La noche más triste de la numismática española

La noche más triste de la numismática española

La noche más triste de la numismática española 500 375 admin

En noviembre de 1936 el gobierno republicano ordena requisar todas las monedas de oro conservadas en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, una pérdida de la que aún no se ha recuperado. El tema del expolio republicano ha sido tratado en un libro de reciente aparición, coincidiendo con el 75 aniversario del fin de la Guerra Civil y con la reinauguración del museo.

La pasada semana el diario ABC se hacía eco de la aparición de un nuevo libro titulado “El tesoro del Vita”, de Francisco Gracia y Gloria Munilla, sobre el expolio del patrimonio español llevado a cabo por el gobierno republicano. No es un tema nuevo, puesto que ya que ha sido tratado con anterioridad por otros muchos autores e historiadores, pero el hecho de que una parte importante del oro histórico español saliera hacia Méjico en el yate Vita y se perdiera para siempre, es uno de los hechos más vergonzantes que se recuerdan en la historia del patrimonio de nuestro país.

Especialmente sangrante fue la pérdida de las monedas de oro del Gabinete Numismático del Museo Arqueológico Nacional. Felipe Mateu y Llopis, protagonista involuntario del aciago hecho, contó en varias ocasiones con todo detalle cómo fue esa trágica noche del 4 de noviembre en que, a la luz de las linternas y junto a milicianos armados, se saquea el monetario (una narración muy detallada de este hecho se publicó hace unos días en ABC: http://www.abc.es/cultura/20140328/abci-expolio-arqueologico-1936-republica-201403272243.html#.Uzhvyj7JkXw.facebook ).

Muy posiblemente el primero de los relatos publicados sobre este saqueo fue el de Wilhelm Reinhart, conocido coleccionista y estudioso austriaco de moneda visigoda y sueva, quien ya en 1939 cuenta en las “Deutsche Münzblätter” cómo se expolió el gabinete numismático, según le había contado en persona F. Mateu y Llopis, además de la incautación de colecciones privadas, entre ellas la suya propia, descerrajando cajas de seguridad de los bancos.

Hace ya algunos años, Carmen Alfaro, conservadora jefe del Gabinete Numismático del MAN desde 1985 hasta su prematuro fallecimiento en 2005, dedicó un libro a intentar reconstruir lo que había sido la colección de monedas de oro antiguas del museo —–Catálogo de las monedas antiguas de oro del M.A.N., Madrid, 1993- y evaluar así de una manera fiable lo que supuso esta pérdida.

En el momento de la requisa de las monedas del MAN se levantó una somera acta de lo que se llevaron los milicianos, que recogen tanto C. Alfaro como M. Almagro Gorbea, académico Anticuario de la Real Academia de la Historia, que ha estudiado recientemente esta cuestión:

58 monedas griegas, con peso de 0,429 kg.

830 romanas, con peso de 5,353 kg.

297 bizantinas, con peso de 0,992 kg.

343 árabes, con peso de 1,251 kg.

242 árabes que no se pesaron.

322 visigodas que no se pesaron.

94 españolas medievales y modernas, con peso de 1,028 kg.

111francesas y portuguesas, con peso de 0,577 kg.

432 extranjeras, con peso de 2,581 kg.

67 medallas, con peso de 3,636 kg.

2 medallas más, con peso de 0,061 kg.

En total, según el cómputo de Carmen Alfaro, 2796 monedas, casi la totalidad del oro que poseía entonces el Gabinete. En un cálculo realizado a partir del peso en oro que figura en el acta, M. Almagro calculó que el precio de las piezas habría alcanzado los 270.000 euros según la cotización de este metal a finales de 2006; sin embargo, su valor numismático, podría llegar a los 10 millones de euros.

Tanto Mateu y Llopis como Felipa Niño, también conservadora del Gabinete, se jugaron la vida intentando ocultar de las maneras más variopintas algunas de las monedas más valiosas de su colección: en cajones secretos, bajo las estatuas del jardín, en un arcón de plomo en el sótano, o haciendo pasar por plata las piezas de menor ley. Su previsión y su astucia lograron salvar algunas de las grandes piezas numismáticas que aún podemos ver en el Museo Arqueológico, como el quaternion de Augusto, la gran dobla de Pedro I o el centén de Felipe IV.

Entre las monedas perdidas, en cambio, se encuentra toda la colección de moneda visigoda, cuyo estudio monográfico acababa de ser publicado (junio de 1936) por el propio Mateu. La moneda romana expoliada ha podido ser reconstruida gracias a un cuadernillo de improntas que había realizado un alumno de D. Manuel Gómez-Moreno: de alrededor de mil monedas de este tipo, se salvaron apenas noventa, y entre las desaparecidas para siempre se encontraban rarísimos quinarios de Augusto y Tiberio, o áureos de gran rareza de la dinastía de los Severos. Desaparecieron igualmente los múltiplos áureos de los Ptolomeos, entre otras rarezas de las series griegas.

También quedó muy tocada la colección de moneda islámica, que fue saqueada en su mayor parte, incluyendo la colección de Antonio Vives, de la que ahora solo conservamos sus improntas y publicaciones.

Por si esta pérdida no fuera lo suficientemente grave desde el punto de vista numismático, sumémosle que entre las monedas que expolió el Gobierno de la República se encontraban piezas de oro del Banco de España (aunque una gran parte se había ido ya a Moscú) y las conservadas en la Casa de la Moneda, además de colecciones privadas de gran valor. De estos monetarios apenas se conserva documentación, por lo que es muy difícil calcular el valor numismático de los fondos perdidos.

Cuando el yate Vita con su incalculable cargamento de joyas del Patrimonio Histórico Español llega a Méjico su pista se hace mucho más difícil de seguir. El destino final de las monedas nunca se sabrá con seguridad pero lo más probable es que se fundieran, ya que a lo largo de los casi ochenta años transcurridos no se ha identificado ninguna de las monedas expoliadas, ni en el comercio ni en ninguna colección numismática del mundo.

Para saber más:

Alfaro, C., 1993b: Catálogo de las monedas antiguas de oro del Museo Arqueológico Nacional. Madrid, Ministerio de Cultura.

Almagro Gorbea, M., 2008, “El expolio de las monedas de oro del Museo Arqueológico Nacional en la Segunda República Española”, Boletín de la Real Academia de la Historia, nº 205, pp. 7-72.

Almagro Gorbea, M., 2009, “Las monedas de oro del Banco de España depositadas en la URSS. Un cálculo teórico de su valor actual”, Numisma, 253, pp. 127-141.

Reinhart, Wh., 1939, “Über einige Fälschungen westgotischer Münzen”, Deutsche Münzblätter, Nº 444; Dez. 1939, pp. 389-391.

Tortella, T., 1991, “Las monedas de oro del Banco de España”, en VV.AA. Monedas de oro del Banco de España, Madrid.

Isabel Rguez. Casanova

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