Los remates de la selección de moneda griega y de los áureos de la antigua colección Huntington se saldan con todos los lotes vendidos y adjudicaciones muy por encima de lo estimado. La decadracma de Akragas, la joya de la puja, alcanzó los 2.300.000 francos suizos, convirtiéndose en la moneda griega más cara jamás vendida en una subasta.
En anteriores ediciones les comentábamos los interesantísimos lotes que salían a subasta en Zürich el pasado 17 de octubre de la mano de la prestigiosa firma Numismatica Ars Classica. El primero de los catálogos que se rematarían estaba dedicado a una exclusiva selección de moneda griega formada por únicamente 84 lotes procedentes en su mayor parte de las colecciones Nelson y Bunker Hut, entre las que se habían colado también un par de monedas cartaginesas de la antigua colección Huntington, ex Hispanic Society con las que se iniciaba la oferta.
Y ya desde esos primeros lotes se vio que la subasta iba a ir viento en popa, pues el doble shekel hispano-cartaginés que llevaba el número 1 se remató en 30000 francos, y el triple shekel nº 2, en 55000, ambos por encima de las estimaciones iniciales. Aunque la pieza de este reducido capítulo que pulverizó los cálculos fue el medio shekel (lote nº 3), procedente del tesoro de Mazarrón, de la antigua colección Cervera, de donde pasó a la Huntington, cuyo precio inicial era de 6000 francos y se adjudicó en cinco veces su valor: 30.000.
Por más del doble de lo estimado se remató también el rarísimo nomos de arte arcaico de Poseidonia (lote nº 4), que alcanzó los 75.000 francos.
A continuación, la joya de la subasta, la decadracma de Akragas, uno de los pocos ejemplares cuya autenticidad no se ha puesto en duda, se sometía al veredicto del martillo con el nº 6 y una estimación de 1.750.000 francos. El precio de remate apabulla: 2.300.000 francos, o lo que es lo mismo, con las comisiones, más de dos millones de euros.
Y aunque pudiera parecer que tras este hito las pujas podían decaer, nada más lejos de lo que sucedió y el lote nº 7, una tetradracma de Camarina, cuadriplicó su estimación al adjudicarse en 150.000 francos frente a los 35.000 calculados.
También cumplieron su papel las emisiones siracusanas, empezando por la decadracma firmada por Kimón (lote nº 12), rematada en 170.000 francos, o la doble decadracma de oro (lote nº 13), que alcanzó los 80.000.
El conjunto de piezas sículo-cartaginesas, todas ellas de gran belleza y calidad, contó igualmente con el aprecio de los coleccionistas y se vieron subidas y remates tan notables como el de esta pieza de cinco shekels (lote nº 24), que pasó de 40.000 francos estimados a 140.000 de adjudicación.
Otra de las monedas más valiosas del catálogo era la rarísima dracma áurea de Atenas (lote nº 46), que partía con una estimación de 200.000 francos y se remató finalmente en 240.000.
Entre las estáteras de oro o electro, la mejor parada en la puja fue esta de la ciudad de Lampsacus (lote nº 52), adjudicada en 65000 francos, cuando su estimación se había calculado en 35000.
Finalmente, un par de monedas ptolemaicas superaron los 100.000 euros en sus remates: hasta 190.000 llegó la estátera de Ptolomeo I (lote nº 77), que partía con un cálculo de 100.000, pero porcentualmente fue más importante la subida de esta octodracma a nombre de Arsínoe II que contaba con una estimación de 25.000 francos y llegó a 130.000.
La sesión de tarde estaba reservada al remate de la primera parte de la colección de monedas de oro romanas de Archer M. Huntington, ya saben, el monetario de la Hispanic Society. Algo más de trescientos veinte lotes desde finales de la República hasta el imperio bizantino, que obtuvieron el mismo éxito rotundo que sus precedentes griegas.
Ya en el cuarto lote a subasta uno de los áureos superó la barrera de los cien mil francos: en 180.000, el doble de su estimación, se adjudicó esta magnífica pieza (lote nº 103) que combina los retratos de César y Octaviano.
Entre 80.000 y 100.000 francos se calculaba que podría estar el remate de este conocido áureo pompeyano con los retratos de la familia (lote nº 105), cálculo que quedó pulverizado por los 240.000 en que finalmente se remató.
Casi el doble de su estimación fue también el remate de este rarísimo áureo de Augusto (lote nº 106), adjudicado en 130.000 francos.
Un conjunto muy notable lo formaban las monedas acuñadas por los diferentes emperadores que se sucedieron en el trono entre los años 68 y 69 d.C. y que se convirtieron en los lotes con mayores remates de esta subasta. El primero de ellos es este áureo de Galba, y del taller de Tarraco, con la imagen del renacimiento de Roma (lote nº 127), valorado en catálogo en 100.000 francos y que en la puja consiguió alcanzar 280.000.
Algo por debajo se quedó el ejemplar de Vitelio, posiblemente de la misma ceca (lote nº 129), que partía con una estimación similar y fue adjudicado en 260.000 francos.
En cuanto a la pieza de Otón (lote nº 128), para la que se calculaba un remate de 90.000 francos, vio caer el martillo al llegar a 240.000 francos.
Septimio Severo es el emisor de esta pieza (lote nº 180) de un taller oriental, posiblemente única e inédita, que consiguió alcanzar los 140.000 euros de remate frente a los 40.000 en los que se había estimado.
Con el retrato de su esposa e hijos, el áureo nº 185 se adjudicó en 100.000 francos, el doble de su estimación inicial, y a las mismas series pertenecen el nº 189, con los retratos de Geta y Caracalla, rematado en 110.000 francos; el nº 190, con los retratos de Caracalla, Septimio Severo y Julia Domna, vendido en 90.000 y el lote nº 194, con Geta y posiblemente Caracalla, adjudicado en 150.000 francos.
Algo posterior, el áureo acuñado por Macrino en el 217 a.C. (lote nº 195), con un magnífico retrato, vio triplicar su estimación inicial al adjudicarse en 180.000 francos.
Cerramos esta sección con el sólido a nombre de Prisco Atalo (lote nº 238), con la paradójica imagen de Roma Aeterna en el reverso, que se remató en 100.000 francos. Se trataba de uno de los últimos lotes de la primera parte de la subasta, formada por piezas de mayor calidad, aunque la segunda parte también gozó del favor de los pujadores y se adjudicó en su totalidad. Así pues, récord en adjudicaciones y en porcentaje de ventas en dos remates para recordar.