Con estas tiernas palabras se presenta la nueva moneda de oro de la ceca de Perth que tiene un peso de tan solo medio gramo de metal precioso de la máxima pureza.
Desde piezas que superan el kilo hasta miniaturas de medio gramo, el espectro de pesos que presentan las monedas acuñadas en metal precioso cada vez es más amplio. No cabe duda de que el intento de cecas como esta de Perth, la Royal Mint o la Royal Canadian, entre otras, es llegar a una clientela cada vez mayor, que quiere acceder a monedas en oro y plata como inversión, pero no puede permitirse pagar mucho.
Así que desde el pasado 30 de enero la ceca de Perth ofrece la posibilidad de tener su canguro de oro a prácticamente todos los bolsillos. Un cangurito mini, claro está, de tan solo medio gramo de peso y con un diámetro de 11,60 milímetros. El grosor no llega a un milímetro, una chapita dirían algunos, por lo que es muy apropiado el empaquetado que presenta la emisión, en una cápsula y, a su vez, en un “blíster” o embalaje a modo de tarjeta ilustrada.
El peso en oro equivale a un dieciseisavo de onza que, dicho así, parece más; eso sí, de 99,99% de pureza. Tampoco se apuren por si se agotan las existencias, porque el volumen de emisión será ilimitado. Y, por si esto fuera poco, se trata de una moneda de curso legal en Australia, por el valor facial que figura en su anverso, 2 dólares australianos. De ahí que en el anverso veamos, como es norma, el retrato de la reina Isabel II.