Excelentes resultados de la moneda romana en las subastas celebradas con ocasión de la convención internacional. En moneda extranjera, continúa la pujanza de las emisiones brasileñas y rusas.
Tras más de una semana de intensa actividad, que hizo que todos los ojos del mercado numismático mundial estuvieran puestos en la ciudad estadounidense, ha concluido la edición de 2014 de la convención internacional de Nueva York. Muchos de nuestros lectores habrán envidiado a los privilegiados asistentes, y aún más a los desahogados bolsillos que pudieron permitirse pujar por alguna de las exquisiteces monetarias que se ofertan en estos selectos remates. Por nuestra parte, un año más, les ofrecemos un brevísimo resumen de lo que han sido los resultados más llamativos, el hit parade, o el hall de la fama, o como quieran ustedes llamarlo.
Como comentario general parece que, en lo que se refiere a moneda antigua y en línea con lo que hemos visto el pasado año 2013, la moneda romana, especialmente la de oro, ha obtenido unos resultados excelentes y mucho mejores que las series griegas. Así entre las adjudicaciones más altas apenas se ha colado alguna moneda helénica y los primeros puestos los han copado los áureos del Alto-Imperio.
En lo más alto encontramos este áureo de Probo que se subastó en el catálogo de Tritón como lote nº 781. Esta pieza forma parte de una rara emisión de la ceca de Siscia conocida por solo nueve ejemplares. En su anverso presenta un retrato del emperador poco habitual, ya que aparece acompañado del Sol, mientras que el reverso muestra la personificación de Secvritas. Desde un precio mínimo de 45.000 dólares, aunque con una estimación de 75.000, finalmente fue adjudicada en 190.000 dólares.
Los retratos de Carino y Numeriano aparecen en este otro áureo (The New York Sale, lote nº 48), que registró una de las grandes subidas de las subastas. Se trata de una pieza de extraordinaria rareza, pero con un precio de salida de 24.000 dólares, muy por debajo de otros lotes que la acompañaban. Finalmente, su estimación de remate de 30.000 dólares se reveló muy baja ya que consiguió un precio de martillo de 130.000.
En este mismo catálogo de The New York Sale otra moneda alcanzó los 100.000 dólares de adjudicación. Se trata de este ejemplar a nombre de Geta como César (lote nº 33) en cuyo reverso encontramos la efigie de Caracalla representado como el sol con su corona radiada. Obtuvo de este modo el doble de la estimación publicada, que era de 50.000 dólares.
Las dos piezas anteriores pertenecían a la colección Aurora, formada por setenta áureos romanos, que se vendieron en su totalidad y por encima de las estimaciones iniciales de remate. Un tercer y último ejemplo de los buenos resultados de este capítulo es esta moneda de Caracalla (lote nº 32), que nos muestra una detallada escena de sacrificio realizada por el emperador dentro del templo de Vesta, en una variante que solo se conoce en esta emisión. La puja mínima era de 32000 dólares que finalmente se convirtieron en 80.000 de martillo, el doble de lo previsto.
Pasamos ahora sí a la moneda griega, con esta dracma de Naxos (lote nº 55 del catálogo Triton) de mediados del siglo V a.C. con un cálculo de adjudicación de 75.000 dólares, su precio de remate fue finalmente de 80.000.
Un caso curioso y sorprendente es el de esta estátera de Terina (Gemini lote nº 8), que también consiguió llegar a los 80.000 dólares si bien en este caso la subida fue más alta, ya que partía con una estimación final de 50.000 dólares. Pero lo más sorprendente es que esta moneda, que pertenecía a la colección Prospero subastada en The New York Sale en 2012, salió entonces a la puja con una estimación de 3.500 dólares y se adjudicó en 6.500. Justo dos años después consigue un precio de martillo que multiplica el anterior por más de doce.
Otra curiosidad que les comentamos cuando les ofrecimos una pequeña reseña de estas subastas de Nueva York fue la coincidencia de dos raros áureos de Licinio II como césar del mismo tipo en las subastas de Triton (lote nº 795) y de The New York Sale (lote nº 56). Aunque con diferentes precios de salida, ambas contaban con una estimación de 30.000 dólares, que no alcanzó la pieza de The New York Sale, que se quedó en 25.000, pero superó con creces la de Triton, rematada en 62.500.
En cuanto a la moneda extranjera, una vez más las emisiones rusas han superado las expectativas y conseguido adjudicaciones estratosféricas. Buena prueba de ello es el remate monográfico que le dedicó The New York Sale, con un altísimo porcentaje de ventas y unos cuantos lotes por encima de los cien mil dólares. El precio de martillo más alto lo obtuvo esta pieza de 25 rublos (lote nº 1235) acuñados en 1876 en conmemoración del 30 aniversario del archiduque Vladimir Alexandrovich. Con una estimación de 200.000 dólares, se remató finalmente en 325.000.
Y no fue la única moneda en este catálogo que alcanzó los 300.000, ya que hasta esta cota llegaron los diez rublos de presentación de 1897 (lote nº 1313), y un lote de conjunto de órdenes y condecoraciones.
Pero si los resultados de Rusia fueron buenos, los de Brasil no se quedaron a la zaga. Rozando el medio millón de dólares -499.375, eso sí, precio final con impuestos y comisiones incluidos- se quedó este ejemplar de 6400 reis de Pedro I que sacó a subasta Heritage (lote nº 23072), y que partía con una estimación de “solo” 100.000.
En esa misma subasta no fueron malos, ni mucho menos, los resultados de la moneda española de ultramar, encabezados por esta onza acuñada en Méjico por Felipe V en 1711 (lote nº 24654), que se adjudicó en 293.750 dólares.
O este duro también de Méjico (lote nº 24649), batido a nombre de Felipe III en 1609, que subió desde 50.000 dólares de puja mínima a más del doble de martillo: 111.625.