Todos conocemos el origen de los dichos populares referidos a monedas, pero de vez en cuando conviene repasarlos para valorar la cantidad de ellos a los que, coloquialmente, nos referimos.
Quizás las piezas más utilizadas en nuestro argot sean la Perra Gorda y la Perra Chica. La perra gorda era el nombre coloquial con el que se denominaba a la moneda española de la 1ª República, de 10 céntimos de peseta. Este nombre le fue dado en alusión al león, al que se confundía con un perro que aparecía en el reverso, asimismo, se le llamaba perra chica a la moneda con iguales motivos en anverso y reverso pero con la mitad de peso, tamaño y valor -5 céntimos-.
¡Para ti la Perra Gorda!
¡Estar sin una perra!
¡Estar sin una gorda!
¡Fulano tiene muchas perras!
¡Esto no vale ni una perra!
¡Estar «desperrao»!
El que calla, otorga o no tiene una perra gorda.
Otras expresiones, casi todas referidas a no tener dinero, son:
¡Estar sin Blanca!
Ando enamorado, y no tengo blanca ni cornado.
Blanca del Agnus Dei acuñada en el año 1386 durante el reinado de Juan I de Castilla. Aunque de aspecto blanquecino dicha moneda era de vellón, plata y cobre. Con el transcurrir del tiempo, la moneda fue devaluándose y acabó acuñada únicamente en cobre, siendo ínfimo su valor. Cornado: Moneda castellana de vellón de los s. XIII al XVI.
¡Estar sin un duro!
Quien nunca tuvo un apuro, no sabe lo que vale un duro.
8 Reales (Real de a 8) llamados popularmente «Un duro» denominación que perduró tras la desaparición del sistema monetario del real. Y que se dio a las 5 pesetas en muchas regiones españolas, en las que se contaba más en duros que en pesetas, como ocurrió con los reales (2,50 pesetas). La moneda pertenece a una acuñación gerundense de 1808 a nombre de Fernando VII. Única pieza, que yo conozca, que utilizó esta denominación. Tras la independencia, algunos países de Hispanoamérica también pusieron como valor «duro» a las piezas que se acuñaron a semejanza del Real de a 8.
¡Estar sin un chavo!
«Chavo», moneda genérica de muy poco valor.
¡Estar sin un cuarto! ¡no tener un Cuarto!
¡No sabes con quién te juegas los cuartos!
Cuarto (1,35 gr.) Moneda de cobre primitivamente de vellón acuñada durante los siglos XV al XIX. Valía 4 maravedís. El medio cuartillo es el ochavo o 2 maravedís. Moneda de poco valor, la fotografía nos muestra una pieza de 2 cuartos de Felipe II.
¡No valer un ardite!
¡No importar un ardite!
Denotando el poco valor de una cosa o el poco aprecio que se hace de ella. Ardite. (1,60 gr.) Moneda de vellón labrada en diferentes localidades de Cataluña y Rosellón durante los siglos XVI y XVII. También se acuñaron en Barcelona en tiempos de los Felipes y por Luis XIV de Francia. En este tipo de monedas figuran en el anverso las letras A-R, acotando el busto, como señal de valor. La pieza fotografiada pertenece a Felipe II.
¡No tener ni un Peso!
Peso, similar al Real de a 8. En la América española, alrededor de 1535 en la Ciudad de México se acuñó por primera vez su equivalencia en una moneda de plata denominada inicialmente Peso Fuerte, es decir, el Real de a 8. Su peso era de 27 gramos y tenía una ley de 92% de plata pura. Circuló ampliamente desde el siglo XVIII, no solo en la América española, sino también en las colonias europeas del continente. En la fotografía una pieza de Un peso, a nombre de Alfonso XIII, acuñada en Madrid pero para circular en Filipinas.
Otros: No tener un céntimo, no tener un centavo, etc.
Más pueden doblones que razones.
Juzga al hombre por sus acciones y no por sus doblones.
Doblón: Nombre popular de la pieza de 2 escudos.
Como colofón no debemos olvidarnos de nuestra Rubia:
¡La tentación del hombre! por mostrar: el dinero, la mujer y el vino. Rubia: moneda de latón de 1 peseta de 1937 (con fecha de 1935), que representaba a una mujer con melena. El pueblo la bautizó como «rubia» por el color dorado que tenía. Posteriormente se llamó «rubia» a la peseta de Franco y Juan Carlos, que también tenían color dorado.
Otras expresiones.
Las referidas a la riqueza de un lugar: Valer un Potosí o Valer un Perú. (Lugares muy ricos por su minería, de todos los metales, en general, pero, principalmente, por las importantes minas de metales preciosos.
Las referidas a la pillería o comercio engañoso: Ser más falso que un Duro de madera o Nadie da Duros a 4 Pesetas.
¡Qué importancia ha tenido y tiene el dinero a lo largo de nuestra historia! Cuando un tema traspasa los límites normales del lenguaje y pasan a formar parte del lenguaje popular y, en el caso que nos ocupa, del dinero, es cuando apreciamos la enorme trascendencia que tiene éste, bien por defecto, que es lo más corriente, como por exceso.
Próximamente: Monedas zoomorfas
Rafael Tauler Fesser
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Autor/a: Rafael Tauler Fesser