Una empresa cazatesoros dedicada a recuperar los restos de los galeones españoles de ese conocido naufragio, extrae del fondo marino frente a las costas de Florida 48 escudos españoles valorados en un cuarto de millón de dólares.
En el verano de 1715 una gran flota española zarpó desde La Habana rumbo a España cargada de un enorme tesoro: joyas, entre ellas las que Felipe V iba a obsequiar a su segunda esposa, Isabel de Farnesio, con la que acababa de contraer matrimonio, y metales preciosos, que llegarían como agua de mayo a las maltrechas arcas españolas tras la larga Guerra de Sucesión. Sin embargo, el 31 de julio, once galeones se vieron sorprendidos por un fuerte huracán que los hizo naufragar frente a las costas de Florida.
Del volumen de riquezas que transportaba la flota nos da idea el hecho de que las empresas cazatesoros de las costas de Florida llevan más de medio siglo dedicándose a su expolio sistemático. Es más, la empresa que ha dado a conocer el hallazgo más reciente lleva por nombre “1715 Treasure Fleet Queen’s Jewels”. Y ahora que se acercan los trescientos años del trágico acontecimiento se han relanzado las campañas destinadas a revalorizar todo lo relacionado con este famoso naufragio.
El nuevo hallazgo, que, al parecer, se ha realizado hace tan solo unos días, está formado por 48 monedas de un escudo, fechadas entre 1697 y 1714, pertenecientes por tanto a los reinados de Carlos II, último soberano de la dinastía de los Austrias, y a Felipe V, primero de los Borbones.
El destino de estas monedas será el comercio, como viene sucediendo con tantas y tantas piezas de estos pecios en el último medio siglo, aunque también hay que decir que se conserva un buen conjunto en el Museo de Florida. Los beneficios obtenidos por su venta serán destinados por la empresa cazatesoros a financiar futuras campañas, ya que calculan que aún puede haber más de dos millones de monedas de plata entre los restos de los galeones.
A muchos nos resulta indignante la pátina cultural que estas empresas intentan dar a sus expolios, indicando, por ejemplo, que tratan de reconstruir la historia de la colonización española en el Nuevo Mundo cuando, simplemente se trata de un negocio que es ilegal en muchos países. De ninguna manera se busca reconstruir un pasado histórico, sino que lo que se busca es sacar el mayor beneficio de los objetos del pasado recuperados, sin importar lo más mínimo que la extracción de los objetos sin método científico alguno suponga la pérdida de toda la información histórica y arqueológica que se podría obtener mediante una campaña realizada por profesionales especialistas en patrimonio (arqueólogos y restauradores).
No está de más volver a incidir en estos aspectos a la vista de campañas publicitarias como la que recientemente ha sacado la ONCE, sin duda desafortunada, que protagoniza uno de estos cazatesoros, y que ha sido recriminada incluso por la UNESCO.
Pueden leer más sobre el hundimiento de esta flota y las monedas que portaba en nuestra sección Artículos. Moneda española Edad Moderna, en el interesante trabajo de Rafael Tauler: La flota naufragada de 1715 y sus onzas.
Isabel Rguez. Casanova