Con motivo de la concesión de este galardón, el profesor Javier de Santiago, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, ha tenido la gentileza de concedernos una entrevista en la que nos habla de las relaciones entre el coleccionismo y el mundo académico, la situación de la numismática en los nuevos planes de estudio universitarios y el futuro de la investigación sobre moneda española.
Este año, la ANE le ha concedido la medalla “Excelente al Mérito Numismático”, pero ya en 2003 le distinguió con el premio Javier Conde Garriga al mejor libro de numismática por su obra sobre las Medallas de Patrimonio Nacional. ¿Desde cuándo se remonta esta buena relación?
En primer lugar quiero aclarar que el Premio Javier Conde Garriga fue concedido a cuatro profesores de la Universidad Complutense que trabajaron juntos en el Catálogo sobre las medallas españolas del Patrimonio Nacional, no únicamente a mí. Mi relación con Ane arranca desde principios de los 90 cuando me hice socio de esta institución. Posteriormente empecé a colaborar científicamente en los Encuentros de Estudios Numismáticos, si no recuerdo mal la primera vez fue en 2003. En cierto modo la relación se inició cuando conocí al presidente de Ane, Josep Pellicer, en los magníficos cursos de verano de Numismática que organizaba la Universidad Autónoma, bajo la dirección de Alberto Canto, en la residencia La Cristalera de Miraflores de la Sierra.
En muchos casos, las relaciones entre el mundo del coleccionismo y el académico no son muy fluidas, quizás por ciertos prejuicios de ambas partes. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Lamentablemente durante demasiados años el mundo académico ha estado, en cierta medida, de espaldas al mundo del coleccionismo. Sin embargo, creo que esto ha cambiado en los últimos años y por ambas partes se han tendido puentes y establecido relaciones. Lo cierto es que no puede ser de otra forma, porque tanto unos como otros tenemos un punto en común que nos une, el interés por la moneda. El mundo académico vinculado con la Numismática tiene la necesidad de abrirse al mundo del coleccionismo, pues en él tiene una gran fuente de información. Además, no debemos olvidar que han sido los coleccionistas los que han velado y cuidado del mantenimiento y conservación del patrimonio numismático. Gracias a ellos se han conservados las magníficas colecciones de las que hoy disfrutamos. No en vano el origen de los principales fondos de las grandes colecciones integradas hoy en nuestros museos tienen su origen en el coleccionismo. Es el caso, por ejemplo, del monetario del Museo Arqueológico Nacional, cuyo origen se encuentra en el Gabinete de Medallas de la Biblioteca Real, creada por Felipe V, por tanto en la propia colección real, a la que después se fueron agregando otras importantes colecciones, como las de los infantes Luis de Borbón y don Gabriel de Borbón. De igual modo, el actual monetario del Patrimonio Nacional procede de la donación realizada en época de Isabel II por el coleccionista Baldiri de Riera. No son más que dos ejemplos de un panorama bastante generalizado. Por otro lado, del mundo del coleccionismo han surgido excelentes investigadores de los que el mundo académico no puede prescindir. La colaboración resulta, a mi modo de ver, imprescindible para el avance científico de la Numismática.
Su interés por la numismática ¿le vino a raíz de sus estudios en la universidad o es anterior?
Desde siempre me sentí atraído por las monedas antiguas, pero un auténtico interés surgió a raíz de cursar la asignatura de Numismática en la antigua licenciatura de Geografía e Historia en la Universidad Complutense de Madrid. Fue entonces cuando descubrí el inmenso caudal informativo que porta la moneda y el gran interés que reviste su estudio. A partir de ahí inicié un camino en el que aún continuo.
Usted es Catedrático del Departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas y Arqueología de la Universidad Complutense. Con el nuevo plan de estudios de Bolonia, ¿en qué situación va a quedar la enseñanza de numismática en la universidad española?
La reforma de Bolonia ha supuesto, en primer lugar, una reducción en el número de horas docentes que afecta a todas las Universidades. Eso ha provocado que materias consideradas de mayor especialización, como es la Numismática, hayan visto reducida su presencia en los planes de estudio de los Grados; incluso en algunos de ellos ha desaparecido. Afortunadamente han sido varias las universidades que la han mantenido, sea en Grados de Historia o de Arqueología, bien es cierto que en la mayor parte de las ocasiones compartiendo sus créditos con la Epigrafía. Lógicamente el caso que mejor conozco es el de la Universidad Complutense y creo que aquí podemos estar moderadamente satisfechos, pues la Numismática tiene presencia en una asignatura obligatoria de seis créditos, ’Fuentes escritas y numismáticas’, además de existir una asignatura optativa, también de seis créditos, denominada ’Numismática’.
La situación en los Másteres mejora notablemente, pues la mayor parte de los dedicados a Arqueología o a Historia Antigua, al ser estudios con una finalidad investigadora, han programado asignaturas de Numismática. Así por ejemplo, en la Universidad Complutense hay asignaturas de Numismática en el Máster de Arqueología del Mediterráneo en la Antigüedad y en el de Historia y ciencias de la Antigüedad. La situación es peor en lo que se refiere a las Edades Media y Moderna. Aquí el peso de la tradición, y quizá también intereses departamentales, han determinado la casi ausencia de la Numismática en los Másteres destinados al Medievo y a la Modernidad. En la misma Universidad Complutense me queda clavada la espina de no haber conseguido que se introdujese la Numismática en un Máster de Historia de la Monarquía Hispánica, si bien espero que en el que actualmente se está diseñando de Estudios Medievales la historia monetaria tenga cabida.
En este nuevo plan se da un protagonismo mucho mayor a las prácticas, un aspecto en el que fallan muchos estudiantes de numismática, que terminan la asignatura sin haber tocado una moneda. ¿Cómo cree que podría paliarse esa deficiencia?
Este es un problema evidente por el que me siento preocupado. En todas aquellas asignaturas que he impartido con un número relativamente reducido de alumnos he realizado prácticas con monedas para que tuvieran contacto con las piezas físicas. Creo que la única forma de paliar tal evidente deficiencia en la formación de los estudiantes interesados por la Numismática es la reducción del número de alumnos en los grupos de prácticas. Esto no lo solventa el sistema de Bolonia, al menos en la Universidad Complutense, en la que los grupos de prácticas se han determinado en al menos 25 alumnos. Resulta complicado con tal número realizar unas prácticas de manera eficiente, a no ser que se incremente el número de docentes, lo cual en la actual situación de la universidad española parece poco menos que imposible. Por tanto, en el marco de la docencia reglada me parece que el cambio de plan de estudios no va a poder subsanar la falta de un auténtico contacto con las monedas por parte de los alumnos, al menos en las universidades grandes que cuenten con elevado número de estudiantes. Soy bastante escéptico acerca de que el plan de Bolonia vaya a cambiar algo con los presupuestos con los que se está haciendo, es decir a coste cero. Una reforma como la proyectada, si se quiere aplicar de verdad y que tenga un efecto real, no es posible hacerla a coste cero. Distinta situación es la referente a los Másteres, donde los alumnos de las diferentes asignaturas no suelen ser demasiado numerosos. Igualmente es posible programar seminarios específicos, en los que se pueda trabajar de una forma más provechosa y conseguir el ansiado contacto de los alumnos con las piezas monetarias.
A pesar de estas reducciones en contenidos de la asignatura y los problemas que estamos comentando ¿sigue habiendo interés de los alumnos por la numismática? ¿Se leen tesis o “tesinas” sobre la materia?
Obviamente nunca podemos esperar un interés masivo como el que despiertan otras asignaturas del ámbito de la Historia, pero creo que podemos estar satisfechos, en general, sobre el interés de los alumnos por la Numismática. Espero que esto se mantenga con el nuevo plan de estudios. Los docentes tenemos la obligación de hacer atractiva nuestras asignaturas, de manera que los alumnos puedan descubrir el enorme interés que tiene la moneda para el conocimiento histórico. En lo referente a la lectura de tesis o tesinas, lo que actualmente llamamos DEA, en mi Departamento es raro el curso en el que no se lee algún trabajo de investigación de Numismática, además relacionados con temas muy variados, pues en los últimos años se ha tratado la moneda bizantina, la moneda moderna, la falsificación monetaria, el billete, etc. Es verdad que lamentablemente esto no siempre se traduce en tesis doctorales. Sin embargo también éstas se leen con relativa regularidad. Por ejemplo, este año se ha leído una interesantísima sobre la moneda hebrea y hay varias en preparación que esperemos puedan ser defendidas en un plazo breve.
Usted ha trabajado principalmente sobre moneda española moderna ¿queda mucho por avanzar en este terreno? ¿Hacia dónde van las líneas de investigación?
El interés por la historia monetaria de la Edad Moderna es relativamente reciente y eso deriva en un inmenso campo de investigación con muchos temas aún por explotar Tengamos en cuenta que, además, las fuentes a disposición del investigador son ingentes, por las enormes cantidades de documentación escrita que albergan nuestros archivos y que están esperando investigadores que extraigan la preciosa información que albergan. La mayor parte de las publicaciones se han centrado en el análisis de la política monetaria, pero también aquí es mucho lo que queda por hacer, pues lo estudiado es fundamentalmente el siglo XVII. Para los siglos XVI y XVIII nos seguimos valiendo esencialmente de la legislación y de los escasos documentos publicados. Asimismo es necesario comenzar el análisis y estudio sistemático de las cecas, al igual que se ha hecho y se hace de manera muy acertada para la Numismática antigua, con un magnífico ejemplo en el reciente premio Javier Conde Garriga. Es necesario el estudio de su estructura administrativa, de sus cifras de producción, de su papel en la política monetaria, etc. Es verdad que alguna ha sido analizada, pero también son otras muchas las que están esperando un estudio profundo e integral. En este aspecto querría resaltar la existencia de muy interesantes estudios sobre cecas indianas, más trabajadas que las peninsulares. Otra línea de investigación de enorme interés en los últimos años ha sido el estudio del pensamiento monetario, especialmente en lo que respecta al siglo XVII. Sería asimismo necesario profundizar en los análisis sobre circulación monetaria; en este aspecto he realizado algún ensayo en años anteriores utilizando como base la documentación notarial, obteniendo a mi modo de ver resultados bastante notables. En esta cuestión de la circulación monetaria la Numismática moderna debería continuar incidiendo, como en tantos otros aspectos, hasta alcanzar el buen nivel que han logrado los colegas dedicados a la moneda medieval y, muy especialmente, a la antigua. Por último, otra tarea pendiente que tiene la Numismática moderna es la publicación de colecciones, de igual modo al que se está haciendo con las piezas de época antigua y medieval. Desde estas páginas animo a los lectores a que se aventuren en el interesantísimo, y en buena medida ignoto, campo de la Numismática moderna.
Efectivamente, como usted afirma, otra asignatura pendiente en la numismática española es la publicación de los fondos conservados en museos e instituciones, tanto públicas como privadas. Usted ha colaborado en el estudio de los monetarios del Instituto de Valencia de Don Juan y de Patrimonio Nacional, ¿tiene en perspectiva algún proyecto similar?
Recientemente acabamos de publicar la continuación del catálogo de las medallas del Patrimonio Nacional, con las piezas francesas anteriores a la Revolución. Esperemos que próximamente puedan ver la luz la totalidad del catálogo de medallas y la interesante colección de monedas. Respecto a la colección del Instituto de Valencia de Don Juan también deseo que en años venideros pueda continuar la edición de catálogos sucesivos, pues el interés de la colección es enorme.
Por último, ¿cuáles son sus proyectos de trabajo actuales y a más largo plazo sobre numismática?
Actualmente estoy en proceso de elaboración de un libro sobre la Moneda y la política monetaria en el reinado de Carlos II. Ya está finalizada la tarea de recogida de documentación, en cuya última etapa he contado con la colaboración de diversos miembros del Grupo de Investigación ’Numismática e Investigación Documental’ adscrito a la Universidad Complutense que dirijo con el profesor José Mª de Francisco. Así, espero que en un plazo no demasiado largo este libro pueda ver la luz. En él acometo un estudio del período de Carlos II integrando varias líneas de investigación a las que antes aludí, pues, por supuesto, se contempla la política monetaria, pero también la producción de las cecas y el pensamiento monetario.
En cuanto a proyectos de futuro relacionados con la Numismática en el Grupo de Investigación antes citado tenemos uno muy ilusionante, como es la elaboración de un glosario numismático que recoja los términos relacionados con la moneda que se encuentran en la documentación escrita. Pretendemos que los investigadores que se aproximan a los documentos y que en muchas ocasiones tienen dificultades para saber a qué se refieren numerosos términos monetarios, cuánto pesa tal o cual moneda, cual es su contenido en metal precioso, su valor nominal, etc. cuenten con una herramienta útil y manejable que les permita acceder a esos datos de una manera fácil y rápida sin tener que bucear en numerosa bibliografía. Sabemos que la tarea es complicada, difícil y sobre todo larga por cuanto no nos vamos a conformar con los vocablos contenidos en los diversos diccionarios de numismática, sino que vamos a buscar otros muchos que se encuentran en los documentos y que no han salido a la luz. Es un proyecto que ya hemos comenzado este curso gracias a la concesión de un proyecto de innovación docente que nos ha permitido desarrollar una herramienta informática para ello.
Autor/a: Isabel Rodríguez Casanova