Buenos resultados para la moneda española en la última subasta que la veterana firma madrileña José A. Herrero celebró el pasado jueves 13 de diciembre en Madrid. A continuación les comentamos los remates más interesantes.
La pasada semana en Madrid fue, desde el punto de vista numismático, una de las más ajetreadas de los últimos años: nada menos que tres importantes subastas en tres días consecutivos y, como colofón, la convención extraordinaria de diciembre de AENP. El último de estos remates estuvo a cargo de José A. Herrero, cuya oferta consiguió reunir a un gran número de asistentes en los salones del Hotel Convención donde se llevó a cabo la subasta.
Una gran parte del catálogo que se remataba estaba dedicado a la moneda española, comenzando con un importante capítulo de moneda hispánica antigua en el que se vivieron animadas pujas. Ya el primer lote de esta sección, un as de la ceca de Abra (lote nº 11), cuyo precio de salida era de 400 euros, se adjudicó en 1100.
Hasta 850 euros subió el precio de este as de bilbilitano de Tiberio (lote nº 32), con la rareza de que el nombre de Sejano no estaba borrado en la moneda, como suele ser habitual en la serie al aplicarse la damnatio memoriae. Su inicio era de solo 300 euros.
El rarísimo cuadrante de Oilaunikos (lote nº 154), con la leyenda del reverso legible en su totalidad, consiguió alcanzar los 1600 euros, frente a los 1250 de catálogo, una cantidad muy considerable para una pieza de bronce celtibérica.
En cuanto a los denarios, la magnífica pieza de Kese en excelente estado de conservación que se subastaba con el nº 125, duplicó su precio de salida, al ser adjudicada en 900 euros, mientras que el espectacular denario de Sekaisa que lo hacía con el nº 166, y 2000 euros en catálogo, consiguió llevarse unos bien merecidos 2500 de adjudicación.
Ya en la moneda romana, destacamos el denario de M. Pletorio Cestiano (lote nº 225), con la cabeza de Cibeles en su anverso, que pasó en la puja de 925 euros de salida a 1600 de remate.
Y, cómo no, los áureos. En 2100 euros se adjudicó el emitido a nombre de Faustina la Mayor que salía con el nº 252 y 1750 de inicio, y hasta los 4250 subió el de Marco Aurelio (lote nº 254), que partía a la puja con una cotización en catálogo de 3600 euros.
Aunque quizás más sorprendente, por menos habitual, sea la subida del sólido de Arcadio del taller de Constantinopla (lote nº 264), que pasó de 400 euros de salida a 1000 de remate.
Del pequeño apartado de emisiones visigodas, destacamos este tremis (lote nº 280), posible acuñación bárbara, con inicio en 900 euros y adjudicado finalmente en 1900.
Pocas sorpresas en los capítulos de moneda medieval, con subidas moderadas, y de nuevo, animación en la sala con las emisiones de la casa de Austria. Este bonito duro segoviano del año 1590 (lote nº 388) subió en la puja de 1200 euros en catálogo a 2000 de remate. En sus 3500 de salida se mantuvo el nº 389, del año 1594, y de 1600 a 1850 se alzó el precio del duro del año 1597 (lote nº 390).
Unos lotes después, ya con Felipe III, encontramos este otro duro segoviano de 1614 (lote nº 403), raro y en excelente estado de conservación, que pasó en la puja de 1500 en catálogo a 2300 de adjudicación.
Entre ellos, no queremos dejar de comentar una pieza modesta pero que fue objeto de una de las pujas más animadas del remate: hablamos de un dieciocheno acuñado en Valencia en 1619 (lote nº 400), cuyo precio de salida era de solo 90 euros y que consiguió rematarse en 500.
Pasamos a los Borbones, pero seguimos con la buena acogida de los duros del Real Ingenio segoviano. Así, estos ocho reales de 1729 (lote nº 445), subieron de 900 euros de inicio a 2500 de adjudicación.
Por lo que respecta a las onzas, entre los remates más altos cabe destacar el de los ocho escudos de Lima de 1752 (lote nº 455), adjudicados en 2400 euros y especialmente, el de los de Santiago, del año 1789 (lote nº 521), que pasaron de 2150 euros en catálogo a 3500 de remate.
Las emisiones de Fernando VII nos reservaban algunos ejemplares de bastante rareza y entre todos ellos, el que se remató con mayor éxito, fue esta pieza de ocho reales acuñada en Morelos en 1814 (lote nº 598), adjudicada en 2700 euros, cuando su precio de salida era de 1800.
En 1300 euros se adjudicó el ejemplar de dos pesetas de Alfonso XII del año 1879 (lote nº 698), que se presentaba en calidad casi sin circular y con 1000 euros de inicio.
Por último, no podía faltar alguna sorpresa en el capítulo de emisiones extranjeras, que en este caso vino de la mano de una pieza de 100 francos de 1894 (lote nº 763), una rarísima emisión de la III República Francesa que se limitó a 143 ejemplares. Con un precio en catálogo de 5000 euros, se adjudicó finalmente en 7000 convirtiéndose así en la moneda más cara de esta puja.