Resultados por encima de las expectativas en la semana de subastas de la firma alemana, que incluía su remate número 250. Excelente acogida para las colecciones de moneda alemana, pero también subidas importantes en las emisiones extranjeras.
Entre los días 30 de junio y 4 de julio se ha celebrado en Osnabrück el remate de los cuatro catálogos que componían la subasta de verano de la firma Künker, con el aliciente de que entre ellos se encontraba el que hacía el número 250, una cifra redonda que se quería celebrar con una selección de piezas fuera de lo corriente. El número de lotes superaba los 5.000, entre los que predominaba la moneda alemana de la más alta calidad.
Los resultados dados a conocer por la firma Künker hablan de alrededor de 9,3 millones de euros en adjudicaciones, lo que supone más de un 50% por encima de las estimaciones calculadas. Los mejores resultados se obtuvieron con el remate de la colección de monedas de Münster, de las piezas áureas de Núremberg, y la colección Masuren del reino de Prusia. Quizás para el coleccionista español muchas de estas monedas les resulten ajenas, pero ha habido subidas que por lo llamativas no podemos dejar de mencionar.
Por ejemplo, esta pieza en forma de rombo de un ducado y medio, acuñada en la diócesis de Münster (lote 1730) en 1652, de enorme rareza, pasó en la puja de 10.000 euros de estimación a 34.000 de remate.
Del mismo obispo de Münster, Christoph Bernhard von Galen, pero acuñado unos años después, en 1661, es este magnífico ejemplar de seis ducados (lote 1727) para el que se había calculado una adjudicación de 7.500 euros, que se quedaron muy por debajo de los 28.000 que finalmente consiguió.
La colección Masuren de moneda del reino de Prusia que formaba el catálogo 250 de las subastas de la firma, se adjudicó en su totalidad y colocó muchos de sus lotes entre los de mayor precio de adjudicación de toda la semana. Entre las subidas más llamativas se sitúa, sin duda alguna, la de este “guillermo de oro” (lote nº 2560) acuñado en Berlín en 1740 para Federico Guillermo I, que partía con una estimación de 3.500 euros y fue adjudicado en 24.000.
Hasta los 40.000 euros subió este Reichstaler (lote nº 2599), también de Federico Guillermo I, acuñado en Neuenburg en 1714, desde una puja mínima de solo 12.000 euros.
Y aún mayor fue la subida experimentada por este otro Reichstaler de Federico el Grande (lote nº 2738), acuñado en Cleve en 1752, que, con una estimación de tan solo 4.000 euros, consiguió hacer caer el martillo en 34.000.
Entre las adjudicaciones más altas de la subasta se sitúa la de este Speciestaler acuñado en Berlín también para Federico el Grande (lote nº 2753). Si bien partía ya con una estimación alta -30.000 euros- esta considerable cantidad quedó muy por debajo de los 65.000 euros que alcanzó de remate.
De la ciudad de Núremberg procede esta pieza de seis ducados (lote nº 3651) batidos en 1698, con una espectacular vista de la ciudad, para la que se calculaba una estimación de remate de 7.500 euros, pero que fue rematada en 44.000.
Por lo que se refiere a la moneda extranjera, también hubo remates muy altos y que dejaron por los suelos las estimaciones iniciales. El ejemplo más claro es el de este ejemplar de 20 centavos acuñado para China con tecnología alemana en 1897 (lote nº 460). Al tratarse de una pieza tan rara, ya en el catálogo se intuía que la estimación de remate de 5.000 euros podría quedarse muy lejos del precio de adjudicación, como finalmente sucedió: el precio de martillo fue de nada menos que 75.000 euros.
La hermosa moneda inglesa de “Una and the lion” (lote nº 3078) alcanzó los 65.000 euros, frente a los 50.000 estimados, un buen resultado, pero una subida relativamente moderada si la comparamos con lo visto anteriormente.
Otra pieza espectacular es este ejemplar de cinco ducados de Segismundo III de Polonia (lote nº 3145), acuñada en Bydgoszcz (Bromberg en alemán), en 1623, de una emisión conocida por solo tres ejemplares. De su enorme rareza, además de la hermosa talla, se deriva que la puja mínima por ella se hubiera fijado en 100.000 euros, con una estimación de 125.000 y un precio final de martillo de 170.000.
La moneda rusa tampoco defraudó en lo que a remates altos se refiere. Podemos empezar con este rublo y medio (lote nº 4064) de los llamados rublos de familia de Nicolás I, acuñado en 1836 en San Petersburgo, subió desde una puja mínima de 40.000 euros hasta una adjudicación de 85.000.
Terminamos nuestro breve repaso por todo lo alto con una moneda que alcanzó los 100.000 euros de martillo. Se trata de esta medalla de oro, obra de P. Brusnitsyn (lote nº 4151), en conmemoración de la erección del monumento a Nicolás I en San Petersburgo. Se fecha en 1859, durante el reinado de Alejandro II y su estimación de remate era de 75.000 euros.