La cantidad de embarcaciones perdidas en aquellas décadas asombra al mundo entero y es trágica e increíble la inmensa cantidad de seres humanos desaparecidos, y va más allá de nuestra imaginación la cantidad de materiales preciosos que aún están por descubrir en los arrecifes coralinos y en las más profundas simas marinas.
Sin los diversos hallazgos de monedas procedentes de naufragios de la España colonial (y el descubrimiento ocasional de tesoros escondidos en tierra), el estudio y la colección de monedas españolas -macuquinas, columnarios, y de busto–, habrían muerto hace décadas por la ausencia de piezas disponibles. Por supuesto, alguna gran colección hubiera salido a la venta de vez en cuando, pero habría sido una cantidad finita de monedas y un número infinito de coleccionistas potenciales a competir por ellas.
Voy a centrarme hoy en el estudio de la cantidad de onzas (acuñadas en el Nuevo Mundo) de los tres quinquenios, 1700 a 1715, encontradas en estos 50 últimos años en las Subastas Internacionales y Nacionales y que en su mayoría proceden del famosísimo naufragio de la Gran Flota (once galeones) hundida en las costas de Florida en 1715 y su comparativa con las existencias del Museo de la Florida. A los fondos de este museo debía revertir, por ley, el 25% de lo rescatado, y dando por supuesto lo «escamoteado» al Estado de Florida, cabe pensar que la cantidad de ejemplares de estos tres quinquenios, sería superior al 75 % de los fondos de dicho museo, a lo que hay que añadir los fondos existentes en otros cientos de Museos del mundo entero.
Pero centrándonos en lo recuperado en esta famosa Flota de 1715, por los «rescatadores» Mel Fisher, Kip Wagner y otros más, las cantidades existentes en manos privadas, colecciones y profesionales, deben superar con mucho, lo aparecido en el mercado en este último medio siglo.
Para muestra baste un botón:


Onzas limeñas aparecidas en el mercado en los últimos 50 años de fechas entre 1700 a 1715: 122 ejemplares (el año 1712 se lleva la palma con 42 piezas, seguido por el año 1711 con 19 piezas).Onzas limeñas existentes en los fondos del Museo de la Florida, años 1700 a 1715: 76 ejemplares (también el año 1712 se lleva la palma con otras 42 piezas). Luego la existencia rescatada del naufragio superaría los 300 ejemplares.

Onza limeña de 1712.
Esta pieza puede ser localizada en:
www.onzasmacuquinas.com/rafa111.php?anverso=Aureo1712ALim4.jpg
Que cada cual saque sus conclusiones y piense si los precios que se pagan por años como 1712 están justificados (reconociendo que las piezas de oro recuperadas del océano suelen estar en estados de conservación próximos a casi Sin Circular o incluso Sin Circular, debido a que casi todas estas piezas eran embarcadas directamente de la casas de monedas, sin haber pasado por otras manos). Precios orientativos al final del artículo.
En cuanto a las Onzas mejicanas, el muestreo es el siguiente:
Onzas mejicanas aparecidas en el mercado en los últimos 50 años de fechas entre 1700 a 1715: 122 ejemplares (1714 se lleva la palma con 58 piezas, seguido por el año 1713 con 32 piezas).
Onzas mejicanas existentes en los fondos del Museo de la Florida, años 1700 a 1715: 79 ejemplares (también el año 1714 se lleva la palma con otras 40 piezas, seguido por el año 1713 con 27 piezas).
Luego la existencia rescatada del naufragio superaría los 300 ejemplares.
Onza mexicana de 1714.
Esta pieza puede ser localizada en: www.onzasmacuquinas.com/rafa111.php?anverso=Aureo1714AMex5.jpg
Nota1. Tanto los ejemplares contabilizados procedentes de Subastas, como los existentes en el Museo de la Florida, son ejemplares con la fecha visible. Los de fecha no visible no han sido considerados.
Nota2. Los datos del Museo de la Florida se los debemos a: Alan K. Graig, en su libro «Spanish Colonial Gold Coins, in the Florida Collection». Ed. University Press of Florida. www.upf.com
Nota3. Nótese que la mayor abundancia de ejemplares limeños son del año 1712. En cuanto a los ejemplares mexicanos son del año 1714. La explicación más plausible es la lejanía, puesto que las riquezas limeñas estaban acumuladas en algún lugar del Pacífico, en Panamá y deberían cargarse en bolsas y cajones y a lomos de recuas de mulas, transportarse hasta el otro lado del istmo, a Portobelo, en el lado caribeño y luego, por mar, ya formada la primera flota, llegar a La Habana para engrosar los cargamentos de la gran Flota que debería volver a España. Sin embargo, las riquezas mejicanas se encontraban, obviamente, mucho más cerca de la Habana. Esto justificaría la mayor existencia de años próximos al desastre de la ceca mejicana que de la ceca limeña. De hecho ningún ejemplar limeño de 1715 está presente en el Museo de la Florida.
Consideración final: Cierto es que gracias a los naufragios tenemos cantidad de monedas para estudiar y coleccionar, pero el número de coleccionistas es ahora más grande, y aquellos que pretendan empezar una colección pueden hacerlo gracias a lo que día a día se está recuperando de los mares y de la tierra firme. Y, posiblemente, a la acumulación de piezas en manos privadas, incluyendo las grandes empresas de rescate «Real 8 Co.», de Mel Fisher, y otros, y que van saliendo al mercado con cuentagotas…
La escasez de piezas (no procedentes de naufragios) fue debido a la práctica que se desarrolló en España -y en otras naciones de Europa que recibían monedas de las cecas de las colonias españolas- durante los años 1500 a 1800, de fundir las monedas que llegaban para acuñar nuevas monedas, lingotes, vajillas, o joyas. La mayor parte de los mil millones de monedas acuñadas durante estas décadas se llevaron al Viejo Mundo y luego desaparecieron. Pocos ejemplares sobrevivieron para nutrir los estudios numismáticos, los museos, o las colecciones particulares.
Por todo esto ¿no deberían ser mucho más cotizadas las piezas que no pertenecen a los naufragios? O, dicho de otro modo: ¿No están sobrevaloradas las monedas pertenecientes a éstos?…
Precio medio del valor de adquisición de una Onza de Lima de 1712 (42 piezas subastadas): 9.000 euros.
Precio medio del valor de adquisición de una Onza de Lima de 1716 (10 piezas subastadas): 4.500 euros.
Adenda: Una vez terminado este artículo, pero, obviamente antes de que éste viera la luz en www.panoramanumismatico.com, tuvo lugar una magnífica subasta en los EE.UU., que tiene interés por su contenido, prácticamente enfocado a «tesoros» hallados en naufragios, se trata de la Subasta nº 7 de Daniel Frank Sedwick, en la que podemos encontrar unos 2.000 lotes, de los que, aproximadamente el 80% trata de moneda colonial española. La subasta se cerró el pasado 9 de abril, pero aun así, recomiendo echar un vistazo a su contenido. Localícese en http://www.sedwickcoins.com/treasureauction7/catalog.htm
http://issuu.com/sedwickcoins/docs/_ta_7__april_2010?e=1438037/2691356#000000
Próximamente:¡Para ti la Perra Gorda!
Rafael Tauler Fesser
Autor/a: Rafael Tauler Fesser