Exitoso remate de Jesús Vico SA

Exitoso remate de Jesús Vico SA

Exitoso remate de Jesús Vico SA 500 247 admin

En más de medio millón de euros se ha adjudicado este martes la onza de Pamplona, la joya de la subasta de la segunda parte de la colección Huntington, antigua Hispanic Society, que organizaba la prestigiosa firma madrileña. Otro par de monedas excepcionales superaron los cien mil euros y muchos lotes multiplicaron por diez sus precios de salida. Ya se anuncia una nueva subasta extraordinaria de piezas de este monetario para el próximo 14 de noviembre.

El Hotel Wellington de Madrid acogió el pasado martes el remate de la segunda parte de la antigua colección monetaria de la Hispanic Society, en sesiones de mañana y tarde que se dedicaron a moneda antigua la primera y medieval y moderna la segunda.

Pasados unos minutos dio comienzo la sesión matutina que enseguida se animó con las continuas pujas en sala. Tan es así que pronto se vieron subidas muy notables como las que obtuvieron los denarios de Arekoratas (lotes 26 o 30, por ejemplo), que desde 300 euros iniciales se adjudicaron en 2400 y 1450, respectivamente. Lo mismo sucedió con los denarios de Arsaos y, en general las piezas de plata, dracmas, denarios y quinarios de las distintas cecas.

Más desigual fue el remate de las monedas en bronce, a pesar de que el catálogo presentaba varias piezas únicas y ejemplares de extrema rareza. En 2600 euros se remató el as de Cilpe (lote nº 154), el único ejemplar de su tipo en manos privadas, y en 4000 euros, su precio de salida, se quedó la moneda de Libiakos (lote nº 325).

Mejor acogida tuvieron las monedas de la ceca ibérica de Ilturo, de la que se presentaba una selección inigualable, con varias piezas únicas. De estas, el sexto de la primera emisión (lote nº 234) subió desde 500 hasta 1550 euros, y en 1300 se adjudicó el as que salía con el nº 235 y 250 euros de inicio.

Por más de cuatro multiplicó su precio en catálogo el semis, o mitad, de Kalakorikos (lote nº 256), rematada en 1650 euros frente a los 400 iniciales.

Este bello as de Lastigi (lote nº 315), de una calidad excepcional para las emisiones de la zona, alcanzó los 3400 euros de adjudicación, cuando su precio en catálogo era de 1000.

El capítulo de emisiones hispano-romanas se vio animado también por las sucesivas pujas en Internet, que no habían estado tan activas en la primera parte de la subasta. Entre las subidas más destacables, podemos empezar comentando la de un as caesaraugustano (lote nº 499) en excelente estado de conservación y con restos de brillo original, que se adjudicó en 1900 euros frente a los 300 de catálogo.

También tuvo buen remate el sestercio de Tarraco con el templo en el reverso (lote nº 610), al alcanzar los 1650 euros, muy por encima de los 600 de inicio. Aunque la pieza que logró una mejor adjudicación en esta sección fue el as de Tiberio de la ceca de Turiaso (lote nº 616) con la imagen de Augusto divinizado y entronizado en el reverso, que partía con un precio de 1000 euros y se remató en 4000.

Tras una pausa de aproximadamente un par de horas para la comida, se reanudó la subasta a las 16 horas, con mucha mayor presencia de público en la sala, para asistir al remate de los lotes de moneda medieval y moderna.

En las últimas subastas nos estamos habituando a ver cómo alguna moneda medieval cristiana experimenta una subida muy llamativa. En esta ocasión no podríamos señalar ningún lote en concreto, pero sí alzas muy notables desde los primeros lotes, como los dineros de Alfonso VII de la ceca de Segovia (lote nº 625), adjudicado en 2600 euros frente a los 1500 de catálogo, y el de la ceca de León (lote nº 629), que subió de 200 a 1750.

También excepcional fue el remate del morabetino de Fernando II (lote nº 645) que, a pesar de faltarle un fragmento, logró incrementar su precio de 3600 euros de salida a 9500 de adjudicación. Fue la pieza más cara de esta denominación, aunque todos los morabetinos gozaron de una muy buena acogida.

La sección de moneda medieval contaba con varias piezas de gran rareza y calidad excepcional que jalonaban los diferentes reinados y que, en general, tuvieron muy buena salida. La dobla de 35 maravedíes de Pedro I de la ceca de Burgos (lote nº 676), alcanzó los 6800 euros y la que la seguía, del taller de Sevilla (lote nº 677), duplicó su salida al rematarse en 4400.

La selección de piezas castellanas se cerraba con una dobla de Alfonso de Ávila (lote nº 774), que salía a la puja por 10000 euros y se remató en 12500.

Entre las emisiones de los diferentes territorios del reino de Aragón también se vieron buenos remates, aunque las joyas de la sección se encontraban entre las piezas más modernas y los coleccionistas respondieron. En 29000 euros se adjudicó el timbre de Juan I de Aragón (lote nº 825), único ejemplar conocido de su tipo, que se presentaba a subasta en 20000 euros.

En Navarra se acuñó el cuádruple real de oro a nombre de Fernando el Católico (lote nº 899), con salida en 25000 euros, y que alcanzó tras una animada puja, los 35000.

Del mismo monarca, el real de oro navarro (lote nº 900) se adjudicó en unos nada despreciables 9500 euros, frente a los 7000 de salida.

El ducado de proclamación de Valencia (lote nº 905), subió desde 10000 euros en catálogo a 12500 de adjudicación final y en 21000 se remató el ejemplar de cuatro escudos de Zaragoza (lote nº 907).

La selección de piezas áureas de los Reyes Católicos era muy interesante, y así parece que lo supieron apreciar los coleccionistas presentes en la sala, que hicieron subir el precio de los cuatro excelentes segovianos que salían con el nº 911 de 9000 euros de inicio a 17000 de remate, además de comprar toda las monedas de este metal que se ofertaban. Tampoco tuvo mala salida la plata, si bien los precios eran más bajos y las subidas no fueron llamativas.

Sorprendentemente, una de las escasísimas piezas de gran valor que quedaron sin vender fue el rarísimo doble principado de Juana y Carlos (lote nº 1016), puesto que nadie cubrió sus 10000 euros de salida. Sin embargo, si se adjudicaron el resto de monedas de oro de su reinado, al igual que sucedió con las de Carlos como único monarca y Felipe II.

La llegada de las emisiones de Felipe III era muy esperada por la subasta de un extraordinario cincuentín de 1613 (lote nº 1106), emisión de la que solo se conocen tres ejemplares, que salía por 170000 euros, cubiertos en sala, y en los que finalmente se adjudicó.

Tampoco hay que olvidar en este reinado los ocho reales zaragozanos de 1611 (lote 1107), pieza que sí se despegó de su precio de salida, 13000 euros, rematándose en 17500.

Y con el nº 1132 salía la moneda más esperada de la subasta y que podía marcar una cifra récord en las adjudicaciones de moneda española: la onza de Pamplona. Más de medio millón de euros, en concreto 525000, que fueron cubiertos por un pujador en sala.

Pocos lotes después se remataba el segundo cincuentín que salía a subasta, el lote nº 1135, con un precio mucho más modesto, “solo” 10000 euros de salida, que se alzaron hasta 13500 de adjudicación.

Si bien la oferta de esta subasta no contaba con muchas piezas modernas de oro para las di, también es cierto que las presentadas eran de una calidad excepcional. El ejemplar segoviano de cuatro escudos de 1683 (lote nº 1181) venía calificado como de la más alta rareza, lo que justificaba su salida en 14000 euros, que se vieron incrementados en la puja hasta llegar a 19000.

Y aunque no alcanzara una cifra récord, sin duda la puja más interesante y animada de la subasta fue la que se vivió con la espectacular onza de Luis I (lote nº 1220). El precio de catálogo, 75000 euros, ya hablaba de la excepcionalidad de la moneda, cuyo valor se vio refrendado por una extraordinaria adjudicación en nada menos que 105000 euros.

El siglo XIX aún ofrecía lotes interesantes por valor y rareza, entre los que destacaba el conocido como Real de Catorce (lote nº 1266), con salida en 45000 euros, que se adjudicó en sala por ese mismo valor.

El extraordinario estado de conservación de las monedas acuñadas durante el gobierno provisional de la I República avalaron sus remates por el doble del precio de salida, de modo que los 20 céntimos de 1869 (lote nº 1308) se adjudicaron en 8000 euros, por ejemplo.

En conclusión, un nuevo éxito para la firma Jesús Vico SA, que anuncia una próxima subasta extraordinaria con más piezas de la antigua colección Huntington. Y es que, aunque parezca mentira, todavía hay muchas más monedas interesantes que sacar a subasta de ese gran monetario que albergaba la Hispanic Society. La próxima subasta tendrá lugar el 14 de noviembre, miércoles, en la sede de la empresa, como es habitual. Al día siguiente, 15 de noviembre, y en el mismo lugar, se celebrará la subasta ordinaria. Muy pronto les daremos más noticias de estos nuevos remates que, ya podemos anunciarles, deparan muchas e interesantes sorpresas.

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