JAVIER RODRÍGUEZ. Durante el tiempo en que España ejerció la tutela administrativa de la parte de Marruecos que por los tratados internacionales le fue confiada, hasta el año 1958 en que las autoridades marroquíes asumieron sus responsabilidades, el contrabando de billetes españoles por la frontera de la Zona de Tánger alcanzó unas proporciones considerables, hasta el punto de que las autoridades administrativas españolas decidieron tomar medidas para prevenirlo, entre las que destacó (por lo que a la Notafilia se refiere) la de estampillar los billetes emitidos por España relativos a la emisiones del año 1938, con la palabra “AFRICA”. Este artículo profundiza en las causas de esta medida, el proceso de ejecución y las características de los estampillados.
EL PROBLEMA DEL CONTRABANDO POR TÁNGER
El propósito de estampillar los billetes estaba directamente relacionado con la prevención del contrabando que se ejercía por Tánger sobre los billetes de banco españoles (Antecedentes sobre estampillado de billetes África y su relación con la incorporación de la Zona de Tánger, Banco de España, Archivo Histórico. Caja 68. Leg. Guinea/Tánger 1941, pág. 1, nota marginal manuscrita, primera parte) el cual llegó a alcanzar proporciones suficientemente relevantes como para alertar a las autoridades españolas.
Para hacernos una idea de dichas proporciones baste expresar que existe constancia de que los tenedores franceses de moneda española llegaron a disponer de unos 300 millones de pesetas de la época (según se recoge en Peseta española. Proyecto de decreto para estampillado de la circulante en el Norte de áfrica. AGA. C -3: 81/18850. Leg. Alta Comisaría de España en Marruecos; Delegación General; archivo; año 1949-50. No se disponen datos de la cantidad existente en manos de los tenedores de otras nacionalidades). Además, también existe constancia de que los comerciantes de origen hindú residentes en Tetuán pagaban premios de hasta el 1% por los billetes españoles de 1.000 pesetas para introducirlos irregularmente por la Zona de Tánger (Peseta española… AGA. C -3: 81/18850. Leg. Alta Comisaría de España en Marruecos; Delegación General; archivo; año 1949-50).
Tales actividades ilícitas se ejercían clandestinamente por las fronteras de las zona francesa y la internacional (no por las aduanas de estas) y por la dificultad de vigilar cientos de kilómetros de frontera con personal escaso que además, ejercía principalmente funciones militares y políticas.
Otra opción adoptada para estos propósitos (según el Informe del grupo desplazado a Marruecos, perteneciente al negociado de Investigación del Comité de Moneda Extranjera, al Director de dicho Comité.- Archivo histórico.- Caja 32.- Leg. “TANGER 1929-1975”.- Burgos. 20/08/1939) era la vía marítima, que utilizaba el buque correo de bandera inglesa que estaba exento del control español, ya que Inglaterra no había renunciado al régimen de Capitulaciones. Se trata del GIBEL DERSA, ex Duchess of Devonshire, que pudo pertenecer a la empresa Bland Line. Llegó a Gibraltar desde Barrow el 17/09/1928, efectuando su primer viaje a Tánger el 28/09. Sus características técnicas principales eran 1.226 toneladas de tonelaje de registro bruto; 498 de tonelaje de registro neto; 1.009 pasajeros de capacidad; dos máquinas de triple expansión construidas por Naval Construction and Armaments Co. Ltd, de Barrow, con 273 php. (Fuente: Graeme Somner; Bland Gibraltar; publicado por la World Ship Society, Kendal LA9 7 LT, en 1981).
Lo sorprendente es que un barco de bandera de un país beligerante cruzara el Estrecho de Gibraltar cada día, en plena II Guerra Mundial, cuando las aguas estaban fuertemente patrulladas por los submarinos alemanes e italianos, sin que se tengan noticias de incidentes de algún tipo relacionados con estos viajes.
Las facilidades que se encontraban en Tánger para la negociación de los billetes españoles, obedecían a la demanda que pesaba sobre ellos para ser enviados a Portugal y Francia principalmente, desde donde se introducían de contrabando en la Península, evitando así repercutirla la entrada de estos caudales en las arcas del Estado en forma de divisas (Informe del grupo desplazado a Marruecos perteneciente al negociado de Investigación del Comité de Moneda Extranjera al Director de dicho Comité.-Banco de España. Archivo histórico.- Caja 32.- Leg. “TANGER 1929-1975”.- Burgos. 20/08/1939).
El propósito de dicho contrabando/evasión de divisas (según recoge el Informe del grupo desplazado … – Archivo histórico.- Caja 32.- Leg. “TANGER 1929-1975”.- Burgos. 20/08/1939) venía fundamentado en las razones siguientes:
- a. La facilidad que existía para la conversión de nuestros billetes en francos franceses, ya que tenían igual poder liberatorio tanto en la zona española, como en la francesa.
- b. La dificultad que encontraba el comercio de las Plazas de Soberanía Españolas y Zona del Protectorado Español para obtener divisas destinadas al pago de ciertos artículos a importar, que fomentaba la utilización de divisas obtenidas de forma fraudulenta. Dichas mercancías eran adquiridas a precios mucho más altos y se introducían de forma igualmente ilegal.
PRIMERAS CUESTIONES RELATIVAS AL ESTAMPILLADO DE LOS BILLETES
La iniciativa del estampillado partió de D. Juan Beigbeder Atienza que había sido Alto Comisario del Protectorado Español de Marruecos hasta el día 12/08/1939, en que hubo de ocupar el cargo de Ministro de Estado (actual Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación) en el segundo gobierno de Franco, para el que había sido designado, cargo que ejerció desde el 09/08/1939 [BOE 10/08/1939] al 16/10/1940 [BOE 17/10/1940] (véase Antecedentes sobre estampillado … nota marginal manuscrita, primera parte, en la que se refiere a D. Juan Beigbeder Atienza como el “Ministro de Estado”. Sin embargo, este ministerio no figura dentro del catálogo de carteras ministeriales del segundo gobierno de Franco. Pero la denominación había sido la utilizada desde el año 1833 para designar la de Asuntos Exteriores, razón por la que se infiere que el autor de la nota se refiere a este Ministerio).
La razón del estampillado de billetes existentes en lugar de la emisión de billetes nuevos radica en que, según el Acta de Algeciras de 1905 y el Convenio Hispano Francés de 27/11/1912, no era posible crear un billete especial que sólo pudiera circular en esas zonas y no fuera de ellas, pues el único autorizado para emitir billetes que cumplieran dichas características era el Banco de Estado de Marruecos.
Una vez fabricados y puestos en circulación, se dispondría que en Ceuta, Melilla y Zona del Protectorado no pudieran circular otros billetes que los que llevaran la sobrecarga, que a su vez no podrían circular en el resto del territorio español. Se establecería un sistema de canje para los viajeros y se darían normas para las trasferencias y giros de fondos.
Son claras las ventajas que se obtendrían del establecimiento de estos billetes sobrecargados, ya que al no tener valor más que en aquellas plazas y zona, fuera de ellas se perdería el interés comercial de forma automática, pues carecerían de todo valor y, aún en el caso de salir, tendrían tan baja cotización que no resultaría remunerado el contrabando.
Administrativamente hubo dos intentos de regulación, pero ninguno de ellos fue publicado en el Boletín Oficial de Estado.
- a. El primero, mediante una Orden del Ministerio de Hacienda de fecha 22/04/1939 (Informe dirigido al Ilmo. Sr. Jefe de Servicio Nacional de Banca, Moneda y Cambio, (Burgos).- BANCO DE ESPAÑA.- Archivo Histórico.- Caja 32.- Leg. “TANGER 1929-1975”) y
- b. El segundo, mediante un Decreto de la misma procedencia del año 1947 (Proyecto de Decreto para el estampillado de los billetes.- BANCO DE ESPAÑA.- Archivo Histórico.- Caja 66 DE BANCA Y BOLSA.- Leg. “BANCA PRIVADA; Estampillado de billetes en África; 1947”; carpeta nº 7 BANCA PRIVADA. Año 1916-1952).
El rasgo común de ambos proyectos radica en que en ninguno de los dos se estipulan las características técnicas que habían de definir las estampaciones.
Los billetes no se llegaron a poner en circulación por varias razones, en gran medida debido a la prevención de tipo político que suscitaba entre los responsables administrativo/políticos del Protectorado y las Plazas de Soberanía y las posibles consecuencias adversas que provocaría una medida de estas características en las cabilas (Antecedentes sobre estampillado… pág. 1, nota marginal manuscrita, 2ª parte).
También pesarían en el ánimo de dichos responsables los indudables problemas de carácter técnico/administrativo que habrían de ser superados en el breve lapso de tiempo que habría de emplearse en la sustitución de unos billetes por los otros.
Y finalmente, lo que sin duda paralizó las tentativas, es el informe de la Delegación de Asuntos Indígenas relacionado con “la bajada en la cotización de la peseta en la zona libre de Tánger, [a la que] se da como una posible causa la llegada del rumor o el haberse traslucido los planes de estampillado de los billetes del Banco de España actualmente en circulación en el Protectorado y la Zona Internacional” (Delegación de Asuntos Indígenas; Dirección de Seguridad de la Zona. Documento de 7 páginas, fechado en Tetuán el 23/11/1949).
CUESTIONES GENERALES RELATIVAS A LOS BILLETES
Son las siguientes:
- La sobrecarga de la palabra “AFRICA” sólo se imprimió en el anverso.
- La palabra “AFRICA” no iba acentuada debido a que las máquinas mecanográficas de la época no podían insertar el acento en la parte superior de las letras mayúsculas, lo hacían en el interior del cuerpo de la letra, con lo cual la tilde no se apreciaba. Por ello se llegó a aceptar una cierta tolerancia en relación a la falta de este carácter ortográfico, en la acentuación de estas letras. Esta cuestión ha sido superada actualmente por el uso generalizado de la escritura mediante programas informáticos.
- Los billetes sobrecargados son de series intermedias.
- El sobrecargado es de color rojo, aunque su intensidad varía de unos ejemplares a otros, debido precisamente a la utilización de las máquinas de impresión denominadas “MINERVAS”. Con toda seguridad, las máquinas utilizadas eran las primigenias más simples, de mesa plana, en las que el entintado de esta no era automático, razón por la cual el operario debía estar al tanto de la cantidad de tinta con la que estaba trabajado la mesa.
PROCEDIMIENTOS DE IMPRESIÓN
La sobrecarga se estampilló usando procedimientos tipográficos aplicados mediante las ya mencionadas máquinas “MINERVAS” debido a que:
- a. Las posibilidades económicas de la FNMT, en la época que tratamos, eran bastante precarias, por lo que la utilización de procedimientos calcográficos era inviable.
- b. Por otra parte, el uso de la litografía queda descartado pues los billetes presentan relieve en el reverso, lo que se ha comprobado personalmente en las oficinas de D. Félix Cuquerella, sobre los ejemplares de su colección, realizando la comprobación sobre las denominaciones sin circular.
- c. El uso de esa maquinaria, permitía descentralizar la impresión, pues el Banco de España disponía de ella en todas sus sucursales. Este procedimiento permitía además realizar el trabajo en mucho menor tiempo.
Al ser las letras de bastante grosor, la impresión se hizo en red por dos motivos, primero para dificultar las falsificaciones y segundo, para evitar el efecto “donut” o de “islotes” debido al ya aludido grosor de las letras. Así se evitaba que la tinta se corriera hacia su margen.
EMISIÓN
La cantidad total de billetes que se estampillaron en el año 1939 fue de 125 millones de pesetas, aunque inicialmente se pensó que habían alcanzado los 150 millones. En cualquier caso, siempre se estimó que esas cantidades eran insuficientes para los propósitos que se perseguían y que habría que estampillar unos 750 millones como mínimo (Nota sobre el estampillado de billetes del Banco para Marruecos.- Banco de España. Archivo Histórico. Caja 66 de Banca y Bolsa. – Leg. “Banca privada”, estampillado de billetes en África; 1947”; carpeta nº 7; Madrid.- 13/08/1947).
En el único documento en que se listan las denominaciones de los billetes a estampillar es en el Acta de la Comisión de Emisión del Banco de España, en su sesión del 29/04/1939 (Libro de Actas de la comisión de Emisión. Zona Nacional 1938 y 1939; número 13.053). Esas denominaciones son las siguientes:
- a. Estampaciones sobre las denominaciones de 1, 2 y 5 pesetas de Burgos de la emisión de 1938 sobre billetes sin circular. Respecto del facial de 10 pesetas, también exigido dentro de las denominaciones indicadas en la referida “Orden”, algunos expertos aseguran que nunca fue estampillada y que dentro de los ejemplares aparecidos en subastas, ese no se encontraba. Dado que el Acta especificaba que este valor también había de estampillarse, habremos de estar vigilantes por si apareciera uno en algún momento.
- b. Estampaciones sobre billetes circulados de las denominaciones de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas de la misma emisión.
La posible razón para que parte de la estampación se hiciera sobre billetes sin circular (las denominaciones inferiores) y parte en billetes circulados (los billetes de faciales superiores), puede estar en que los primeros se estampillaran en las sucursales peninsulares e incluso en la central del Banco de España, utilizando los ejemplares existentes en sus cajas y los segundos lo fueran en Tánger y/o Tetuán, en las sucursales del banco allí existentes, a partir de billetes o bien existentes en las cajas de esas sucursales, o bien directamente retirados de la circulación. Esto explicaría las palabras “…para la preparación de estos billetes, los cuales, se encuentran hoy, en cantidad que se consideró suficiente, en las Cajas de las Sucursales de África…” (Antecedentes sobre estampillado de billetes África y su relación con la incorporación de la Zona de Tánger.- Banco de España. Archivo Histórico. Caja 68. Leg. Guinea/Tánger 1941.- Pág. 3). Puesto que no existe constancia de operaciones de traslado de billetes entre la Península y el Protectorado, la parte de los billetes circulados hubo de ser fabricada en África, in situ.
LAS PLANCHAS
Las utilizadas fueron distintas según el tamaño del billete en el que se insertaron las estampaciones. Sus medidas exactas no se pueden precisar, pues no se disponen de los originales para efectuar las mediciones y tampoco existen registros al respecto. Por las reproducciones de FILABO, las planchas eran de forma trapezoidal y disponían de seis orificios por los que se podían fijar a una planchita de madera la cual, a su vez, se fijaba a la platina de la máquina de impresión. En el museo de la FNMT-RCM no se conserva ninguna plancha de dicho trabajo, ni consta que estas hayan entrado al Museo en algún momento. Muy posiblemente, FILABO las fotografió en la FNMT, pero si ello fue así, debió de ser hace muchísimo tiempo, más de 20 años, cuando se encontrasen en el Taller de Grabado y que posteriormente, fuesen destruidas en el año 1998, junto con otras muchas que el Museo rechazó incluir en sus fondos cuando se decidió desmantelarlo (Información proporcionada por el personal del Museo Casa de la Moneda).
El metal utilizado para la fabricación de estas planchas pudo ser el bronce (aleación de cobre y estaño), o también el latón (mezcla de cobre y zinc). El latón resulta ser más maleable, mientras que el bronce es más duro y resistente. El valor de uno frente al otro depende fundamentalmente de su contenido en cobre y el valor de éste fluctúa en los mercados.
Los operarios que fabricaron las planchas es imposible identificarlos, pues al tratarse de un trabajo de poca entidad, que no requería de una destreza específica, pudo ser ejecutado por cualquiera de los numerosos dibujantes, grabadores secundarios, etc., existentes en la plantilla de la FNMT por la época y que lo hubieran podido ejecutar satisfactoriamente.
Por las fotografías de FILABO, parece ser que las planchas se realizaron por fotograbado, lo que sólo exige un dibujante, no un grabador. Esta podría ser otra razón para que no haya trascendido su autoría, pues la FNMT no guarda registros ni siquiera de trabajos similares.
La distribución por denominaciones, es decir, cuántos billetes de cada facial se vieron afectados en la cantidad de 125 millones estampillada, no es posible saberla pues tampoco existen registros al respecto.
En un intento de ofrecer las dimensiones de esas planchas, se han efectuado mediciones directamente sobre las estampaciones de los billetes. Admitiendo un error de +/- 1mm (constante) en las dimensiones que facilitamos, estas son las que se muestran en la tabla.
Para acabar este apartado, solamente comentar que dado que a fecha de hoy no se sabe dónde se encuentran los billetes estampillados, se supone que, muy posiblemente, fueron destruidos en el año 1998 con la remodelación de la FNMT. Tampoco existen registros al respecto.
BILLETES MANIPULADOS /FALSIFICACIONES MODERNAS: DIFERENCIACIÓN ENTRE UN BILLETE LEGÍTIMO Y UNO ESTAMPILLADO DE FORMA FRAUDULENTA
El material notafílico para la inserción de las ilustraciones presentadas ha sido aportado por D. Félix Cuquerella, D. Santiago Muñoz Gómez (a los cuales se agradece su cooperación) y el propio autor.
El principal detalle reside en el perfil convexo de las astas de las letras, como se ve en las ilustraciones.
(Imagen: billete legítimo de 25 pesetas)
Los ilegítimos están estampillados seguramente a partir de un sello de caucho fabricado en cualquier librería o imprenta y un tampón de tinta roja (pero de distinta tonalidad que la empleada en los legítimos), que es el procedimiento más barato y preferido de los manipuladores/falsificadores de billetes. Ello explicaría el hecho de que la tinta del estampillado traspase el papel y sea perfectamente visible en el reverso.
(Imagen: billete no legítimo de 25 pesetas)
La estampación no es en red, lo cual se aprecia al observar las letras mediante una lupa.
Las dimensiones de la palabra “AFRICA” son inferiores en el ilegítimo, debido seguramente a que utilizaron un solo sello para todos los tamaños de billetes y a que el original que fabricaron procedía de un billete de los de menor facial, aunque, en realidad, las dimensiones de ilegítimo no coinciden con ningunos de los legítimos.
(Imagen: ampliación reverso billete no legítimo)
Los remates que se observan en los vértices y las bases de las letras, son completamente distintos entre los estampillados reales y los falsificados.
(Imagen: detalle de la letra A del estampillado legítimo)
JAVIER RODRÍGUEZ