continuamos en la misma línea con la onza de Méjico de 1714 (lote nº 458), muy escasa, que salía a subasta por 6000 euros y consiguió un precio de martillo de 12600.

Otra rarísima onza, la de Luis I (lote nº 460) en la que podía leerse completo el nombre del rey, pasó de 6000 euros de puja mínima a ser adjudicada en 8750. Y podríamos seguir así con algunas otras piezas especialmente de oro del siglo XVIII.

El inicio del siglo XIX continuó con buenos resultados y alto porcentaje de ventas, aunque no se vieron las subidas tan llamativas de capítulos anteriores. Entre los remates más altos podemos destacar los 4900 euros alcanzados por la onza acuñada en Guadalajara para Fernando VII en 1821 (lote nº 613) y sobre todo, los 8250 euros en que se remató esta rarísima pieza de 20 reales de Isabel II (lote nº 634), de 1834, Madrid, DG, que salía a la puja a partir de 6000.

De entre las emisiones de Alfonso XII destacan estos cuatro pesos de Manila (lote nº 680), del año 1882, que pasaron en la puja de 2000 euros de salida a 4700 de martillo.

Ya para finalizar la amplia sección de moneda española, y como muestra de los buenos resultados que se obtuvieron también en los capítulos más recientes de ella, les traemos estas 5 pesetas de Franco del año 1949 *19-51 (lote nº 719), cuyos 3800 euros de salida de se convirtieron en 5000 de adjudicación.

A continuación se pasó al capítulo de medallas y condecoraciones, que no es muy habitual en las subastas españolas pero que obtuvo unos resultados excelentes, con subidas muy por encima de los precios de catálogo y prácticamente la totalidad de los lotes adjudicados. Como muestra, esta orden de San Fernando (lote nº 739) que salía a la puja a partir de 275 euros y se remató en 1550.

La moneda extranjera aún había de depararnos otra de las subidas de la noche: tras continuas pujas, esta moneda del Vaticano (lote nº 826) acuñada durante la sede vacante de 1655 siendo camarlengo el cardenal Antonio Barberini vio subir su modesto precio de salida de 125 euros hasta los 3200 de martillo.

Así pues, una vez más pudimos vivir una subasta muy animada, con porcentajes de ventas que superaron el 80% del total y con bastantes subidas para comentar.

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