Sudán del Sur, recientemente independizado, acaba de lanzar su propia moneda. La polémica ha saltado porque los ciudadanos echan de menos la fecha impresa en los billetes.
Este pasado lunes 18 de julio, el primer presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir, ha puesto oficialmente en circulación la nueva moneda del país, el más reciente del mundo, ya que su independencia se ha formalizado a primeros de mes. Hasta este momento, la moneda circulante era la libra sudanesa que, según el banco de Sudán, deberá ser reemplazada en un periodo máximo de seis meses. El volumen en circulación en el nuevo país se calcula en aproximadamente un 10% del total de la moneda sudanesa. A partir de ahora, este circulante se cambiará de igual a igual por la recién estrenada libra de Sudán del Sur y los salarios pasarán a pagarse en la nueva unidad monetaria. Ésta será la libra de Sudán del Sur y los billetes, acuñados en las denominaciones de 1,5, 10, 25, 50 y 100 libras, llevarán la imagen de un héroe de la independencia nacional, John Garang. A pesar de contar con medidas de seguridad como marcas de agua y otras, el nuevo papel moneda no ha sido bien acogido por la población, según informa la página web del diario Sudan Tribune, que echa de menos la presencia de la fecha de acuñación.
Si bien el gobernador del nuevo banco central ha contestado que no es un elemento necesario y que la fecha está ausente en el papel moneda de otros muchos países del mundo, como por ejemplo Gran Bretaña, estas razones no parecen convincentes para muchos ciudadanos, que entienden que la data de emisión sería un elemento más que certificara la autenticidad de la emisión, especialmente en un país cuyas infraestructuras son tan recientes. El número de serie, alegan numerosos testimonio recogidos por el diario, no permite saber de un primer vistazo cuándo se fabricó el billete. Adema, una fecha tan señalada como la del año de la independencia, debería estar consignada en la moneda. La decisión de emitir nueva moneda es sin duda, política y propagandística y nos remite al antiquísimo papel que la moneda ha representado a lo largo de la historia como emblema y símbolo de un país. Tras la escisión de Sudán del Sur en 2005, se había debatido mucho acerca de la conveniencia de establecer una nueva unidad monetaria, algo que los economistas consideraban poco viable, sugiriendo, bien el mantenimiento de la moneda anterior, bien la adopción del dólar estadounidense.
Autor/a: Redacción