Animadas pujas en la última subasta de la firma madrileña que tuvo lugar el pasado 1 de marzo y que se saldó con un buen porcentaje de ventas y algunas subidas muy notables en varios capítulos, como moneda antigua y las diferentes etapas de la moneda española, especialmente en las series medievales cristianas.
Con la habitual gran concurrencia de público en la sala, el pasado jueves 1 de marzo se celebró en Madrid en la sede de la firma el remate del último catálogo de Jesús Vico, en el que se ofertaban cerca de 1200 lotes de monedas, medallas y billetes desde la antigüedad hasta la época contemporánea. La puja comenzó con el capítulo dedicado a la moneda hispánica, formado en esta ocasión por más de un centenar de lotes, entre los que destacaba como plato fuerte un conjunto de diez divisores emporitanos (lotes nº 51-60) de los que denominamos “fraccionarias anteriores a las dracmas”. En consonancia con la rareza y calidad de estas piezas, las pujas estuvieron muy animadas y la mayoría de las monedas se adjudicaron muy por encima de su precio inicial. Así, el lote nº 57, que presentaba ya las iniciales del taller emisor E-M flanqueando la cabeza de anverso, se remató en 2600 euros cuando su salida estaba en 1500 y desde 1400 hasta los 2400 euros subió el nº 51. Únicamente la pieza nº 56 se quedó sin adjudicar.
También tuvieron muy buena acogida las monedas griegas, empezando por la tetradracma siciliana de Himera (lote nº 127), que salía a subasta por 5000 euros y se remató en 6600, o la octodracma de Arsinoe II (lote nº 152), adjudicada en 6600 frente a los 4000 de catálogo.
El capítulo de moneda romano-republicana, formado casi en exclusiva por denarios, obtuvo un alto porcentaje de ventas cercano al 80% del total de los lotes, y si bien no partían de precios excesivamente altos, las continuas subidas de cartón hicieron que algunos se multiplicaran casi por diez, como sucedió con el lote nº 187, que subió desde los 150 euros en catálogo hasta rematarse en 1000.
Las emisiones imperiales continuaron con esta misma tendencia de buenos porcentajes de ventas y algunas subidas destacables. Como era de esperar, los remates más altos los consiguieron los áureos, como el acuñado en Lugdunum con las efigies de Calígula y Augusto divinizado (lote nº 262), que partía de 3500 euros en catálogo y se adjudicó en 5800. Más moderadas fueron las subidas de las piezas de plata y bronce, de modo que el raro denario de Galba que se ofertaba con el nº 269, se adjudicó en 2100 euros, sólo 100 más de su precio de inicio, y algo similar sucedió con los hermosos sesteritos, como el nº 280, acuñado por Trajano con la Abundantia en el reverso, que subió de 1800 a 1900 euros.
El Bajo Imperio da inicio al predominio del oro, que continúa con Bizancio, y que en esta subasta se ha movido en los cauces habituales, sin sorpresas y con subidas moderadas. Estos capítulos parecían un paréntesis hasta llegar a uno de los apartados siempre esperados en las subastas de Vico, el de la moneda visigoda. Las pujas estuvieron muy animadas, tanto en sala como por teléfono, y se vieron remates como el de un tremis de Liuva II de la ceca de Emerita (lote nº 362) en 2600 euros frente a los 1500 de salida, un Wamba de Corduba (lote nº 383), en 3200 euros, un Égica y Witiza de este mismo taller (lote nº 391) en 3800 o un Égica de Tarraco que se remató en 5900 euros. Pero especialmente destacable fue la adjudicación del tremis acuñado por Suinthila en la ceca de Tude (lote nº 380), que partía de 5000 euros y se remató en 8500, alzándose con el remate más alto de la subasta.
Del capítulo de emisiones andalusíes, cabe destacar la adjudicación de una dobla almorávide a nombre del califa Muhammad ben Yaqub (lote nº 411), con salida en 900 euros y rematada en 2000, sin olvidar un dinar también almorávide (lote nº 405), que subió desde los 1200 a 2200 de adjudicación.
Sin embargo, con ser un capítulo exitoso el de las series hispano-árabes, las grandes sorpresas habrían de llegar con las primeras series medievales cristianas, que fueron la parte más animada de la subasta. Para abrir boca, un dinero de Alfonso I (lote nº 418), vio casi triplicar su precio en catálogo al ser adjudicado por 1450 euros cuando partía de sólo 500. En la misma línea, otros dineros ya de Alfonso VII subieron hasta 2300 euros desde los 1200 de inicio —–caso del lote nº 421-, hasta los 3000 desde 2000 en catálogo —–lote nº 424- o 1800 desde 1000 —–lote nº 425-. Pero superó todos estos remates, y las mejores expectativas, la adjudicación del lote nº 419, otro dinero de Alfonso VII de la ceca de León, que salía a subasta a partir de 1300 euros y tras una denodada puja alcanzó los 8100.
Pasamos a las emisiones de los Reyes Católicos, de las que destacaremos el remate de un par de lotes muy diferentes. En primer lugar un ejemplar de doble excelente de la ceca de Sevilla (lote nº 462), con un precio en catálogo de 1500 euros y rematado en 2100; pero llama más la atención la subida de una pieza de dos maravedíes (lote nº 479) inédita, y con una peculiar marca de ceca formada por un báculo cruciforme con venera que probablemente hay que atribuir a Santiago de Compostela. Salía a la puja por 400 euros y se remató en 1200.
A partir de aquí, el oro y la plata de los diferentes territorios de la monarquía española, coparon la oferta de la subasta. Los porcentajes de ventas se mantuvieron en niveles similares, si bien las subidas con respecto a los precios de catálogo fueron moderadas. Entre los remates más destacables, podemos comentar el del doble ducado del condado de Zelanda (lote 488 A) en 1700 euros, más del doble de los 800 de inicio y, por continuar con el oro, la pieza de dos ducados de Lima de 1710 (lote nº 632), adjudicada en 4300 euros, o la onza de Santiago de 1753 (lote nº 674), en 3200 euros.
También fueron las acuñaciones en este metal las que alcanzaron los precios más altos al llegar a las emisiones contemporáneas, empezando por un ejemplar de 320 reales de la ceca de Madrid de 1822 (lote nº 871), rematado en 5000 euros, o las 100 pesetas de Alfonso XIII de 1897, adjudicadas en 1900.
La sección de moneda extranjera (lotes 1022-111) fue una de las que alcanzó un mayor porcentaje de ventas, superando el 80%, y merece la pena comentar algunas adjudicaciones, que vienen a confirmar por dónde parece ir la tendencia del mercado de moneda extranjera en España en los últimos meses. En primer lugar, una peça brasileña de 1747 (lote nº 1039), que salía a subasta por 600 euros y se remató en 1250, y después un ejemplar portugués de 1000 reis (lote 1088) que también superó el doble de su salida de 500 euros al adjudicarse en 1200.
La subasta terminó con el remate del capítulo de notafilia, mucho más tranquilo en cuanto a pujas y con porcentajes algo menores en cuanto a volumen de ventas y subidas muy moderadas.