Altísimo porcentaje de ventas y fuertes subidas en todas las secciones, especialmente en las piezas de oro, en este gran remate de la firma barcelonesa. Como colofón, los 155000 euros en que se adjudicó la espectacular onza de Luis I, más del doble de su precio de salida.
El pasado jueves 7 de marzo, en el marco de las actividades programadas con motivo de la Semana Numismática de la ANE, tuvieron lugar las dos subastas en sala que la firma barcelonesa Áureo & Calicó había preparado para la ocasión. Sin desmerecer a la subasta general que se celebró en la sesión de mañana, el mayor interés estaba puesto en los 500 lotes que componían el catálogo Selección 2013 que salía a remate por la tarde.
Los resultados estuvieron en consonancia con la calidad de la oferta y el porcentaje de lotes vendidos fue altísimo, superior al 95% del total. A esto hay que sumar las subidas de los precios, que en algunos lotes hay que calificar de espectaculares.
Una prueba de estas grandes alzas la tuvimos a poco de comenzar el remate con las adjudicaciones de los áureos. Hasta los 16000 euros subió el emitido por Trajano (lote nº 6), que partía con un precio en catálogo de 6000; en 13000 se quedó el acuñado a nombre de Lucio Vero(lote nº 7), que partía de 9000, y nada menos que 43000 alcanzó el de Licinio (lote nº 8), con el retrato frontal del emperador, que tenía un precio en catálogo de 5000 euros.
La dracma de Arse (lote nº 15), la pieza más valiosa del pequeño capítulo de moneda hispánica antigua, se adjudicó en 3100 euros frente a los 2000 de salida, y de la sección de emisiones visigodas hay que destacar los 4200 euros alcanzados por el tremis de Recaredo de la ceca de Tirasona (lote nº 17).
La dobla nazarí acuñada por Alí ibn Saad que se subastaba con el nº 29 a partir de 2000 euros, se remató por encima del doble de su inicio en 4200 euros.
Y de este breve capítulo de emisiones andalusíes se pasó a las series de los reinos cristianos, mucho más abundantemente representadas y con ejemplares más que notables. Entre los remates más notables de esta sección hay que destacar, sin duda, los 26000 euros en que se adjudicó el morabetino de Fernando II (lote nº 64) acuñado por en León, cuyo precio en catálogo era de 18000 euros.
Hasta los 11000 euros subió esta dobla de Alfonso X (lote nº 67), sin marca de ceca, que partía a la puja desde 4500, y también obtuvieron excelentes resultados las piezas más valiosas de las emisiones de Enrique IV.
La dobla de Medina del Campo acuñada por Alfonso de Ávila (lote nº 105), inédita y posiblemente única, se quedó en 15100 euros, solo 100 por encima de su puja mínima; sin embargo su homónima de Toledo (lote nº 108) despegó desde 5000 euros en catálogo hasta una adjudicación en 12000.
La llegada de las emisiones de la monarquía española no hizo sino aumentar la animación de la puja y se vieron adjudicaciones como la del doble ducado de Zaragoza (lote nº 143) en 13500 euros, cuando su precio de inicio era de 6000.
Entre los remates más altos de la subasta se ha situado el de esta onza acuñada en Segovia en 1635 para Felipe IV (lote nº 167), que consiguió alcanzar los 42000 euros, frente a un precio de salida de 25000.
Las grandes piezas áureas de los Borbones sobrepasaron en varias ocasiones los 10000 euros de remate. Así, esta onza madrileña de 1729 (lote nº 193), que subió de 9000 a 24000 o su compañera segoviana, del año 1721/19 (lote nº 195), rematada en 15000.
De todas ellas, la reina fue la pieza de ocho escudos acuñada en Segovia en 1724 durante el breve reinado de Luis I y que se ofrecía a la puja con el nº 199 y 75.000 euros de puja mínima. A pesar del alto precio de salida, el remate consiguió superar incluso la estimación calculada, que era de 125000 euros, y rematarse en unos espectaculares 155.000 euros.
De Fernando VI hay que destacar de nuevo otras dos onzas, la primera acuñada en Madrid en 1749 (lote nº 209), con un precio de salida de 18000 euros y adjudicada en 38000, y la segunda de Popayán de 1759 (lote nº 210), que pasó de 2500 euros iniciales a 16000 de remate.
Podemos seguir en la misma línea con las onzas de Carlos III, como la nº 264, acuñada en Méjico en 1768, que subió de 4000 euros en catálogo a 15000 de remate, o la de Nuevo Reino, de 1769 (lote nº 278), adjudicada en 16000, multiplicando por cuatro su precio de salida.
Sería muy repetitivo reseñar todas y cada una de estas fuertes subidas, así que, aun siguiendo con el oro, avanzamos hasta el siglo XIX y estos 320 reales de Fernando VII (lote nº 395), que subieron en la puja de 8000 euros iniciales a 13000 de remate.
De las series de Isabel II, buena acogida también para las pruebas de presentación de 20 reales en plata (lotes nº 436-438) que se adjudicaron en 9250, 7000 y 4900 euros, respectivamente, siendo la mayor subida porcentual la de la pieza nº 437, que partía de solo 1800 euros de inicio. Pero muy por encima quedó la pieza a priori más modesta de este conjunto, la prueba del año 1855, que salía con el lote nº 441 y 1500 euros de inicio, y que finalmente se remató en 14000.
Y para que no todo sea moneda española, aunque ciertamente la oferta era mayoritariamente esa, terminamos con un espectacular remate de una pieza extranjera, en concreto el ejemplar de 15 ducados (lote nº 481) emitido por Matías I de Hungría, que reproduce el tálero con la efigie de los tres césares del Sacro Imperio Germánico: Maximiliano I, Carlos V y Fernando I. Su precio de salida era de 9000 euros que se convirtieron tras la caída del martillo, en 65000. Sin duda, un cierre por todo lo alto para una subasta que, una vez más, hay que calificar de éxito.
La firma Áureo & Calicó ya ha anunciado su próxima subasta en sala para el 25 de abril, de la que les daremos noticia, como es habitual, desde estas páginas de Panorama Numismático.