La firma madrileña cerró el año el pasado día 22 con una doble subasta en la red y por correo, en la que han destacado los excelentes resultados de la Subasta Rápida XXXVII, dedicada en exclusiva a la notafilia.
Siguiendo la línea que han llevado a lo largo de todo este año, en Cayón Subastas eligieron concluir 2016 con la celebración de dos Subastas Rápidas, una modalidad de remate en la que han ido cosechando sucesivos éxitos. Además, eligieron combinar la oferta en la red con las subastas por correo, coincidiendo la fecha de cierre de todo el pasado jueves 22 de diciembre. Los resultados han respondido a las expectativas y tenemos que hablar de unos excelentes remates, especialmente en lo que se refiere a los billetes.
Para empezar hay que decir que de los billetes que salieron a la puja en vivo en internet la tarde del día 22 (lotes 1-261) se adjudicaron más del 90 % del total y no fueron pocos los que alcanzaron precios altos y muy por encima de sus cotizaciones de salida.
Sin duda lo que más llama la atención de las adjudicaciones son precisamente esos precios altos, como el que consiguió por ejemplo este ejemplar de 100 pesetas de la emisión del 1 de julio de 1903 (lote nº 6), raro y en muy buen estado de conservación, que se remató en 7.400 euros frente a sus 7.000 de inicio.
O los 6.5000 de martillo realizados por estas 25 pesetas de la emisión del 1 de enero de 1875 (lote nº 241), muy raras y en muy buen estado de conservación.
Pero posiblemente lo más interesante de este remate esté en las subidas altísimas e inesperadas que han hecho que algunos lotes multiplicaran incluso por más de diez su precio de salida. Este fue el caso de estas 500 pesetas sin serie de la emisión del 15 de noviembre de 1951 (lote nº 52) que salían a la puja en 100 euros y se remataron en 1.100.

Casi por siete multiplicó su puja mínima este billete de mil pesetas también sin serie de la emisión de 19 de noviembre de 1965 (lote nº 86), que tenían un precio en catálogo de 175 euros e hizo caer el martillo al llegar a 1.200.
Más moderadas en sus subidas, pero también con alzas muy considerables, podemos mencionar esta pareja de billetes de cincuenta pesetas (lote nº 18) de la emisión de 22 de julio de 1935, que pasó de 400 euros de inicio a 1.700 de remate.
O estas cinco pesetas de la emisión de 21 de noviembre de 1936 (lote nº 27), con una numeración muy baja y marcas para su desmonetización, que subió de 400 euros en catálogo hasta 1.600 de martillo.
Las mil pesetas que vemos (lote nº 72), de la emisión de 29 de noviembre de 1957, en conservación sin circular y con una numeración bajísima, pasaron de 350 euros de inicio a conseguir 1.900 de adjudicación.
Los lotes 251 y 252 ponían a la puja sendos ejemplares de billetes de 100 pesetas de la emisión de 17 de abril de 1953, curiosamente con numeración muy baja y correlativa. El primero de ellos se remató en 1.300 euros y el segundo en 1.200, cuando el precio de salida de cada uno era de tan solo 200.
Y aunque fueron los billetes españoles los que obtuvieron los mejores resultados, tampoco faltaron subidas en la oferta de papel moneda extranjero. Como ejemplo vean esta muestra de 5.000 francos de Madagascar (lote nº 218), que salían a subasta en 500 euros y alcanzaron 1.200 de remate.
Como siempre, todas las adjudicaciones de este remate, en internet y por correo, así como las de la subasta Rápida XXXVIII, están disponibles en la página web de Cayón (www.cayon.com ) a la que también pueden acceder pinchando sobre su anuncio en la portada de esta revista.