Aparte de las emisiones norteamericanas, las subastas organizadas en el marco de la convención internacional de la ANA entre los pasados 5 y 12 de agosto, han deparado excelentes resultados para la moneda extranjera.
Como cada año, el interés del mercado numismático se desplaza en agosto a dos núcleos muy distantes entre sí: Chicago y Hong-Kong. La ciudad norteamericana albergó entre los días 3 y 12 del pasado mes una nueva edición de la feria internacional de la American Numismatic Association, con un amplio programa de actividades entre las que no podían faltar varias subastas del más alto nivel, de las que ya les hablamos antes de su celebración.
Ahora toca hacer balance de los resultados. Las firmas organizadoras, Stack’s Bowers & Ponterio y Heritage, han puesto el acento en el buen momento que vive desde hace algunos años el mercado de la moneda estadounidense y los excelentes remates obtenidos en este tema.
Dicho esto, un dato que naturalmente hay que tener en cuenta, por nuestra parte vamos a fijarnos en la moneda extranjera, y a comentar otros aspectos, como el hecho de que la moneda china sigue muy pujante y no parece que las subidas de precio de sus monedas hayan tocado techo, a juzgar por la distancia que separa los precios de las estimaciones ofrecidas y las adjudicaciones realizadas. Sin querer ser prolijos en los ejemplos, veamos este tael acuñado en 1906, que subastó Heritage en su denominada Platinum Night como lote nº 23145. Partía con una puja mínima de 50.000 dólares, con una estimación de 100.000, y consiguió un remate de 260.000.
Pocos lotes después (lote nº 23154) otra moneda china, esta vez de Shantung de 1926 pasó de 50.000 dólares de puja mínima a 150.000 de precio de martillo, y no fueron los únicos lotes que superaron los 100.000 dólares de adjudicación en este capítulo.
Tampoco podemos dejar de lado la moneda rusa, que, aunque parecía haber moderado ligeramente sus precios en algunas subastas recientes, sigue dando alguna que otra sorpresa. La de Chicago ha sido la subida de la pieza de cinco rublos de Catalina la Grande (Stack’s Bowers & Ponterio lote nº 1458), acuñada en 1762-1763, que pasó en la puja de 45.000 dólares de inicio a más de 150.000 de remate.
Esto por no hablar de las rarísimas pruebas rusas de la misma sesión (lotes 1545-1547), acuñados en San Petersburgo en 1895. Forman parte de un experimento monetario del que sólo se conocen cinco piezas. La primera, de 5 russ, pasó de 60.000 dólares de salida a 176.250 de venta; la segunda, con valor de 10 russ y misma puja de inicio, alcanzó los 211.500 y, por último, la prueba de 15 russ (lote nº 1547), subió desde 90.000 dólares hasta nada menos que 235.000.
También las piezas “clásicas” siguen siendo un valor seguro, como sucede con las acuñaciones de la reina Victoria conocidas como del tipo Una y el león: la que vemos es la moneda subastada por Heritage como lote nº 23308 adjudicada en 130.000 dólares.
O los cien francos de Napoleón III (lote nº 23227 de la misma subasta) del año 1870, que vio cómo su precio se alzaba desde los 25.000 dólares, con una estimación de 50.000, hasta ser adjudicado en más del doble: 105.000.
En general hay que decir que los resultados han sido buenos, con excelentes porcentajes de ventas y subidas muy fuertes en los lotes que hemos chequeado, incluyendo la moneda del imperio español. Así que esperemos que estas buenas sensaciones se extiendan al mercado español y la próxima temporada veamos buenas subastas en oferta y en adjudicaciones.