Excelentes resultados de las acuñaciones del imperio español en la subasta celebrada por la firma Heritage el pasado agosto en el marco de la convención internacional de la ANA. Un ejemplo: estos ocho escudos de Fernando VI batidos en Guatemala en 1747 alcanzaron los 200.000 dólares.
De siempre es sabido que las emisiones realizadas por España en sus territorios de ultramar gozan de una excelente acogida en el mercado norteamericano. Buena muestra de ello es el resultado obtenido en la subasta que Heritage celebró el pasado 13 de agosto en Chicago, dentro de las actividades organizadas con motivo de la convención internacional que la ANA celebra anualmente en dicha ciudad.
Entre toda la oferta de acuñaciones coloniales españolas destacaba por su abundancia el capítulo de emisiones de Méjico, con más de cuatrocientos lotes, que se saldó con un altísimo porcentaje de ventas y remates como el de esta onza de 1732 (lote nº 31060), que hizo caer el martillo en 60.000 dólares.
O esta otra, de 1715 (lote nº 32306), aún más rara ya que sólo se conocen cuatro piezas del tipo, y en excelente estado de conservación, que se adjudicó en 80.000 dólares. En este caso, el precio final ha coincido con el de la estimación previa calculada, aunque no han faltado lotes en los que este cálculo ha quedado muy por debajo del precio de martillo, especialmente en aquellas piezas de menor precio.
Entre las grandes rarezas que salían a subasta destacaban dos ejemplares batidos en el taller de Guatemala. El primero, una onza con fecha 1741/0 (lote nº 32260), pertenece a una emisión de la que únicamente se conservan hoy en día un par de piezas. La puja mínima se había fijado en 50.000 dólares, que subieron hasta 72.500 de martillo, si bien se quedaron lejos de los 100.000 de la estimación previa calculada.
En cambio no defraudó el siguiente lote, que hemos elegido para ilustrar la portada de esta nota. Estos ocho escudos de Fernando VI con fecha 1747 (lote nº 32261), un año que no aparece recogido en los catálogos. Desde un precio de salida de 60.000 dólares, esta moneda ha alcanzado una adjudicación de 200.000, muy por encima de la cifra calculada inicialmente, que era de 120.000.
Otro de los puntos de interés de esta subasta para el coleccionista español era la pequeña pero selecta oferta de acuñaciones peninsulares, que comenzaba con una moneda absolutamente excepcional y que, sin duda, va a dar mucho que hablar. Se trata de este morabetino de Enrique I de Castilla (lote nº 32396), inédito, con la extraordinaria particularidad de que en su leyenda figura el ordinal junto al nombre el rey, además de otras circunstancias que hacen de ella una moneda única. El precio final ha subido muy por encima del de salida, que era de 25.000 dólares, y de los 50.000 de estimación, ya que se han alcanzado los 85.000 de martillo.
En el sentido contrario hay que mencionar que otras dos piezas españolas de gran rareza como eran la medalla de oro con el tipo de las cinco pesetas de 1868 (lote nº 32399) y las 100 pesetas en oro de la Unión Catalanista (lote nº 32402) se quedaron sin adjudicar.