Excelente acogida de la moneda romana, con numerosos lotes que vieron duplicar su precio, y espectacular subida del tremis de Hermenegildo, adjudicado finalmente en 47500 euros, convirtiéndose en el remate más alto de una subasta con gran afluencia de público y un notable porcentaje de ventas.
La primera subasta que celebra este mes de junio la firma madrileña Jesús Vico SA tuvo lugar el pasado jueves 7 de junio en la sede de la firma. Si hubiera que destacar un apartado sobre los demás dentro el catálogo que salía a remate posiblemente sería el de la moneda antigua, con el gran aliciente que suponía la venta por lotes de parte del tesoro romano de Casal do Friume.
El remate dio comienzo puntualmente con una gran afluencia de público en la sala, que animó con sus pujas el capítulo de moneda hispánica, con el que comenzó la subasta. Entre las piezas que vieron alzarse más sus precios hay que destacar las monedas hispano-cartaginesas, como el medio siclo (lote nº 21) con cabeza de Tanit y caballo parado con cabeza vuelta, que salía a subasta por 575 euros y se adjudicó en 1050.
Pero la subida más espectacular de esta sección fue la del precioso dupondio de Tiberio (lote nº 51) de la ceca de Tarraco con altar en el reverso, en muy buen estado de conservación, que desde 300 euros en catálogo, se remató en 2300.
El capítulo de moneda romana sacaba a subasta el tesoro portugués de Casal do Friume, formado por denarios republicanos e imperiales, algunos de enorme rareza, especialmente los acuñados en la ceca de Tarraco. Muchas de estas piezas de plata vieron elevarse sus precios muy por encima de su salida, superando incluso el doble del inicio en monedas con valores altos ya en catálogo y contagiaron su animación en la puja a otras monedas de plata también interesantes que no procedían del tesoro. Así, el denario de Bruto de ceca griega que salía con el nº 127 y 1000 euros fue adjudicado en 1800; hasta los 2400 subió el nº 188, con las efigies de Calígula y Augusto, y en 2800 bajó el martillo para el nº 189, que presentaba los retratos de Calígula y Germánico. Por encima de ellos, el denario acuñado por Claudio I a nombre de su madre Antonia (lote nº 181) con la imagen de la emperatriz divinizada como Ceres, subió desde 4000 euros en catálogo hasta 6750 de adjudicación.
Los raros denarios de Galba de la ceca de Tarraco se quedaron por lo general en precios más moderados, como el nº 204, que se remató por el mismo valor de catálogo, si bien el nº 207, con un raro tipo de Roma Renascens en reverso, fue adjudicado en 2600 euros frente a los 1800 de inicio. También sobresalía por su belleza y calidad entre estas monedas de plata el lote nº 227, emisión de Domiciano, rematado en 3500 euros.
Por lo que respecta al oro romano, una vez más pudo verse el gran interés que despierta entre los coleccionistas, que se plasma en subidas rotundas como la del áureo de Augusto nº 131, que, a pesar de salir en unos “modestos” 3000 euros, se vendió finalmente en 13000. El áureo también lugdunense de Tiberio (nº 175), a subasta a partir de 4000 euros, fue rematado en 6750.
La oferta de este capítulo comprendía también piezas en bronce, especialmente de gran módulo, muy interesantes. El sestercio de Nerón con la vista cenital del puerto de Ostia (lote nº 201) se remató en 3800 euros frente a los 2500 de salida y hasta los 2700, más del doble de su inicio, subió el acuñado por Galba (lote nº 214) que lleva la personificación de Libertas en el reverso.
Gran parte de la expectación de la subasta recaía sobre el remate del lote nº 296, tremissis del rey visigodo Hermenegildo, que partía con un precio en catálogo, y que, tras una animada e intensa pugna entre varios pujadores, se adjudicó finalmente en unos soberbios 47500 euros.
Entre las piezas andalusíes, destaca la subida experimentada por un dinar sevillano de Muhammad al-Mutadid (lote nº 313), con salida en 750 euros, y rematado en 2400. Las subidas continuaron en el capítulo dedicado a las emisiones de los reinos cristianos, y fue posible ver cómo se remataba en 890 euros un dinero de Alfonso VII quizás de la ceca de La Coruña (lote nº 326), que salía por 200; o por 1100 un óbolo leonés del mismo monarca (lote nº 328), que partía desde 500 euros. Las piezas de oro tuvieron una acogida más fría y sólo destacaríamos el castellano de Enrique IV de la ceca de Toledo (lote nº 343), adjudicado en 2500 euros.
El capítulo de monarquía española se saldó con un buen porcentaje de ventas, aunque no se vieron subidas de precio especialmente reseñables, ya que, al menos en los lotes con salida más alta, los remates se mantuvieron en niveles moderados. Entre las adjudicaciones más altas hay que anotar la del duro sevillano de Felipe V (lote nº 424), rematado en 5500 euros frente a los 4000 de inicio. En lo que respecta al oro, la onza de Fernando VI de la ceca de Méjico (lote nº 442) subió de 3300 euros en catálogo hasta 4000 finales.
Entre las monedas acuñadas a lo largo del siglo XIX se llevó la palma esta pieza de prueba de cinco pesetas emitida por Amadeo I de Saboya en Madrid (lote nº 683), cuyo precio en catálogo era de 2500 euros y fue adjudicada en 3500. Por último, las monedas extranjeras obtuvieron un muy buen porcentaje de ventas, sin sorpresas, y concluyó el remate con el apartado dedicado a las condecoraciones.