El pasado jueves 8 de junio la veterana firma madrileña remató en Madrid la primera parte de la colección Cores y el catálogo general, ambos con un muy buen porcentaje de ventas y altas subidas en las adjudicaciones.
La tradicional subasta que cada mes de junio celebra la firma Jesús Vico se desarrolló este año en una sesión doble de mañana y tarde. La primera parte del remate estuvo dedicada en exclusiva a la colección Cores, considerada la más importante de moneda hispánica antigua de cuantas han existido hasta el momento. Los 417 lotes que se pusieron a la puja atrajeron la atención de los mejores coleccionistas de moneda ibérica españoles y extranjeros, que supieron apreciar la ocasión única que les deparaba la venta de este monetario.
Entre los lotes que alcanzaron un mayor precio tenemos, por ejemplo, esta dracma rodetana (lote nº 104), muy rara, que pasó en la puja de 2.300 euros de salida a 3.200 de remate.
El capítulo que consiguió las pujas más animadas fue el de las acuñaciones de Ebusus, en el que las dracmas y hemidracmas subieron muy por encima de lo esperado. La dracma nº 378, por ejemplo, a pesar de ser una pieza partida, pasó de 800 a 4.000 euros de martillo; las hemidracmas nº 280 y 282 alcanzaron los 5.000 de remate, partiendo de 800 y 1.000 euros, respectivamente, en catálogo y finalmente la que vemos (lote nº 284) se remató, tras animadas pujas, en 5.250 euros frente a sus 1.000 de salida.
Las emisiones hispano-cartaginesas, a pesar del enorme interés y atractivo de la oferta, se mantuvieron en precios más moderados. Así el magnífico triple shekel de la serie de caballo parado (lote nº 133) se adjudicó en sala por su mismo precio de salida, y lo mismo sucedió con el shekel y medio de la serie del elefante (lote nº 110), que se cubrió en sus 4.500 euros de inicio.
Aparte de estas magníficas piezas de plata, tampoco faltaron subidas en los bronces, como sucedió con este de la ceca fenicio-púnica de Tagilit (Tíjola, Almería) (lote nº 268), rematado en 2.000 euros.
El porcentaje de ventas de esta primera parte de la colección Cores, formada por 417 lotes, alcanzó el 80% del total, un porcentaje muy alto, y esperemos que las próximas entregas del remate de este monetario continúen con esta buena acogida, o incluso la superen.
Durante la sesión de tarde se remataron los 847 lotes que componían la subasta general, en la que de nuevo encontrábamos moneda hispánica antigua, además de una copiosa y atractiva oferta de moneda romana imperial de la antigua colección Dattari, moneda española y extranjera y billetes. En total, el porcentaje de lotes adjudicados superó el 86%, con animadas pujas y subidas en todos y cada uno de los capítulos. Veamos algunas de las más interesantes.
La época final de la República romana, la conocida como “de los imperatores” tiene un enorme interés numismático. El denario que vemos (lote nº 564), con la efigie de César en el anverso, a pesar de la doble acuñación y del tipo descentrado, vio cómo su precio de salida de 1.500 euros se convertía en un remate de más del doble: 3.100.
No defraudó la parte de moneda imperial, compuesta en su mayor parte por bronces a partir del siglo III procedentes de la colección Dattari, que gracias a su pedigrí y alta calidad se adjudicó en más de un 90% del total. Es cierto que al tratarse de monedas con un precio bajo, las subidas pasan más desapercibidas, pero porcentualmente fueron muy notables. El follis que consiguió la mejor adjudicación fue este de Domicio Domiciano (lote nº 611), de la ceca de Alejandría, rematado en 1.200 euros.
El siempre interesante capítulo de acuñaciones visigodas se saldó con subidas moderadas, especialmente en aquellos ejemplares que parían con precios más altos, como era el caso de los tremises de Sisebuto en Georres (lote nº 861) o de Recesvinto en Ispali (lote nº 874), que se cubrieron en sus precios de salida de 6.000 y 6.500 euros, respectivamente.
Otro de los grandes atractivos de este catálogo era el apartado de emisiones medievales, especialmente de Castilla y León con una amplísima oferta de ejemplares de gran calidad que contaron con una magnífica acogida por parte de los coleccionistas. El medio real de Enrique IV que vemos junto a estas líneas (lote nº 929) acuñado en la ceca de Ávila, subió desde 2.500 euros en catálogo hasta 3.400 de remate.
Y esta otra pieza del mismo monarca (lote nº 932), un cuarto de real batido en el taller de Segovia, rarísimo y en excelente estado de conservación, alcanzó los 4.000 euros de martillo frente a sus 2.500 de puja mínima.
Entre las subidas más altas no podemos dejar de mencionar la de esta blanca de la banda de Alfonso de Ávila (lote nº 1005), una pieza muy rara, que tras continuas pujas pasó de 350 euros en catálogo a 1.200 de martillo.
Avanzando hasta las emisiones del imperio español, hay que destacar la buena acogida que tuvieron las monedas de Fernando VI, encabezadas por esta onza batida en Santiago en 1751 (lote 1042) procedente del tesoro del Río de la Plata, que subió de 4.000 euros iniciales a 6.200 de remate.
Como les decíamos al principio, se vieron subidas de precio en todos los capítulos de la subasta y el de moneda extranjera no fue una excepción. Además en esta sección se vio la adjudicación más alta de toda la puja: los nada menos que 52.000 euros que realizó este ejemplar de 20 dólares estadounidenses de 1861 (lote nº 1293), partiendo de 38.000 en catálogo.
Finalmente, los billetes, vendidos en su totalidad, pusieron el colofón a este exitoso y animado remate, cuyos resultados pueden consultar en su totalidad en la página web de Jesús Vico.