Buenas adjudicaciones en la subasta en sala celebrada el pasado miércoles en Madrid en la que destacaban la moneda antigua y la española. Les ofrecemos los precios de martillo más destacados.
Los salones del Hotel Convención de Madrid albergaron en la tarde del miércoles 8 de mayo una nueva edición de la subasta en sala de la veterana firma madrileña José A. Herrero. Los más de ochocientos lotes que se sometían al veredicto del martillo tenían sus principales atractivos en las secciones de moneda antigua, especialmente romana e hispánica, y en el amplio apartado de moneda española. Y fue precisamente en estas secciones donde se vieron las adjudicaciones más notables, de las que les ofrecemos un breve repaso.
La abundante oferta de moneda hispánica, con más de ciento cincuenta lotes de gran variedad, obtuvo una muy buena acogida por parte de los coleccionistas y se vivieron subidas destacables. Por ejemplo, esta hemidracma ebusitana (lote nº 63) se remató en 1400 euros, el doble de su precio de salida.
Aunque la sorpresa de la sección, y casi con toda seguridad de la subasta, nos la llevamos con este cuadrante de Carthago Nova (lote nº 57). Se trata de una pieza acuñada entre mediados y segunda mitad del siglo I a.C., rarísima, puesto que solo hay constancia de un ejemplar publicado, el depositado en el Instituto de Valencia de Don Juan. Su precio de salida era de unos modestos 275 euros que tras animadas subidas de cartón se convirtieron en nada menos que 4000 de remate.
Pasamos a las emisiones romanas, donde los áureos obtuvieron muy buenos resultados en la puja. Sin duda la pieza más notable fue el emitido por Marco Aurelio (lote nº 255) con la personificación de Hilaritas, que aparece en nuestra portada, que pasó de 5000 euros en catálogo a 7700 de adjudicación. Pero también hay que mencionar los 3700 euros alcanzados por el áureo de Augusto emitido en Caesaraugusta (lote nº 207), los 3000 del de Faustina (lote nº 254), o los 2800 del de Antonino Pío (lote nº 249), entre otros.
Ya del sistema del sólido, he aquí otra pieza de oro que vivió una destacable subida, el lote nº 271, acuñado por Teodosio, muy escaso y en excelente estado de conservación, pasó de de 400 euros en catálogo a 1800 de precio de martillo.
Por lo que se refiere a las grandes piezas de bronce, la curiosa tésera con temática erótica que salía a subasta con el nº 219, atribuida a época de Tiberio, alcanzó un remate de 3700 euros frente a sus 3000 de salida.
En el capítulo de emisiones visigodas sorprende que la pieza que más subió en la puja fue este tremissis (lote nº 274), calificado de posible acuñación bárbara, del grupo que copia las piezas bizantinas, que se remató en 1700 euros cuando salía por 900. En cambio, no se adjudicaron las monedas visigodas de mayor valor.
Las monedas de los reinos cristianos medievales suelen depararnos alguna que otra sorpresa o subida importante en las subastas y en esta ocasión ha llegado de la mano de este dinero de Alfonso VII (lote nº 324), en excelente estado de conservación y acuñado con vellón de muy buena calidad, con un precio de salida de 750 euros, convertidos en 2000 de adjudicación.
En el capítulo de monarquía española, las grandes piezas de oro y plata se alternan en la lista de monedas de mayor adjudicación. Aunque no se vivieron grandes subidas, se mantuvieron los porcentajes de ventas.
En 3000 euros, su precio de salida, se adjudicaron los dos escudos batidos en Valladolid para Felipe II (lote nº 408), mientras que los dos reales del mismo taller, del año 1599 (lote nº 418), subieron de 800 euros en catálogo hasta 1300 de martillo.
Este duro redondo de Potosí (lote nº 453), con perforación y resello de Guatemala, raro y en excelente estado de conservación, fue adjudicado en 1800 euros.
Con la llegada de los Borbones al trono español continúa la tendencia. Se vieron algunas subidas en las onzas, como en los ejemplares de Fernando VI de Lima 1758 (lote nº 488), adjudicado en 2600 euros, o de Santiago de 1754 (lote nº 490), rematado en 3400.
Iniciamos el siglo XIX con estos 80 reales (lote nº 593) batidos en Madrid para José I Bonaparte en 1810, que consiguieron un precio de martillo de 1350 euros.
De Fernando VII hay que destacar el remate de estos 4 reales de Caracas del año 1820 (lote nº 628), pieza rara y en muy buen estado de conservación, cuyo valoración subió de 1500 euros en catálogo a 2750 de remate.
El resto de la subasta transcurrió sin sorpresas, con alzas moderadas, manteniendo el buen porcentaje de ventas tanto en los últimos capítulos de la historia monetaria española, como en la sección de emisiones extranjeras.