La mejor colección de moneda española en el extranjero, con casi treinta y ocho mil piezas y ejemplares únicos, se subasta en un único lote en Sotheby’s mediante pujas en sobre cerrado. El precio estimado se sitúa entre los 25 y los 35 millones de dólares y el ganador de la puja se conocerá el próximo 8 de marzo.
Tras más de tres años de rumores primero, que pronto se convirtieron en certezas; pasando también por los tribunales, la colección de monedas españolas propiedad de la Hispanic Society sale a subasta en Sotheby’s. En un único lote, las 37.895 piezas que componen este extraordinario monetario, sin duda uno de los mejores de moneda española del mundo, se han ofrecido en una subasta no pública, con pujas en sobre cerrado, que ya están siendo admitidas, y que se abrirán ante notario el próximo 8 de marzo. Ese día, una parte esencial del patrimonio numismático español se adjudicará al mejor postor.
Para entender los entresijos de esta venta, hemos de remontarnos más de un siglo y conocer de dónde proviene esta colección, a quién pertenece y cómo ha llegado a este punto. Por más que este monetario se venda en un único lote, a nadie se le escapa que, a no ser que pase a manos de una institución pública, esta colección se disgregará.
La Hispanic Society fue fundada en 1904 por Archer M. Huntington (1870-1955), hijo de un magnate del ferrocarril, gran coleccionista —–pintura, escultura, artes decorativas- y mecenas de arte español, para albergar sus colecciones. Son bien conocidos entre el público español los paneles que pintó Sorolla con el tema “Visión de España” para decorar su biblioteca, y que pudieron admirarse en varios museos de nuestro país hace un par de años; o las joyas arqueológicas, procedentes de muy diversos yacimientos y colecciones, que también fueron objeto de una muestra monográfica en el Museo Arqueológico Regional de Madrid en 2009.
La colección numismática, constituida por casi 38000 monedas, la fue formando Huntington entre finales del siglo XIX y principios del XX en el transcurso de diferentes viajes a Europa, especialmente en París, comprando algunas de las colecciones privadas españolas más importantes del momento. Su idea era reunir una muestra de todas las emisiones monetarias realizadas en la Península y los territorios de su imperio desde las primeras series hispánicas hasta la independencia de las colonias. Entre los monetarios privados que pasaron a engrosar los fondos de la Hispanic se encuentra parte de la colección de moneda islámica de Francisco Codera, el famoso arabista, y la colección de Rafael Cervera de moneda antigua y visigoda, gracias a la cual la institución norteamericana se hizo dueña de la mayor parte del conocido tesoro visigodo de La Capilla. Además, Huntington mantenía estrecho contacto con eruditos, comerciantes y coleccionistas españoles que le asesoraban en sus compras, y entre los que podemos destacar a Antonio Vives.
Las circunstancias de la época, así como la legislación de patrimonio entonces vigente, permitió la reunión de una muestra monetaria impresionante, única, que nunca más podrá volver a reunirse. A pesar de que no está publicada en su totalidad, algunos expertos apuntan a que, en lo concerniente a moneda hispánica, sólo puede compararse al monetario del Museo Arqueológico Nacional, si bien el de la Hispanic posee piezas más selectas.
Entre 1946 y 1948, por expreso deseo de Huntington, el monetario de la Hispanic Society se traslada a la colección numismática de la American Numismatic Society, otra institución que había reformado y de la que fue presidente. Allí se conservaba desde entonces y hasta allí han acudido numerosos estudiosos de la moneda española a consultar sus fondos.
En 2008 la Hispanic Society reclama sus fondos numismáticos a la American Numismatic para venderlos y obtener así financiación para el mantenimiento de la fundación. Esta noticia causó bastante revuelo en su momento en los círculos numismáticos, ya que supondría la desintegración de la colección de moneda española más importante que se encuentra en el extranjero. Una parte de la prensa española se hizo eco de los rumores de la venta, que, al cabo de los años se han demostrado ciertos, pero, sorprendentemente, el caso no tuvo tanta trascendencia como otras noticias de las mismas fechas relacionadas también con nuestro patrimonio numismático —–los pleitos contra el Odissey, por ejemplo-.
La American Numismatic acudió a los tribunales alegando que la venta de las monedas iría en contra de la voluntad de Huntington, el fundador, quien habría querido que permanecieran en su sede; sin embargo los jueces dieron la razón a la Hispanic, considerando a esta última institución la legítima dueña de las monedas y, en consecuencia, libre de venderlas, máxime si, como se dice, al no estar dispuesto a su adquisición el anterior Gobierno de España, queda eximida de cualquier caución establecida por Huntington sobre la opción de nuestro país como primer posible adquisidor.
Y es en este punto donde nos encontramos ahora, en pleno proceso de adjudicación al mejor postor de este impresionante monetario. La casa Sotheby’s ha informado de que, con anterioridad a esta puja, “ha explorado la posibilidad de encontrar un hogar para la colección en instituciones públicas en España y en Estados Unidos”, negociaciones que, es fácil deducir, han resultado infructuosas.
Recordemos que en este único lote de casi 38.000 monedas se encuentran nada menos que cuatrocientos áureos, alrededor de tres mil monedas romanas de plata —–entre ellas uno de los raros denarios de Bruto alusivos a los idus de marzo-, una apabullante colección de moneda visigoda, numerosísimas emisiones españolas de la Edad Moderna y de todo el Imperio, desde Carlos I hasta el siglo XIX, y algunas piezas únicas como los cincuenta excelentes de los Reyes Católicos.
Las monedas más destacadas de la colección podrán examinarse en la próxima convención internacional de Nueva York, entre los días 3 y 6 y el 9 de enero. Además, durante febrero, podrá verse la colección completa en la sede de Sotheby’s también en Nueva York. La estimación de precio que ofrece la firma subastadora oscila entre los 25 y los 35 millones de dólares.
La Hispanic Society dedicará los beneficios de la venta de su monetario al mantenimiento del resto de sus colecciones, así como a ampliar con nuevas adquisiciones sus fondos de pintura, escultura y artes decorativas de España e Hispano América.
Autor/a: Redacción