Exitosas adjudicaciones en la primera gran subasta de la temporada en Madrid, organizada por Subastas Cayón, con el duro como protagonista. Buena acogida especialmente para la numerosa colección de redondos como el que ilustra esta portada, rematado en casi siete veces su valor inicial, y un alto porcentaje de ventas en todos los reinados.
Como les veníamos anunciando en pasadas ediciones, la temporada de subastas empezaba fuerte en Madrid gracias a la selecta oferta de moneda española que había presentado Subastas Cayón. Esta prestigiosa firma sacaba a remate una importantísima colección de duros, formada por casi 1500 lotes, con piezas de enorme rareza y que llevaban varias décadas fuera del mercado. Finalmente, este pasado sábado el madrileño Hotel Ritz se convirtió en el centro de atención de numismáticos y coleccionistas de España y del extranjero, al albergar la subasta en sala de este catálogo que tanta expectación había despertado.
La puja empezó fuerte con las monedas a nombre de los Reyes Católicos y Fernando I, hasta llegar al medio duro de Juana y Carlos de la ceca de Zaragoza (lote nº 14), que se adjudicó en los 15000 euros de salida.
De Felipe II hay que señalar la buena acogida obtenida por las acuñaciones de la ceca de Segovia, tanto las fabricadas en la Casa Vieja como las procedentes del Real Ingenio, de la que son muestra los 5800 euros en que se remató el duro nº 113.
Entre las mayores subidas de este capítulo, podemos citar la que se vivió con el lote nº 126, 8 reales toledanos de 1590, con salida en 1800 euros y rematados en 4100.En cambio, no se vendió la pieza que partía como estrella de la subasta, uno de los rarísimos “duros de Rincón”, de Lima (lote nº 77) que tenía un precio en catálogo de 45000 euros.
Con Felipe III pudimos ver de nuevo cómo las cuidadas emisiones del taller de Segovia eran mejor recibidas por los pujadores que otras monedas más raras, como los dos duros de Zaragoza de 1611, que no se adjudicaron.
La representación de emisiones monetales de Felipe V se iniciaba con cerca de un centenar de piezas acuñadas en los diferentes talleres de los Países Bajos que, si bien no experimentaron enormes subidas en la puja, se vendieron casi en su totalidad. Pero la parte fuerte de este capítulo venía a continuación, con una serie de ejemplares de gran rareza, comenzando con el duro acuñado de Cartagena de Indias de 1655 (lote nº 275), adjudicado en 4100 euros.
Muy notable era la muestra de reales del año 1651, que obtuvo un resultado desigual en la subasta: los rarísimos duros de Zaragoza (lotes 407 y 408), se adjudicaron en sus precios iniciales -5000 y 7500 euros, respectivamente-; los ocho reales de Granada (lote nº 283) se retiraron de la puja, mientras que el duro de Cuenca (lote nº 276), se adjudicó en 3800 euros frente a los 2200 de salida.
Sin duda uno de los capítulos más exitosos del remate fue el de los redondos, que salpicaban el catálogo a partir del lote nº 329 formando un espectacular conjunto nunca visto hasta ahora por número y variedad y las adjudicaciones estuvieron en consonancia con la calidad de la oferta. Se vieron precios finales que duplicaron los ya altos valores de inicio, como sucedió, por ejemplo, con el lote nº 330, rematado en 5100 euros cuando salió a la puja a partir de 2400; o el nº 431, ya de Carlos II (año 1689), de 3000 a 6000 euros. Pero la subida más sobresaliente de esta sección y posiblemente de toda la subasta fue la experimentada por el duro de 1659 que salía con el nº 351 y que mostraba una variante de leyenda no recogida en el corpus de Lázaro. Su precio se disparó desde los 2400 en catálogo hasta unos espectaculares 16600 de adjudicación.
Con Felipe V y los Borbones, las cecas españolas recuperaron en parte el protagonismo en el desarrollo de la subasta, en detrimento de raras piezas americanas como los corazones, que no obtuvieron el éxito esperado y quedaron en buena parte sin adjudicar, aunque al nº 632 le bastó ser rematado en su precio de salida para colocarse como una de las monedas más caras del remate.
Las emisiones de la nueva fábrica monetaria instalada en Sevilla tuvieron una buena acogida, con remates por encima de sus precios en catálogo, como muestran los lotes nº 655 y 656, ambos con salida en 4000 euros y adjudicados en 5200 y 5600 respectivamente.
En su precio inicial se adjudicaron las dos monedas de mayor valor de entre las emisiones de Fernando VI presentes en la subasta, el duro de Nuevo Reino de 1759 (lote nº 719), en 15000 euros, y el de Santiago de 1758 (lote n1 727), en unos nada despreciables 32000 euros.
De Carlos III se sacaba a subasta una completa muestra de ejemplares de la ceca de Guatemala (lotes 728-751), de la que podríamos destacar el lote nº 744, rematado en 4750, si bien el resto no obtuvo los resultados esperados. En cambio, las emisiones de Santiago contaron con el beneplácito del público, de modo que el lote nº 903, del año 1768, se adjudicó en 19500 euros —––su salida estaba en 19000-, hasta los 6500 subió el nº 913, que partía de 5500 y la mayor subida la registró el lote nº 904, que se remató en 9250 euros, bastante por encima de los 7000 de inicio.
Ya en el siglo XIX nos encontramos con la pieza de cinco pesetas del año 1814 acuñada para José I Bonaparte (lote nº 1113), con salida en 2300 euros y adjudicada en 3400. Y del mismo año, aunque a nombre ya de Fernando VII, es el duro nº 1138 que salía a la puja a partir de 6500 euros y se remató en 7300.
Entre los remates más latos de esta última parte de la subasta podemos señalar el duro de Popayán del año 1813 (lote nº 1332), adjudicado en 8700 euros, el de Santiago de 1817 (lote nº 1371), en 3000, o el de Tjalpujahua de 1812 (lote nº 1398), en 8000, aunque estos dos últimos lo fueron por su precio de catálogo. Las mayores subidas se vivieron con las piezas de la ceca de Zacatecas, con lotes que vieron duplicar su precio —––el nº 1405, por ejemplo, que pasó de 1500 euros a 3300; o el 1410, de 1500 a 3300 euros-; triplicarlo —––el nº 1409, rematado en 2300 frente a los 600 euros iniciales o el nº 1415, adjudicado en 3700 partiendo de 1200 euros- e incluso multiplicarlo por nueve como sucedió con el duro del año 1810 (lote nº 1408), que salía en unos modestos 120 euros y se remató en 1100.
En total, el porcentaje de ventas de todo el catálogo alcanzó prácticamente el 85%, con pocas oscilaciones en los distintos reinados. Una subasta exitosa, con pujas interesantes y algunas sorpresas y la confirmación del buen estado del mercado de moneda española.
…