José Manuel Olivares presentó el pasado viernes en la convención de Madrid su libro dedicado a estas emisiones, en concreto a los duros y medios duros de Carlos V al archiduque Carlos. Es el primero de una serie en la que tiene previsto estudiar estas acuñaciones realizadas en los territorios italianos del Imperio español que son tan raras y desconocidas.
Con ocasión de su presencia en la pasada convención de AENP en Madrid el pasado viernes, tuvimos ocasión de tener en nuestras manos los primeros ejemplares de este interesante trabajo de José Manuel Olivares y de realizarle unas cuantas preguntas acerca de él.
La primera pregunta es obligada ¿por qué ha elegido Italia?
Pues porque la moneda de Italia es mi colección. Yo viví en Italia bastantes años y empecé allí a apreciar la moneda italiana de origen español y precisamente por eso he formado mi colección principal con duros y medios duros de la Italia española, así que es la mejor conozco.
Ante la magnitud del libro tenemos que preguntarle cuánto tiempo ha invertido en elaborar su investigación y redactar la obra.
La investigación tiene más de veinte años de duración, es la acumulación de anotaciones y de conocimientos de veinte años, que he estructurado ahora en un libro. Pero está claro que como se indica en él, es un libro que nace ya desfasado porque cada día van apareciendo cosas nuevas. Este es un sector de la numismática desconocido casi totalmente, donde cada día aparecen variantes y monedas nuevas que no se conocían. Así que en el momento en el que salga el libro al mercado habrá ya cosas nuevas que habrán aparecido, tanto mías como de terceros. Pero las teorías novedosas que contiene son fruto de un trabajo y una investigación de cerca de dos décadas.
¿Qué diferencias y qué paralelos existen entre las acuñaciones peninsulares contemporáneas y las de estos territorios italianos? ¿Son mundos muy diferentes?
La única identidad que existe entre ellas es que son acuñaciones a martillo (considerando las macuquinas peninsulares, pues luego se acuñaría a rodillo e incluso con prensa en nuestra península), están hechas bajo el mandato de los mismos reyes Habsburgo y el primer Borbón, pero ni el tipo de arte, ni el tipo de diseño se parecen en nada. Lo único que tienen en común es el escudo de la España imperial, pero por lo demás la moneda española de los Austrias carece de retrato, mientras que la moneda italiana se basa en los retratos, y además en este caso la finura de los “artistas” italianos, que incluso con la rudeza de la acuñación a martillo, se obtienen auténticas obras de arte.
¿A qué clase de público va dirigido el libro?
Está dedicado al gran público y será muy útil sobre todo a profesionales, porque tiene muchísima cuestión técnica, muchísimas novedades que son de enorme interés para los expertos. Pero en los lugares donde hay coleccionismo de estas monedas, que está en franco crecimiento, también los particulares estarán interesados; de hecho, hay muchísimos particulares con enormes conocimientos de este tipo de piezas, hay que advertir que son en su gran mayoría monedas muy raras.
¿Hay prevista una edición en italiano?
De momento, no. He querido hacerla voluntariamente en español, aunque yo soy bilingüe y la podría haber hecho en italiano, o incluso en inglés, pero he decidido escribir el libro en castellano para reivindicar la españolidad de las monedas imperiales españolas.
De todas estas emisiones tan diferentes, ¿con cuál se queda y por qué?
Por belleza me quedaría con los duros de Nápoles, acuñados por Felipe II, Felipe III y Felipe IV, que son rarísimos, pero la que más me ha llamado la atención siempre es el duro del 1617 de Felipe III por la belleza del reverso, que tiene un águila imperial española, que lleva en una garra la rama de olivo y en la otra los rayos, y la leyenda “QVOD VIS”, que en latín significa “Como quieras”. Esto era una afrenta que hace el duque de Osuna, virrey de Nápoles, a los venecianos, que eran sus enemigos acérrimos, cuando después de varios años de, no guerra, pero sí hostilidades entre la República de Venecia y el Imperio Español, se firma un tratado de paz en el 1617. Ese tratado de paz es la conclusión de un periodo durante el que el duque de Osuna, con el respaldo tácito del rey de España, mantuvo una flota suya, privada, haciendo funciones de piratería para obstaculizar el comercio y la navegación de los venecianos en el Mediterráneo.
Esto originó protestas del gobierno veneciano por parte del embajador en España y sin embargo tanto el rey como el estado mostraron obviamente una postura pública de condena a estas actividades, pero en privado las aprobaban de manera clarísima, por lo que el duque de Osuna actuó con total libertad.
Pero al mismo tiempo en 1617, los barcos de la flota de Osuna, que estaban haciendo esta función de piratería vuelven al puerto de Nápoles con motivo de que se firma este tratado, y en ese momento el duque, yo creo que por despecho, manda acuñar estas monedas en formato duro y medio duro, con esa especie de afrenta implícita, “QVOD VIS”, como quieras, o paz o guerra, rodeando al águila, que representa el Imperio Español, sosteniendo en una garra la rama de olivo (alegoría de la paz) y en la otra rayo (alegoría de la guerra).
E incluso en el medio duro hay un detalle muy interesante y es que el hombro del rey en estas monedas tiene una máscara burlesca sonriendo irónicamente y mirando la fecha. Es una moneda verdaderamente provocadora, y según Caggiatti, se mandó un galeón cargado de estas ellas como regalo a los venecianos; probablemente este sea uno de los motivos de la rareza de estas monedas. En todo caso, tanto con Felipe III como con Felipe IV los duros eran rarísimos, eran monedas prácticamente testimoniales, yo creo que en muchos, casos como el Ducado de 1622 de Felipe IV, posiblemente no llegaron circular.
El libro incluye también un cuadernillo con las valoraciones de las monedas.
Sí. Las valoraciones están obtenidas de estimaciones medias de los precios que han alcanzado en el mercado, y hemos puesto un tope en calidades EBC, o Extremely Fine, pero hay que decir una cosa, que en estas piezas el precio se dispara en los supuestos en que aparecen todos los datos completos, bien acuñadas, y sobre todo ya en monedas sin circular, flor de cuño, los precios pueden ser hasta cuatro y cinco veces superiores al precio que se ha puesto aquí. En estas monedas se premia mucho la calidad, porque son acuñaciones por definición complicadas y que no suelen salir bien, debido al rudimentario método de acuñación. Tengo que añadir que el interés que presentan estas monedas para el coleccionismo español es máximo, y dado que su cotización a nivel internacional es cada día mayor, tal vez sea ahora el momento de que muchos coleccionistas se adentren en este período con la seguridad de que están realizando una magnífica inversión de futuro, cada día será más complicado encontrar estas piezas en el mercado.
Esta primera parte de su obra abarca de Carlos V al pretendiente austríaco Carlos III, ¿está pensando ya en la segunda parte?
La segunda parte del libro van a ser teóricamente, cuando pueda, las monedas de plata de menor tamaño, que son las monedas de uso del pueblo —–los cuartos de Filipo, los octavos de Filipo, las parpagliolas de Milán; los carlinos y medios carlinos que se acuñaban en Nápoles; los tarís en Sicilia, y posteriormente, el tercer volumen tendrá que ser el oro del periodo, con las acuñaciones especiales incluidas, y por último el cuarto volumen será el cobre, que es más complicado y al que más miedo tengo.
Esperamos que sea así y que este proyecto, del que hoy hemos visto el primer volumen, se convierta en una obra de referencia para estas emisiones.
Isabel Rguez. Casanova