A diferencia del Ángel de oro, el Gato de oro es una moneda de 24 quilates, 9999 milésimas, acuñado desde 1988 por la ceca privada británica Pobjoy Mint Ltd, con diferentes pesos desde 1 onza troy (31’10 gr.). El reverso muestra siempre un gato, uno de los símbolos de la Isla de Man, entidad emisora, y en las diferentes ediciones se han utilizado diseños de gatos de diferentes países y razas: persas, noruegos, siameses, turcos, bobtailes japoneses, birmanos, balineses, tonkineses, del Himalaya o callejeros neoyorquinos. Debajo de la imagen del gato se indica el valor nominal en la moneda oficial, Crown (corona), y el peso en oro fino en onzas y sus divisores.
Si bien la Isla de Man -territorio autónomo dependiente de la corona británica ubicado en Mar de Irlanda, entre Irlanda y Gran Bretaña-, ya emitía desde 1984 un bullion propio, el Ángel, acuñado por la casa de moneda privada británica Pobjoy Mint, decidió cuatro años después lanzar al mercado del coleccionismo y la inversión en metales preciosos una nueva tipología basada en el animal más característico que puebla sus territorios insulares: el gato Manx.
Así nace en 1988 un nuevo bullion con la característica de estar acuñado en oro de 9999 milésimas, oro de 24 quilates, con 32’69 mm. de diámetro, peso de 31’10 gr. y valor facial de 50 coronas (crown), con los siguientes divisores: 1/2, 1/5, 1/10 y 1/25 de onza. También se han acuñado bullion “gatos” o cats, como son popularmente conocidas estas monedas de oro, en platino, plata y cuproníquel. En las últimas ediciones se han emitido hasta monedas coloreadas en estos metales.
El anverso muestra el busto de la reina Isabel II y el año de emisión, como es habitual en todas las monedas británicas o de países de la Commonwealth.
Ahora, por primera vez, la moneda emitida este año 2010 representa un gato abisinio legendario, junto con su adorable gatito. El gato abisinio es una de las razas más antiguas conocidas, que se muestra en antiguas pinturas egipcias y esculturas. Junto con el gato abisinio y su gatito, el diseño también incluye el original del gato Manx de la primera moneda en 1988.
En 2008, con el fin de conmemorar los 20 años de la primera emisión del gato Manx de la Isla de Man, se presentó un estuche especial conteniendo los 20 ejemplares acuñados hasta la fecha en versión oro. Cada moneda cuenta con uno de los diseños del gato, comenzando con el diseño de 1988. Esta ha sido la primera vez que los 20 diseños se han acuñado en 1/20 de onza de oro. Todas las monedas tienen de fecha 2008, pero la marca privada en cada moneda es la fecha original de emisión.
El verdadero origen de la raza Manx, poco usual, se pierde en cuentos y leyendas. La ausencia total de cola se atribuye a hechos tan insólitos como aquel que se refiere a Noé, quien al llegar el gato como último, le pilló el rabo con la puerta del Arca; también hay leyendas que cuentan que las gatas madres cortaban deliberadamente los rabos de sus hijos para evitarles el sufrimiento de caer en manos de tropas invasoras, que colgaban las colas en sus escudos.
A veces se dice que los fenicios, mercaderes navegantes de la antigüedad, han introducido la raza desde el Lejano Oriente hasta la isla de Man, en el Mar de Irlanda. Si esto fuera verdad, el manx seria una mutación o adaptación de algo similar al bobtail japonés.
Más probable parece el origen del manx a bordo de los galeones de la armada española. Algunos gatos sin rabo (siempre había gatos a bordo para controlar las ratas), resultado de mutaciones, llegaron a la costa al hundirse algunas naves españolas cerca de la isla de Man a finales del siglo XVI. Aislado de otras razas en la isla, su cualidad de falta de rabo fue transmitida a las nuevas generaciones. Más tarde, los criadores tomaron estos ejemplares como base, desarrollando la raza, cruzando cuidadosamente con ejemplares de rabo completo.
El manx tiene buen carácter, es afectuoso e inteligente. Es amable con todo el que venga a casa, y es en casa donde le gusta pasar la mayor parte de su tiempo. A pesar de ser tan hogareño, es una raza muy activa, que le encanta hacer cualquier actividad, y es un gran cazador con mucho reflejo. Necesita el juego como rutina diaria.
Se reconoce la raza en cualquier color o dibujo de pelicorto; el color de los ojos debe estar de acuerdo con la capa. La marca del verdadero ejemplar de pedigree es un hueco en la base de la cola, donde debe caber el pulgar. Los realmente sin rabo se llaman “rumpy” y los que tienen un trocito de rabo se llaman “stumpy”.
El pelaje es corto y espeso. El cuerpo es compacto y musculoso con patas fuertes; las patas delanteras son más cortas que las traseras. La cabeza es ovalada y ancha, con nariz corta, ojos grandes y redondos, y barbilla bien marcada. Las orejas medianas, y redondas en la punta.
Es recomendable un cepillado regular con un cepillo suave para mantener el pelo sedoso. El manx no es nada exigente en la comida.
La cría es difícil en esta raza. Al cruzar dos ejemplares sin rabo, el resultado es una carnada de gatitos deformados que mueren antes o poco después de nacer. Por ello, los ejemplares sin rabo se deben cruzar con ejemplares que estén provistos de él.
Se consideran defectos para el estándar una cabeza pequeña, cola larga y falta de subpelo.
El manx es una de las dos únicas razas sin cola. La otra es el címrico, de hecho una mutación pelilarga del manx, que apareció por primera vez en los años sesenta en Canadá
Autor/a: José María Martínez Gallego