Con un notable porcentaje de ventas, el pasado viernes concluyó el último gran remate de subastas Cayón, que se celebró a lo largo de tres días y cinco sesiones y en el que salieron a la puja más de 3000 lotes de moneda antigua y española.
En nuestra pasada edición ya les dimos noticia de lo que fueron los comienzos de la gran subasta de Cayón, que ha transcurrido durante los días 16, 17 y 18 de mayo en Madrid. Para entonces sólo pudimos ofrecerles algunos resultados de la primera sesión, correspondiente a la tarde del miércoles, del que resaltamos el gran porcentaje de ventas y la animación de las pujas, tanto en sala como por teléfono e Internet. Así continuó en las siguientes sesiones, en las que se adjudicaron un altísimo porcentaje de los lotes y en las que se vieron algunas subidas dignas de mención.
La premura del cierre de nuestra edición del pasado jueves no nos permitió comentar los últimos remates de la primera sesión, como la llamativa subida de una pieza de cuatro escudos de Felipe IV (lote nº 758), que salía en 375 euros y se adjudicó en 1200.
Muy buena acogida tuvieron las onzas de Felipe V, como los lotes nº 911,9 12, 977, 978 ó 979, de diferentes años y cecas, y especialmente una de las joyas de la subasta, la pieza de ocho escudos acuñada en Madrid en 1730/1729, que salía a subasta con el nº 879 y 7500 euros de precio en catálogo y que fue rematada en 13000.
La sesión matutina del jueves incluía las emisiones monetarias desde Fernando VI hasta Carlos IV y se inició de nuevo con un gran protagonismo para las onzas. Del primer monarca vimos subidas porcentuales considerables en lotes de distintas procedencias, especialmente reseñables en el caso de la onza de Méjico de 1748 (lote nº 1078), rematada en 5300 euros cuando su salida se situaba en 2500, o la pieza de Nuevo Reino de 1757, adjudicada en 3400 euros, más del doble de su precio inicial de 1200.
Casi trescientas piezas componían la oferta de Carlos III, entre las cuales, como era de esperar, fueron las grandes piezas áureas las que obtuvieron unos remates más altos. La pieza de cuatro escudos de Guatemala del año 1778 (lote nº 1121) que salía en 3500 euros fue adjudicada en 8300. En 6750 euros se remataron los ocho escudos de Nuevo Reino de 1768 (lote nº 1280) que partían con un precio en catálogo de 5750. Entre las subidas más llamativas se ha colado la de una pieza de plata, un duro de Méjico de 1771 (lote nº 1244), cuyo precio pasó de 300 euros iniciales a 2400 de remate.
Más moderados estuvieron los precios en el capítulo de Carlos IV, al menos en aquellos lotes que salían con un precio mayor. Aún así vimos cómo ocho escudos de la ceca de Popayán que salían con el lote nº 1595 pasaban de 1400 a 2200 euros de remate, o una onza de Potosí de 1790 (lote nº 1620) se remataba en 1900 euros.
Con Fernando VII se produjo una de las grandes sorpresas de la subasta, cuando una pieza de dos reales de Guadalajara, que salía a la puja por unos modestísimos 25 euros (lote nº 2100), se remataba nada menos que en 1800. También es reseñable la subida de la moneda de 20 reales de Madrid 1833 (lote nº 2254), que se adjudicó en 1500 euros frente a los 900 de salida o la de los ocho reales de Santiago de 1810 (lote nº 2422), con salida en 450 euros y rematados en 1000. Y siguiendo con las piezas de plata, los dos ejemplares de dos reales de la ceca de Valdivia (lotes nº 2248 y 2249), se adjudicaron en 1000 euros cada uno, siendo su precio en catálogo de 575.
De Isabel II nos ha llamado la atención una subida muy importante vivida en el lote nº 2573, pieza de Proclamación fabricada en La Habana con módulo de 10 reales, con salida en 120 euros y adjudicada en 1100. Otro de los capítulos que presentaba monedas muy interesantes por su rareza era el de las emisiones del pretendiente Carlos VII, que han tenido muy buena acogida. Los lotes 2902-2904, cinco pesetas emitidas en Bruselas en los años 1874 y 1875, con salida cada uno de ellos en 1600 euros, se han rematado en 2750, 1800 y 4500, respectivamente.
También han tenido muy buena aceptación las piezas en oro de Alfonso XII y Alfonso XIII; así, las 25 pesetas de Alfonso XII de 1885 (lote nº 2947) se remataron en 1500 euros frente a los 850 de salida. En plata, subida importante la de los 50 centavos de Manila de 1884 (lote nº 2957), con salida en 1000 euros y adjudicado en 2500.
Para terminar con las series españolas, únicamente tres remates de monedas ya del siglo XX. La serie completa de Franco 1949-51 (lote nº 3100) se adjudicó en 2800 euros frente a los 2000 de inicio, pero fue superada por la moneda de 50 pesetas de 1958 (lote nº 3088) en cuyo canto reza la leyenda UNA LIBRE GRANDE, que salía a la puja por 525 euros y fue rematada en 2900. También se vio cómo duplicaba su precio hasta adjudicarse en 1200 euros la carpeta con el nuevo sistema monetario de Juan Carlos I (lote nº 3113).
Las dos últimas sesiones de la subasta, celebradas el viernes, estuvieron dedicadas en exclusiva a rematar los más de mil lotes de moneda antigua, casi en su totalidad de moneda romana, y dentro de ella, del alto imperio. Predominaban la plata y también el bronce en todos sus valores. Del primer metal, hay que señalar el remate de un denario de Antonia, madre del emperador Claudio I (lote nº 4153), efigiada como la diosa Ceres, que salía a subasta por 250 euros y se adjudicó en 1200. Otro denario de una mujer de la familia imperial, en este caso de Domicia (lote nº 4324) también salió bien parado en la puja subiendo su precio de 1000 a 1800 euros.
Por lo que respecta al bronce, señalamos este sestercio de Domiciano con un Júpiter entronizado en el reverso (lote nº 4310), con salida en 1800 euros y adjudicado en 2400, y como subida importante la de un sestercio de Trajano con la imagen de Providentia que salía en 300 y se adjudicó en 1000.
De nuevo esta sección corroboró lo apuntado en el resto, con un altísimo porcentaje de lotes adjudicados y algunas subidas dignas de atención.