La casa Ibercoin acaba de publicar su próximo remate, la colección Conde de Aranda. La subasta tendrá lugar el próximo 27 de septiembre a partir de las 16:00 horas excluisvamente online.
Esta interesantísima colección consta de 196 monedas de 8 reales que comenzará con Felipe III, continuará con Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos V, José Napoleón finalizando con Fernando VII.
Sin duda, un conjunto muy cuidado con piezas muy seleccionadas, buenas conservaciones y rarezas.
Lote 2. FELIPE III (1598-1621). 8 Reales. (Ar. 27,54g/39mm). 1611. Zaragoza CA. (Cal-2019-996). Punto en medio del escudo del anverso. Encapsulado por NGC AU DETAILS. Pátina oscura. Rarísimo ejemplar y más así.
Ex Áureo & Calicó 331, 31/05/2018, Nº Lote 453.
Felipe III (II de Aragón tal como reza en esta moneda) ordenó acuñar un número no excesivo de monedas en Aragón. Aún más reducidas fueron las piezas de módulo grande, las cuales se acuñaron prácticamente a nivel testimonial. En estos Ocho Reales de extremada rareza, destaca en el anverso el Escudo de Aragón con las cuatro barras coronadas. A la izquierda las letras CA (marca de ceca) y VIII a la derecha y leyenda alrededor. En el reverso, el escudo con cuatro cuarteles y una cabeza de moro de la batalla de Alcoraz en cada cuartel (detalle que ya fue introducido en sus monedas por Juana y Carlos) coronado por la cruz de Íñigo Arista, acompañado de leyenda. Es una moneda de clara asimilación castellana que no tuvo continuidad en este reino ya que en Cataluña, se siguió con la acuñación del croat, y en Valencia con los divuités, todos con un módulo sensiblemente inferior.
Lote 4. FELIPE V (1700-1746). 8 Reales. (Ar. 24,72g/41mm). 1711. Madrid J. (Cal-2019-1338). Encapsulado por NGC AU58. Flan grande y canto con cordoncillo. Precioso ejemplar, raro en esta espectacular calidad.
Ex Aureo & Calicó, 27/05/2014, Nº Lote 527.
Lote 8. FELIPE V (1700-1746). 8 Reales. (Ar. 26,91g/39mm). 1733. México F. (Cal-2019-1435). Marca de ceca MX. Encapsulada por NGC UNC DETAILS. Dos rayas en forma de aspa en reverso. Precioso y rarísimo ejemplar, más en esta espectacular calidad conservando restos de brillo original y ligera pátina irisada.
Ex Áureo & Calicó 317, Colección Gaspar Portolá 17/10/2018, Nº Lote 1.
Aunque no son en las monedas columnarias donde por primera vez podemos ver denominada la ceca de México como MX (ya ocurrió un episodio similar a finales del XVII y comienzos del XVIII), resulta llamativo ver como en algunas de las piezas acuñadas en 1733 sustituyeron la tradicional marca M con círculo arriba por MX. La explicación dada por Jorge A. Proctor en su artículo “Las MXo y MX variaciones en la Marca de Ceca Mexicana” nos parece la más sensata, documentada a la par que simple: todo se debió a un error de España. Desde la metrópolis se pensó que la marca de ceca para las platas era MX y con esta marca mandó los troqueles. Cuando llegaron a México, se advirtió del error y de que la marca correcta era la Mo, España reconoció el error, cambió la marca para los sucesivos troqueles pero obligó a darle uso a los erróneos ya enviados, de ahí que encontremos ejemplares con esta peculiar marca. Pero hay otro aspecto a resaltar en estas primeras acuñaciones mexicanas: y es que podemos encontrarlas con uno y con dos ensayadores ya que estamos justo en el momento en que cambia la ley que obliga, a partir de estos momentos, a que apareciera la inicial de un segundo ensayador.
Lote 46. CARLOS III (1759-1788). 8 Reales. (Ar. 27,12g/41mm). 1772. Madrid JP. (Cal-2019-1062). Encapsulada por NGC MS61. Rayas en anverso. Flan grande. Extraordinaria pieza con restos de brillo original, muy rara así.
La moneda de busto.
Mediante la Real Disposición de 1772, Carlos III ordenó que en las nuevas monedas, tanto las que circulaban por España como por América, apareciera su retrato de perfil con variante peninsular e indiana. Se trataba de unificar, a pesar de esa variante en el retrato, el criterio y acabar con la dualidad en los diseños entre ambas monedas. En su artículo III, y referente a las monedas de plata, cita: “tendrá en el anverso mi real Busto vestido a la heroica, con clámide y laurel”, muy en la línea de los emperadores romanos, mientras que para las peninsulares aclara que “llevará mi real Busto desnudo con una especie de manto real”. El autor de los bocetos y matrices fue Tomás Francisco Prieto, grabador principal de la Real Casa de la Moneda de Madrid. A partir de estos momentos los retratos de los diferentes monarcas se suceden y cual pintores de cámaras, cada rey confía su retrato a expertos grabadores; al mítico Prieto, y tras la llegada al trono de Carlos IV, le sucede su alumno y yerno Pedro González de Sepúlveda, el cual recibe el encargo de abrir las matrices para la acuñación de las monedas con la efigie del nuevo soberano. Éste, siguiendo lo dispuesto en la Pragmática de 1772 continuó con la dualidad de bustos, peninsular e indiano, con diseños muy en la línea de su antecesor aunque Ramón María Serrera en La introducción de la “moneda de busto” en España e Indias cita una interesante novedad entre ambos: “(…) Hay, sin embargo, una curiosa diferencia entre los bustos para Indias de Prieto y de González Sepúlveda, ya que el primero plasmó a Carlos III con la fíbula y la hombrera de la armadura a la derecha del campo de la moneda, mientras que Pedro González Sepúlveda las situó a la izquierda del busto de Carlos IV. Es el grado de torsión o giro del cuello sobre los hombros el que marca la diferencia”.
El grabador del siguiente busto, ya con Fernando VII, fue el no menos conocido Félix Sagau y Dalmau. Sagau trabajó con un hándicap que los anteriores grabadores no tuvieron: la caótica situación política del país que arrastró también a la numismática al mismo caos. Serrera acierta de lleno al escribir que: “Entre los años 1808 y 1811 llegaron a circular por los dominios del monarca ausente más de cinco bustos en las monedas: el de José I Bonaparte, el de Carlos IV con la leyenda de Fernando VII, el busto “indio” de la ceca de Lima, el busto “almirante” de la ceca de Santiago de Chile y el llamado busto “imaginario” de la Casa de la Moneda de México. Aquello era un caos que planteaba también problemas políticos por cuanto nadie sabía quién era y cómo era realmente el monarca reinante”.
El grabador barcelonés rompió la tendencia de la dualidad de retratos y creo un tipo único prevaleciendo el indiano de cabeza laureada también para la moneda acuñada en la península. Con la excepción del busto conocido como “cabezón”, obra también de Sagau, y que fue diseñado para las acuñaciones del Trienio Liberal, el tipo laureado y de claro estilo clasicista se mantuvo prácticamente invariable hasta el fallecimiento del monarca en 1833.
Lote 113. CARLOS IV (1788-1808). 8 Reales. (Ar. 26,97g/39mm). 1791. Santiago DA. (Cal-2019-1019). Primer año de busto propio. MBC+. Pátina oscura. Raro ejemplar.
Ex Soler y Llach, 07/07/2016, Nº Lote 472.
Lote 126. JOSE NAPOLEON (1808-1813). 20 Reales. (Ar. 27,12g/39mm). 1810. Madrid IA. (Cal-2019-38). Aguila grande. Encapsulado por MS63. Espectacular ejemplar, raro así conservando su brillo original. Para hacerse una idea de la calidad y rareza, a día 1 de Septiembre de 2022, en NGC esta moneda es la mejor graduada de las sólo 3 monedas reportadas.
La invasión francesa no supuso un cambio radical en el sistema monetario español aunque sí estuvo sujeto a determinados retoques o modificaciones. Desde el mismo 1808, José I acuña moneda tanto en Madrid como Sevilla por lo que, desde un principio, nos encontramos con dos autoridades emisoras diferentes que, como no podía ser de otro modo, no dieron validez a las acuñaciones del bando rival. La principal novedad la encontramos en la unidad de cuenta. Javier de Santiago en su obra Antecedentes del Sistema Monetario de la Peseta lo explica así: “Frente a lo común en siglos anteriores de mantener las unidades de cuenta propias de los tres metales, el escudo para el oro, el real para la plata y el real de vellón o el maravedí para el cobre, José I impone la costumbre francesa de una única unidad de cuenta para las piezas de oro y plata facilitando así su manejo y el establecimiento de equivalencias”. La unidad de cuenta escogida en España fue el real de vellón.
Otro hecho monetario a destacar son las acuñaciones que conocemos como de la Cataluña Napoleónica en Barcelona a partir de 1808 y que fueron consecuencia del el aislamiento de la ciudad después de la ofensiva militar fernandina en la primavera y verano de ese año y la necesidad de contar con moneda para evitar el colapso de las transacciones comerciales. Se batieron piezas en los tres metales y se aplicó el modelo francés de unidad de cuenta pero con la particularidad de elegir un término hispano para definirlas y de fuerte arraigo en Cataluña: son las primeras Pesetas de nuestra historia.
Lote 163. FERNANDO VII (18080-1833). 20 Reales (Ar. 27,09g/38mm). 1833. Madrid DG (Departamento de Grabado). (Cal-2019-1284). Encapsulada por NGC AU DETAILS. Rayitas de limpieza. Restos de brillo original. Muy raro ejemplar, escaso así.
Creado en 1804 en Madrid, el Departamento de Grabado y Construcción de Instrumentos y Máquinas para la Moneda, dependiente del grabador general, era la institución donde los futuros grabadores culminaban sus estudios con el aprendizaje de nuevas técnicas para acuñar. Dos piezas emblemáticas salen de sus talleres de forma consecutiva: los 20 reales de 1833, a nombre de Fernando VII, y los de 1834 a nombre de su hija, Isabel II. En el caso de la pieza que nos ocupa llaman la atención varios aspectos: la leyenda está en castellano, tal como se hizo con las acuñaciones del Trienio Liberal; el canto incluye una peculiar leyenda: Dios es el Rey de los Reyes y por último el escudo del reverso es tomado como ejemplo para las posteriores acuñaciones isabelinas, donde será un diseño muy utilizado. Diseñada por Mariano González Sepúlveda, esta moneda, prueba o ensayo para muchos, constituye una de las grandes rarezas de la rica numismática del monarca Fernando VII.
Para consultar la subasta al completo acceder a http://www.ibercoin.com