El martes 5 de julio ha tenido lugar la subasta organizada por las firmas barcelonesas Martí Hervera & Soler y Llach que cierra el calendario de AENP antes del verano. Una vez más, el capítulo de moneda extranjera ha deparado las mayores sorpresas en una venta con buena acogida por los coleccionistas.
El mes de julio se ha iniciado en Barcelona con dos grandes subastas de las más importantes firmas de la ciudad. Martí Hervera & Soler y Llach sacaban a la puja en esta ocasión más de 1200 lotes entre monedas y billetes españoles, además de moneda extranjera, una oferta muy completa que abarcaba desde emisiones antiguas hasta la actualidad. Comenzó la subasta con el capítulo dedicado a la moneda griega (lotes 1-34), en el que encontrábamos monedas muy interesantes. La pieza que alcanzó una mayor cotización fue una estátera de Neapolis-Macedonia con cabeza de Gorgona y cuadrado incuso (lote nº 5) que salía a la venta por 1500 euros y se adjudicó en 2000. A continuación, la moneda hispánica, que abarcaba hasta las series hispano-romanas, con una gran variedad de cecas representadas. Cabe destacar el denario con leyenda iltirtasalirban (lote nº 60) que subió en la puja desde los 600 euros iniciales hasta rematarse en 1000. En la misma cantidad se adjudicó el as de la ceca ibérica de Neronken (lote nº 76), aunque la subida fue menor, ya que partía de 900 euros en catálogo. En lo que respecta a la moneda romano-republicana, tuvieron mucha mejor salida los denarios, si bien se ofertaba un conjunto de bronces muy interesantes, y lo mismo sucedió en la etapa imperial, en la que encontrábamos hermosos bronces de la dinastía julio-claudia, pero que no han obtenido la acogida esperada. El oro de las emisiones bizantinas y visigodas tampoco se vio recompensado con el favor de los pujadores, algo especialmente sorprendente habida cuenta de la calidad de las piezas presentadas en este último apartado y la rareza de algunas emisiones. Parece que el interés de los coleccionistas se enfocaba en esta ocasión hacia las series modernas, donde encontramos mejores resultados. En su momento nos fijamos en un florín de Martín I acuñado en Mallorca (lote nº 211), emisión muy rara de la que sólo se conocen cuatro ejemplares y cuyo precio de salida era de 2000 euros y que se adjudicó en 2200. Una de las subidas más espectaculares fue la que experimentó un croat de Martín I de la ceca de Barcelona (lote nº 213), que partía de 500 euros y fue rematado en 1400. De las emisiones de los Reyes Católicos encontramos una pieza de cuatro reales de la ceca de Segovia (lote 280), con salida en 1500 euros y adjudicado en 1900. También de plata y de la misma ceca, aunque ya acuñado por Felipe II es el ejemplar de ocho reales de 1597 (lote nº 299), que subió en la puja desde 1500 euros hasta 2300. Otra magnífica pieza de ocho reales del mismo taller, en esta ocasión ya de Carlos II del año 1682 (lote nº 359), se remató en 1300 euros partiendo de un precio en catálogo de 900. La moneda de un escudo de la ceca de Segovia acuñada en 1608 para Felipe III (lote nº 313), calificada en el catálogo de magnífica y muy rara, se remató finalmente en 2356 euros, frente los 2000 de salida. La dinastía de los Borbones jalonaba su representación con onzas de diversos precios y procedencias que tuvieron una acogida desigual, ya que quedaron sin vender muchas de aquellas que partían con un precio más elevado. Entre las que se remataron en mayor precio, la nº 396, acuñada en Méjico por Felipe V el año 1741, que se adjudicó en 2500 euros. Por el mismo valor, aunque sin despegarse del precio de salida, se remató la nº 496, de Carlos III y ceca de Madrid, al igual que sucedió con la nº 499, del mismo monarca y ceca de Sevilla, adjudicada en los 2000 euros del catálogo. Tan solo 100 euros se alzaron sobre su precio inicial las onzas nº 543, ya de Carlos IV, que se quedó en 1500, y nº 545, en 1010 euros. De las emisiones de Fernando VII, ampliamente representadas en la oferta, podemos destacar una moneda de ocho reales acuñada en Cataluña/ Palma de Mallorca (lote nº 628), de 1814, que salía por 1450 y se adjudicó en 1550. Mucho mayor fue la subida experimentada por otro ejemplar de los mismos denominación y año, aunque fabricado en Popayán (lote nº 649) que partiendo de 750 euros, fue rematado en 1100. Otra de las secciones que suele deparar resultados interesantes en las últimas subastas es la del reinado de Isabel II. En esta ocasión la muestra de piezas era abundante y de calidad, lo que hacía presagiar una buena acogida. Entre los lotes que alcanzaron un mayor remate podemos señalar la pieza nº 685, de seis cuartos, acuñada en Barcelona en 1838, con error en la leyenda, que subió hasta 1500 euros desde los 750 de salida. Otra pieza de dos maravedíes (lote nº 687) fabricada en Madrid por el Departamento de Grabado en 1837, cuyo precio inicial es de 2000 euros, se remató en 2750. El lote con un precio de remate más alto, y que vivió una subida notable durante la puja, fue el nº 706, una moneda de 10 reales del año 1840, acuñación proof, rarísima y sin circular, cuyo precio en catálogo era de 5000 euros y se adjudicó en 6300. Los lotes correspondientes al periodo de la Restauración no depararon grandes sorpresas; las piezas de mayor valor apenas se despegaron del precio de salida y las subidas porcentualmente más altas se registraron en monedas de menor cotización. Dentro de la variada representación de emisiones locales fabricadas durante la Guerra Civil, destaca por su resultado el lote nº 910, compuesto por una serie de cinco monedas de Nulles, que subió en la puja desde los 2000 hasta los 2500 euros. También tuvieron bastante buena acogida las más valiosas monedas de la etapa franquista, como el lote nº 922, peseta del año 1946 (*19-48) en muy buena calidad y rarísima, que salía a la puja por 2000 euros y se adjudicó en 2600; y el ejemplar de cinco pesetas de 1949 (*19-51) muy rara y sin circular (lote nº 927), que se ofertaba a partir de 5000 euros y se remató en 5800. Pero sin duda el capítulo que mayores sorpresas deparó de toda la subasta fue el dedicado a la moneda extranjera (lotes 949-1105), que presentaba una oferta de lo más variada y de muy alta calidad. En su momento comentamos un par de piezas brasileñas, en concreto una moneda de 960 reis (lote nº 971), con salida en 1250 euros y otra de 20000 reis, rarísima, de Juan V (lote nº 976), que se oferta por 2500 euros. La primera de ellas se remató en 1630 euros y la segunda subió hasta los 4353. Una de las subidas más notables de este capítulo es la del lote nº 1004, un medio-dólar de 1877, que partía de 400 euros en catálogo y se adjudicó por 2700. Duplicó su precio el dólar nº 1004, rematado en 2000 euros. Otro de las sorpresas de la tarde fue una moneda monegasca acuñada por Honorato II en 1648 (lote nº 1078), que salía a la venta por unos modestos 250 euros y se adjudicó finalmente en 1350. Podríamos seguir con más ejemplos de estas subidas: una corona de Nueva Zelanda (lote nº 1082) de 1945, con salida en 1500 euros se remató en 2750; una pieza de 2000 reis de Juan V de Portugal (lote nº 1091), subió en la puja desde 400 euros hasta 1450 y, para terminar, no podía faltar alguna moneda rusa, en este caso el lote nº 1096, tres rublos de 1828, con un precio en catálogo de 3000 euros y que se adjudicó en 5800. Terminó la subasta con el capítulo dedicado a la notafilia, formado por un centenar de lotes (1106-1206) que comprendían billetes desde finales del XIX hasta mediados del XX, incluyendo las emisiones locales de la Guerra Civil y las de los Valles de Andorra. Fue este también un apartado que obtuvo una buena acogida por parte de los coleccionistas, como demuestra el gran porcentaje de lotes adjudicados, si bien no se vendieron los ejemplares de mayor precio.
Autor/a: Redacción